Toda la izquierda y Junts cargan contra la cumbre antiabortista y piden al Senado suspenderla
Los socialistas, que en la reunión de la Mesa que aprobó el evento no pusieron objeciones, creen ahora que su celebración compromete la “reputación” de la Cámara
Todas las formaciones de izquierdas en las Cortes Generales han salido este miércoles en contra de que el Senado preste un espacio para la celebración de la “cumbre transatlántica” de la Red Política de Valores, una organización internacional de extrema derecha contra el aborto. En diferentes escritos radicados sucesivamente durante esta jornada ante la Mesa del Senado, el PSOE, ERC, Bildu, BNG, Podemos y el grupo de Izquierda Confederal en el Senado han pedido la cancelación de ese acto previsto para el próximo 2 de diciembre y en el que, como contó EL PAÍS, el Senado de España aparece en la web de la entidad entre sus “entidades colaboradoras”. A todo el arco de la izquierda se ha sumado también Junts, que presentó por su parte un recurso que también exige la suspensión de esa actividad.
Para la cumbre de esa red (Political Network for Values, en inglés), la propia Mesa del Senado —conformada por cuatro miembros del PP y tres del PSOE— aprobó sin ninguna objeción en una sesión del pasado 17 de julio la cesión de una sala, si bien los socialistas sostienen que su posición se justifica por “desconocimiento” sobre la naturaleza del acto y que fueron “engañados” por los populares.
En su escrito, ERC y BILDU consideran “inaceptable que una institución pública como el Senado se vea asociada a la promoción de este tipo de eventos”. Ambos partidos sostienen que “la cesión de una sala para un encuentro que promueve posturas radicales y excluyentes es contraria a los valores de respeto, libertad e igualdad que deben inspirar las actividades de esta Cámara”, según el escrito entregado a la Mesa. Insisten en que el Senado “debe mantenerse al margen de actos y organizaciones que promuevan la exclusión o la regresión de derechos”.
El PSOE pidió también el martes a la Cámara alta, presidida por Pedro Rollán (PP), que no acoja el acto. “Entendemos que tanto la naturaleza del acto en cuestión, como la de la organización que lo promueve comprometen gravemente la reputación y la imagen de neutralidad institucional debida de la Cámara alta”, se lee en el escrito firmado por el portavoz Alfonso Gil. Los socialistas manifiestan su rechazo a ese tipo de actos “por divisivos” y a la organización que lo promueve, cuyos postulados consideran “contrarios a la esencia de los valores” de la democracia.
El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, preguntado sobre esta cuestión, le ha pedido al PP —que tiene mayoría absoluta en el Senado— “que evite que esta Cámara se convierta en un festival ultra de señores extremistas diciendo barbaridades, atacando a las mujeres y tratando de recortar sus derechos”, evitando referirse al hecho de que el PSOE no planteó objeciones a la celebración de la cita.
La explicación de los socialistas resulta aún más preocupante para ERC y Bildu, según lo han plasmado en su escrito a la Mesa. Allí condenan “el hecho de que la decisión de ceder el espacio se haya tomado sin un debate adecuado ni un conocimiento exhaustivo de las características del evento y de los organizadores”. Por eso piden en el mismo documento revisar el procedimiento que llevó a esa autorización.
El BNG también se ha sumado a las críticas por la vinculación del Senado a la cumbre. En un escrito enviado a la Mesa y firmado por la senadora María Carmen da Silva Méndez, los nacionalistas gallegos ven “absolutamente censurable que se conceda el uso del Antiguo Salón de Sesiones del Senado a una organización de esta tipología, de extensión internacional y con ramificaciones en distintos Estados a través de asociaciones conocidas por su ideario antiabortista, ultracatólico, de defensa de valores no igualitarios y reaccionarias”. Por eso, ha pedido que se anule el permiso concedido a esa red para su cumbre. La senadora ha insistido en que ese acto es “para hacer proselitismo de la ideología ultracatólica y desacreditar el derecho legal de las mujeres a interrumpir voluntariamente un embarazo”.
En la misma línea, el PNV ha pedido a la Mesa del Senado que revoque la autorización de ceder la Cámara alta para acoger la cumbre antiabortista, por estar “promovida por una organización que difunde un ideario que no es compatible con el respeto a la legislación vigente, en concreto en lo que afecta a los derechos fundamentales de las mujeres y del colectivo LGTBI”.
La Red Política de Valores, presidida por el chileno ultra José Antonio Kast, considera la interrupción voluntaria del embarazo como “asesinato de inocentes” o “derecho a matar”. La organización ha sido uno de los actores internacionales más activos en contra de los derechos sexuales y reproductivos y la equidad de género, que llama “ideología de género”. Las anteriores ediciones de su “cumbre transatlántica” tuvieron lugar en Nueva York, Budapest, Bogotá y Bruselas.
Desde la orilla de Podemos también se han sumado al rechazo a la celebración de ese acto en el Senado. La diputada Ione Belarra dirigió una petición a la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, en la que afirma que “no debe tolerarse que se celebre en las Cortes Generales un acto de estas características, que va en contra de la dignidad parlamentaria”. Por eso, en el documento emplaza a Armengol a que tome “cuantas medidas estén en su mano y sean necesarias para impedir un atropello contra los derechos sexuales y reproductivos que va a perpetrarse en el Senado”.
Lo mismo ha hecho por su parte el grupo de Izquierda Confederal en el Senado, donde están Más Madrid y Compromís. Juanjo Ferrer, representante de ese grupo, ha confirmado que también radicaron un escrito pidiendo la cancelación de esa cumbre en el Senado.
Pero no solo los partidos de izquierdas han condenado el acto. Junts también lo ha hecho por su cuenta, a través de un escrito firmado por el portavoz Eduard Pujol, en el que afirman que “no se debe permitir que el Senado se presente como “entidad colaboradora” de un evento promovido por un grupo que fomenta el odio y la discriminación”. En el documento, la formación independentista catalana pide “aplicar el sentido común y que el Senado no caiga en el error de permitir la celebración de un acto que indiscutiblemente contraviene los valores fundamentales de una democracia, tales como la igualdad, la equidad y el respeto por los derechos humanos.”
Fuera de la esfera del legislativo también se han alzado voces contra la participación del Senado en esa cumbre. Así lo han hecho la Coordinadora Feminista Estatal —que aglutina a decenas de asociaciones de mujeres— o el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos —de la asociación del mismo nombre—. Este último ha tildado de “intolerable” que el Senado, “uno de los máximos organismos públicos, se dedique a acoger una cumbre contra el aborto, organizada por uno de los mayores grupos de ultraderecha y antiderechos del mundo”.
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