_
_
_
_

Masiva respuesta de voluntarios y numerosas críticas a la organización: “Sientes una impotencia tremenda”

La convocatoria de la Generalitat ha concentrado a miles de personas en la Ciudad de las Artes. La organización del complicado dispositivo ha provocado muchas quejas en redes sociales

Miles de voluntarios acuden a la Ciutat de les Arts i les Ciencias, el centro de coordinación en Valencia, para ayudar a los afectados por la dana.
Miles de voluntarios acuden a la Ciutat de les Arts i les Ciencias, el centro de coordinación en Valencia, para ayudar a los afectados por la dana.Albert Garcia
Ferran Bono

La respuesta de la gente ha sido masiva. Miles de voluntarios han acudido este sábado a la convocatoria en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Se han superado las expectativas. 10.000 personas se han dado cita, según la Generalitat convocante. La idea era organizar a las multitudes para evitar un alud de personas que pudieran obstaculizar los accesos a los distintos cuerpos de emergencias y seguridad en las poblaciones afectadas por la devastadora dana, como sucedió en algunos casos el pasado viernes. El dispositivo era muy complejo y conforme ha ido avanzando el día, han arreciando numerosas quejas y críticas en las redes sociales.

A las siete de la mañana ya se habían congregado varios miles de voluntarios. Elsa, Yolanda y Ainhoa entre ellos. Son tres compañeras de trabajo que han acudido a primera hora cargadas de rastrillos, escobas y cubos. “Nos podía haber pasado a cualquiera y todos conocemos a alguien afectado. No podíamos quedarnos sin hacer nada”, apunta Elsa. “Hemos visto a gente sufriendo mucho. Nunca habíamos visto algo así”, señala Ainhoa, que supera los cuarenta como sus amigas, según apostilla. “Ayer [por este viernes] ya no quedaban palas ni rastrillos en ninguna tienda”, señala Yolanda, poco después de un encargado del montaje recomendara a la gente a voz en grito, subido en un banco a la multitud que utilizara mascarillas y guantes, que hay que ayudar pero también evitar cualquier riesgo de infección, que el agua empieza a estar estancada y todo está lleno de barro.

Voluntarios, este sábado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
Voluntarios, este sábado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.Albert Garcia

Había gente de todas las edades, provista de mochilas, que aguardaban de manera respetuosa una cola enorme para subirse a los autobuses dispuestos por la Generalitat y dirigirse a una de las numerosas poblaciones afectadas por la dana que se ha llevado la vida de más de 200 personas. “Como somos jóvenes no podemos hacer más para ayudar. Dinero no tenemos, pero manos sí”, dice Luz María, estudiante de 16 años de Alboraia. A su lado, su padre, Alfonso, profesor de Geomática de la Universitat Politècnica de Valencia, de 52 años, de Alboraia, afirmaba: “La empatía hacia las personas que lo han perdido todo nos tiene que movilizar, con alimentos, con ayuda económica, con ayuda presencial”. “Es muy emocionante, al menos ver tanta gente junta”, comentaba Luz María.

La enorme cola de gente entraba por una de las puertas del Museu de les Ciències, que se utilizó como principal centro de vacunación durante la pandemia, y salía por otra, tras recoger escobas y otros utensilios, camisetas, mascarillas, guantes y bolsas con zumos y comida. De ahí se dirigían a los autobuses. La vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, estaba presente desde primera hora.

Las quejas empezaron allí mismo ante la espera de más de un par de horas para coger un autobús que, en algunos casos, han denunciado por las redes sociales. Luego, algunos voluntarios han manifestado sus reclamaciones porque un autobús que, en principio, iba a dirigirse a Chiva, uno de los municipios más afectados, paró finalmente en el centro comercial de Bonaire. “No hemos venido a limpiar tiendas de un centro comercial”, se quejó una voluntaria. Otros protestaban porque habían enviado buses a Requena cuando la situación no es tan desastrosa como en otras poblaciones.

Liliana Castillo ha acudido en coche a Sedaví desde la urbanización Mas Camarena en compañía de su hijo de 13 años y otros familiares. Tras conseguir que la policía les diera acceso, se encontraron con un panorama “caótico” en uno de los colegios donde se reparte alimento y ropa a los damnificados. “Me dan ganas de llorar; nadie nos organizaba y nadie nos decía que nos pusiéramos mascarilla a pesar de que el olor de la ropa donada era a putrefacto”, lamenta esta artista plástica de 43 años, que denuncia “descoordinación” en las tareas de voluntariado. “Los políticos llegaron al mediodía, se hicieron una foto y desaparecieron. Nadie nos ha dicho qué tenemos que hacer y hemos tenido que autoorganizarnos como hemos podido”, lamenta la voluntaria, indignada porque asegura que el centro tenía comida, alimento y ropa suficientes, pero que no llegan a los posibles beneficiarios por una falta de mando, informa José M. Abad Liñán.

Varios autobuses estuvieron parados porque la carretera estaba cortada, cerca del polígono de Riba-roja. “Parte de guerra: nos han llevado por los caminos y nos hemos encontrado al fino que la carretera está cortada llena de agua. Va a ser que no, Y a ver ahora cómo tiramos para atrás”, decía un voluntario en X, ilustrando su crítica con imágenes

Otros grupos con cerca de 750 voluntarios estaba parado en Chiva. “Estamos parados dentro del autobús sin hacer nada después de cinco horas y media arriba y abajo después de cinco horas. 750 personas organizadas por la Generalitat de Mazón para no hacer nada. Parece turismo de catástrofes”, se lamentaba en valenciano por sus redes otro voluntario.

La vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, explicó que los voluntarios eran trasladados a diversos puntos donde los recogían efectivos de Protección Civil. Estos les debían “indicar cómo trabajar y qué hacer y dónde”. En concreto, sobre el centro comercial Bonaire (en el término municipal de Aldaia), señaló que era tan solo un punto donde centralizar autobuses, de ahí Protección Civil derivaba a los voluntarios hacia los lugares necesarios. “No van allí, es un punto concreto de encuentro”, afirmó ante los medios.

Otros voluntarios desistieron de movilizarse con la Generalitat y optaron por andar a zonas afectadas. La pasarela que conecta la ciudad de Valencia con los municipios damnificados del sur, rebautizada como “Puente de la Solidaridad”, por ser la vía de acceso de un enorme número de voluntarios que la cruzan a pie, casi se bloqueó, por lo que la policía tuvo que retener el flujo de personas, lo que ha causado colas, informa Fernando Miñana.

El usuario de X @HectrSanjuan ha denunciado que un autobús de voluntarios han sido llevado a limpiar uno de los centros comerciales afectados y que los voluntarios se han negado a bajar allí. Otro @CondeDookuOli, cuenta que los autobuses han llegado al centro de coordinación a las 6.30, pero el suyo no ha salido hasta las 7.30, supuestamente hacia Chiva. Además, dice que “han cambiado el destino” y los han llevado a un supermercado Bonaire, donde están “sin hacer nada”.

Otra voluntaria se quejaba porque llevaba parada en el autobús a las 13.15 sin nada que hacer cuando acudió a la Ciudad de las Artes a las siete de la mañana. “Te despiertas con una ilusión y ganas de ayudar y luego sientes una impotencia tremenda de no poder hacer nada”, se lamentaba otro voluntario, en declaraciones recogidas por À Punt. “Nos es imposible mandaros hoy y a los diferentes puntos porque llegaríais y tendrías que volver”, reconoce en una grabación un miembro de la organización.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_