Sánchez y Montenegro estrechan relaciones en Faro en la primera cumbre ibérica tras el cambio político en Portugal
España quiere acelerar el AVE entre Lisboa y Madrid para facilitar la movilidad durante el Mundial 2030
El presidente español, Pedro Sánchez, estrena este miércoles en Faro, en el Algarve, interlocutor en las cumbres ibéricas: el primer ministro y líder del centro derecha en Portugal, Luís Montenegro. Desde que llegó a La Moncloa en 2018, Sánchez participó en cinco encuentros bilaterales con el socialista António Costa. Las relaciones entre ambos eran fluidas y cordiales. Costa apoyó al español para liderar la Internacional Socialista y Sánchez defendió la candidatura del portugués para presidir el Consejo Europeo, que asumirá a finales de año. En Bruselas fueron de la mano para obtener beneficios para la península en materia energética o adoptar políticas paliativas durante la pandemia.
La relación que ahora tendrán que construir Sánchez y Montenegro está por ver, aunque de uno y otro lado se esfuerzan en destacar el buen momento de las relaciones y los múltiples intereses comunes para defender en la Comisión Europea. Para Portugal, el vecino de al lado es su mejor cliente como receptor de la quinta parte de las exportaciones lusas, mientras que España tiene más intercambios comerciales con Portugal que con toda América Latina. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de Portugal destacan que las relaciones con España están al margen de los vaivenes políticos y recuerdan la buena sintonía que tuvieron en el pasado el primer ministro socialista António Guterres con el presidente español José María Aznar. Ambos, de hecho, firmaron hace 25 años uno de los tratados recientes más importantes entre ambos países: la Convención de Albufeira que regula la gestión de los cinco ríos compartidos.
Luís Montenegro realizó su primera visita oficial al extranjero tras tomar posesión a Madrid para reunirse con el presidente Pedro Sánchez. Y ambos países van de la mano en varios aspectos de política internacional, aunque Portugal no ha ido tan lejos como España y ha rehusado realizar un reconocimiento oficial del Estado palestino. Del largo centenar de puntos que se incluirán en la declaración oficial, una parte importante tiene que ver con asuntos globales, desde la apuesta por el fallido acuerdo de Mercosur, al apoyo a una conferencia de paz sobre Oriente Próximo.
Lo cierto es que, frente al bajo tono de las últimas cumbres, el programa de la que esta mañana comienza en Faro contiene asuntos estratégicos. Algunos llegan ya amarrados, como la construcción de dos nuevos puentes internacionales entre el Alentejo y el Algarve, en el lado portugués, y Extremadura y Andalucía, en el español. Su financiación está prevista en el Plan de Recuperación y Resiliencia de Portugal, pero requerían luz verde española. El Consejo de Ministros del pasado 15 de octubre dio vía libre a estas infraestructuras que unirán Alcoutim y Sanlúcar del Guadiana, además de Montalvão y Cedillo, en el río Sever. Eran dos antiguas reivindicaciones que facilitarán la vida a las poblaciones de ambos lados de la Raya, condenadas ahora a dar rodeos de decenas de kilómetros.
Aunque también se ha avanzado en el acuerdo para modificar la gestión de los ríos Tajo y Guadiana, todavía había flecos pendientes que la vicepresidenta española Teresa Ribera y la ministra de Medio Ambiente lusa, Graça Carvalho, cerraron a última hora del martes. Lo más trascendental será la fijación de caudales ecológicos para garantizar el buen estado de los ecosistemas fluviales durante todo el año, así como el pago de las captaciones de agua en el embalse del Alqueva por agricultores españoles. Está previsto también que se aborde la situación de las interconexiones energéticas con Francia y el corredor de hidrógeno verde H2med.
Las infraestructuras serán de nuevo una de las materias más escrutadas y se prevé que salgan adelante compromisos para culminar nuevos tramos de autovía que aumentarían la conexión entre ambos países a la altura de Castilla y León y Extremadura. A nivel ferroviario, los españoles quieren que Portugal acelere más la construcción de la alta velocidad entre Lisboa y la frontera con el objetivo de favorecer la movilidad ferroviaria entre las dos capitales ibéricas para el Mundial 2030. El calendario del Gobierno portugués prevé que esté listo en 2034, dos años después de la apertura de la alta velocidad entre Lisboa y Oporto, una conexión crucial para el país al ser la zona de mayor concentración demográfica y económica. Xoan Vázquez Mao, secretario general del Eixo Atlántico, que aglutina 37 ciudades de ambos países, cree que ambos proyectos de alta velocidad no compiten y que el corredor ferroviario A Coruña-Lisboa está encauzado. “La totalidad del trazado está en marcha en alguna fase, lo único que falta es precisar la ubicación del nuevo puente ferroviario sobre el Miño y eso podría anunciarse también en esta cumbre”, afirmó.
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