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El PP mantiene la cumbre internacional contra el aborto en el Senado

La mayoría absoluta de los populares en la Mesa rechaza suspender el encuentro en la Cámara alta de una entidad que tilda la interrupción del embarazo de “asesinato”

El presidente del Senado, Pedro Rollán (PP).
El presidente del Senado, Pedro Rollán (PP).Fernando Sánchez (Europa Press)
Ángel Munárriz

El PP, empleando su mayoría absoluta en la Mesa del Senado, ha decidido mantener la celebración de la cumbre antiabortista prevista para diciembre en la Cámara alta, a la que se oponen toda la izquierda, el PNV, Junts, el Gobierno y asociaciones feministas. El órgano rector de la Cámara alta, reunido esta mañana, ha celebrado una votación sobre el recurso de amparo presentado por el PSOE contra la decisión de la propia Mesa adoptada en julio de ceder una sala a la Red Política de Valores, una organización internacional de extrema derecha contra el aborto, el “feminismo radical” y la “ideología de género”. El resultado ha sido rechazar dicho recurso con los cuatro votos del PP, que se han impuesto a los tres del PSOE, según explican un portavoz oficial de la presidencia del Senado y un portavoz del Grupo Socialista.

Además de los socialistas, Izquierda Confederal –grupo donde están Más Madrid, Compromís y Geroa Bai, entre otros partidos–, Izquierdas por la Independencia –grupo formado por ERC y Bildu–, el BNG, Junts –ambos en el Grupo Parlamentario Plural– y el PNV habían reclamado la suspensión. No obstante, la Mesa solo ha votado un texto de oposición a la cumbre, el del PSOE, explica un portavoz oficial de la presidencia de la Mesa. El motivo –añade esta portavoz– es que la fórmula válida para oponerse a una decisión ya tomada por la Mesa es una solicitud de amparo, y el PSOE fue el único que utilizó esta modalidad. Las peticiones de “reconsideración” no caben en casos así, añade. Ya antes de la votación, el citado portavoz afirmaba que no existían causas objetivas que justificasen la suspensión de una cumbre a la que la Mesa ya había decidido ceder una sala al cumplir las directrices que el Senado establece para ello.

El resultado de la votación, afirma el PSOE en declaraciones por escrito, “desmiente el presunto giro social de [Alberto Núñez] Feijóo al permitir que destacados ultraderechistas puedan usar la Cámara Alta para celebrar un acto que hace apología contra los derechos de las mujeres”. “En el el PSOE decimos no al uso del Senado para celebrar una cumbre ultra y decimos no a la propagación de un ideario anticonstitucional en el Parlamento que representa a toda la sociedad. El PP ha demostrado una vez más que su objetivo es usar las instituciones para su propio provecho y que ha mentido cuando ha acusado a los socialistas de ser sus cómplices”, añade el PSOE, que asegura que insistirá en reclamar la suspensión del evento.

La Red Política de Valores, que había expresado su confianza en que el Senado sabría “estar a la altura” ante las exigencias de suspensión, sí disfrutará finalmente del espacio público que solicitó para celebrar su encuentro mundial. El Senado acogerá el 2 de diciembre una cumbre de esta entidad multinacional que tilda el aborto de “asesinato de inocentes” y apoya la aprobación de las “leyes de latido fetal”. Estas normas, que en Estados Unidos impulsan los Estados republicanos más radicales, prohíben la interrupción del embarazo a partir del momento en que puede detectarse actividad cardíaca en el embrión, en torno a la sexta semana, cuando muchas mujeres no saben ni siquiera que están embarazadas. El Foro Parlamentario Europeo sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, una organización de ámbito comunitario que defiende las conquistas del feminismo, considera a la Red Política de Valores un punto de encuentro de “algunos de los extremistas religiosos más activos políticamente de todo el mundo occidental, que quieren transformar las sociedades basándose en dogmas religiosos arcaicos”. El Foro ve especialmente grave que una institución pública, al acoger su cumbre, haga pasar sus ideas “retrógradas” por “convencionales”.

La Red Política de Valores, que en su web presenta al Senado como “entidad colaboradora” de su evento junto a un grupo de organizaciones antiabortistas de Europa y Estados Unidos, tiene como presidente a el líder ultraderechista chileno José Antonio Kast, reivindicador de Augusto Pinochet que tilda el aborto de “derecho a matar”, “crimen brutal” y “asesinato de niños”. El presidente de honor de la entidad es Jaime Mayor Oreja, que también ve el aborto un “crimen”. Otro puntal de la extrema derecha cristiana internacional que forma parte de la dirección de la entidad es el estadounidense Brian Brown, presidente de la Organización Internacional para la Familia, entidad promotora del Congreso Mundial de Familias, una cita global contra el aborto y contra la igualdad de derechos entre la “familia natural” —es decir, la que forman en matrimonio hombre y mujer— y el resto. Brown, que en 2020 aún mostraba su admiración por la obra de Vladímir Putin en Rusia en “asuntos de familia”, es miembro, junto al español Ignacio Arsuaga, del patronato de la fundación CitizenGo, brazo internacional de Hazte Oír. Tanto Kast como Mayor Oreja y Brown están confirmados como conferenciantes en la cumbre madrileña, dentro de un listado de más de 20 nombres de toda América, Europa y África.

José Antonio Kast, presidente de la Red Política de Valores, en Buenos Aires (Argentina) en septiembre.
José Antonio Kast, presidente de la Red Política de Valores, en Buenos Aires (Argentina) en septiembre.MATIAS MARTIN CAMPAYA (EFE)

El rechazo al aborto no es la única causa de la Red Política de Valores, que en 2022 salió en apoyo de la FIFA por su decisión de castigar a las selecciones cuyos futbolistas llevaran símbolos arcoíris en el Mundial de Qatar en solidaridad con los homosexuales, evitando así —según esta entidad— ceder a la “presión” del “lobby gay”. En su junta directiva también está integrada —aunque no está en la lista de conferenciantes— Sharon Slater, presidenta del estadounidense Observatorio Internacional de la Familia (FWI, por sus siglas en inglés), grupo dedicado a presionar contra una supuesta promoción de la homosexualidad en la infancia, a oponerse al aborto y a defender la abstinencia sexual antes del matrimonio. El Centro Jurídico contra la Pobreza en el Sur, una organización en defensa de los derechos civiles en Estados Unidos, considera al FWI un “grupo de odio” por usar la “pseudociencia” para argumentar que la homosexualidad es un “trastorno mental” sanable con “terapia”.

La Mesa del Senado, compuesta por cuatro miembros del PP –mayoría absoluta– y tres del PSOE, acordó sin objeciones la celebración de la cumbre de esta organización en una de sus salas durante una reunión celebrada el 17 de julio. Con posterioridad, el grado de implicación del Senado en el evento aumentó por “indicaciones de secretaría general”, pasando la cumbre a convertirse en un “acto”, según llegó a figurar en el calendario del Senado colgado en su intranet. Ello implicaba la participación de algún miembro de la Mesa. El portavoz de la presidencia del Senado ha asegurado que dicha consideración como “acto” fue una “equivocación” que ya está subsanada y que no habrá ningún miembro de la Mesa en la cumbre ni está supondrá ningún gasto público. Los socialistas han justificado su falta de oposición a la cesión de la sala en la reunión de la Mesa en julio por el “desconocimiento” de la naturaleza del acto, acusando al PP de haberlos “engañado” al “colar” la cumbre de forma “colateral”. La reunión de la Mesa de este martes ha sido grabada, informa el portavoz de la presidencia del Senado. La decisión se toma después de que hayan surgido discrepancias en torno a lo ocurrido con exactitud en la Mesa al abordar diversos asuntos, entre ellos la cumbre de Red Política de Valores.

Reacción en tromba

Tras publicar en EL PAÍS hace una semana que el Senado había cedido un espacio para este evento, toda la izquierda, Junts y el PNV salieron en tromba a solicitar su suspensión. Sin representación en el Senado, también lo hicieron Sumar –apoyando la iniciativa de Izquierda Confederal– y Podemos. Fuera del ámbito parlamentario, se alzaron contra la cumbre las voces de la Coordinadora Feminista Estatal —que aglutina a decenas de asociaciones de mujeres— y el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos. El propio Gobierno cargó contra el evento. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, reclamó al PP “que evite que esta Cámara se convierta en un festival ultra de señores extremistas diciendo barbaridades, atacando a las mujeres y tratando de recortar sus derechos”. “No vamos a consentir es que el Senado se convierta en un parque temático de la ultraderecha”, afirmó la ministra de Igualdad, Ana Redondo. La titular de Sanidad, Mónica García, sugirió al PP celebrar el encuentro antiabortista en su sede de la calle Génova.

La Red Política por los Valores, por su parte, reaccionó a la polémica reafirmándose en un comunicado en su voluntad de celebrar la cumbre y acusó al PSOE de un protagonizar un intento de “cancelar” su actividad. “El Senado es la casa de todos y por eso está abierta a todos. No puede ser rehén de presiones ideológicas. Confiamos en la solidez de nuestras instituciones y en que sabrán estar a la altura para defender la libertad y el Estado de derecho”, señaló en un mensaje dirigido al Senado.

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Sobre la firma

Ángel Munárriz
Ángel Munárriz (Cortes de la Frontera, Málaga, 1980) es periodista de la sección de Nacional de EL PAÍS. Empezó su trayectoria en El Correo de Andalucía y ha pasado por medios como Público e Infolibre, donde fue director de investigación. Colabora en el programa Hora 25, de la SER, y es autor de 'Iglesia SA', un ensayo sobre dinero y poder.
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