_
_
_
_

Incautadas nueve toneladas de hachís a la banda de Carmelo ‘de la Pela’, el narco discreto

La Guardia Civil detiene a 29 miembros de un grupo de narcotraficantes de Huelva que sofisticó el traslado de la droga en tierra usando ‘guarderías’ y zulos

Jesús A. Cañas
La Guardia Civil participa en un operativo de narcotráfico en Huelva en una imagen de archivo.
La Guardia Civil participa en un operativo de narcotráfico en Huelva en una imagen de archivo.Europa Press

La discreción “es fortaleza” en el mundo del narco. Lo sabe bien el agente que ha seguido los pasos durante meses de Carmelo de la pela, conocido así en su Ayamonte natal (Huelva) por venir de una familia de dinero. La lección debió aprenderla también el propio Carmelo por haber creado una banda tan “potente como discreta”, como abunda el investigador, que pide anonimato, capaz de introducir grandes portes de hachís de Huelva a Málaga y distribuirla en varios portes para asegurar así que la carga llegaba a sus compradores europeos.

Hasta 29 supuestos integrantes de la banda de Carmelo han acabado detenidos por la Guardia Civil de Algeciras en la llamada Operación Truck, coordinada por la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar y dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 3 de La Línea de la Concepción. El operativo, explotado el pasado 2 de octubre pero comunicado este jueves, ha supuesto la recuperación de 8.946 kilos de hachís, 123 kilos de cogollos y 736 plantes de marihuana, además de cuatro armas de fuego, 11 vehículos y un camión. Entre los detenidos ya en prisión se encuentra un hermano y un primo del supuesto cabecilla de la organización, pero en los 18 registros realizados ese día no se halló ni rastro del propio Carmelo, ahora huido de la acción de la Justicia.

Carmelo el de la pela es un viejo conocido para los agentes de la Guardia Civil de Huelva que han colaborado en las pesquisas de sus compañeros algecireños. Carmelo, que ronda los 36 años, se hizo fuerte en la zona a base de organizar discretos portes de hachís en barcos de pesca y en narcolanchas que movía por los ríos Guadiana y Guadalquivir. “Debe llevar metido en eso desde 2017, mínimo”, apuntan fuentes cercanas a la investigación. De cara a la galería, el investigado regentaba cocederos de marisco y vivía “en una casa normalita, con un coche bueno, pero que tampoco es una locura”, según matiza el mismo investigador.

Pero la Guardia Civil le atribuye la dirección de una banda tan potente que fue capaz de crear ramificaciones en las provincias de Huelva, Málaga y Cádiz. En esta última provincia, consiguió entablar relaciones para el apoyo logístico a su organización en la zona del Campo de Gibraltar. De ahí surge la vinculación de una investigación policial iniciada por la Comandancia algecireña y que ha llevado más de hace un año de pesquisas. Carmelo y los suyos fueron capaces de esquivar a los agentes gracias a la creación de una sofisticada red de escondrijos de droga, conocidos como guarderías, entre los que movían la droga para evitar su interceptación.

La primera parada de estos escondites estaba en Ayamonte y en Sanlúcar de Barrameda, donde el hachís pasaba las primeras horas para acabar luego en Coín (Málaga). De ahí, a su vez partía a su vez en camiones con destino a compradores de otras partes de Europa. Este último salto de la mercancía, antes de perderle la vista en España, quedó constatado cuando una agrupación de tráfico de la Guardia Civil le aprehendió parte de la droga decomisada en la localidad de Loja (Granada), cuando un camión se disponía a transportar el costo hasta Francia.

La sofisticación de la banda quedó patente en el registro de la guardería de Sanlúcar. Allí, en una parcela rústica, los agentes encontraron un tanque de agua subterráneo al que se accedía a través de una trampilla en el suelo. Parecía ser un depósito sin más, hasta que los guardias civiles localizaron en otro lugar de la finca un interruptor que accionaba un mecanismo hidráulico que desplazaba el tanque de agua para dar acceso a un zulo subterráneo donde la organización escondía la droga.

Los investigadores creen que la banda de Carmelo está relacionada también con un robo o vuelco de droga ocurrido en Coín el pasado 11 de julio y en el que parte de sus integrantes estuvieron a punto de ser víctimas. Ese día, mientras los investigadores seguían uno de esos portes de droga a la guardería malagueña, los agentes se percataron como varias personas vestidas con chalecos de la Policía Nacional abordaban al coche que usaba la banda de Carmelo para mover el hachís. Los ladrones o paleros —llamados así en el argot policial— intentaron huir usando las armas de fuego que llevaban encima. El seguimiento derivó entonces en una persecución que acabó en un accidente entre el vehículo huido y un camión que circulaba por la vía pública. La actuación se saldó con la detención de 1 persona y la aprehensión de 450 kilos de hachís y 3 armas de fuego.

La Guardia Civil da por desmantelada la operatividad de la banda de Carmelo. Sin embargo, fuentes cercanas al caso no descartan que las pesquisas puedan continuar ahora en averiguar hasta qué punto ese sobrenombre de la pela tiene que ver, además de por el dinero de su familia, con los ingentes beneficios que le debió proporcionar estos años de portes de hachís. Está por ver dónde está el capo y cuánto se dilata su huida. “De alguna forma acabará apareciendo porque es una persona familiar”, vaticinan fuentes cercanas al caso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_