El avance de las llamas obliga a confinar dos pueblos en la montaña leonesa

Un incendio ha provocado el confinamiento de las localidades de Tremor de Abajo y Almagarinos en la comarca de El Bierzo (León). Las llamas han comenzado en la mañana de este lunes y se han expandido con fuerza y rapidez en los alrededores de estas localidades, ubicadas en parajes montañosos de difícil acceso. Ese desarrollo del fuego ha propiciado que hacia las siete de la tarde se haya ordenado que los habitantes de esos pueblos no abandonen el lugar por el riesgo de los focos y el humo que se intentan controlar pese a la intensidad del fuego, la compleja orografía y el fuerte viento. El fuego, denominado incendio forestal de Brañuelas por su proximidad a esta localidad de 248 habitantes, ha alcanzado la categoría de nivel 2, en una escala ascendente del 0 al 3, y aún se desconocen sus causas ni su perímetro.

La Consejería de Medio Ambiente ha informado de que la orden de no abandonar los municipios leoneses obedece a la rápida velocidad de expansión de las llamas, pues al encontrarse descontrolado podría acarrear peligro si las carreteras se ven súbitamente atravesadas por el frente. Las localidades afectadas pertenecen a los Ayuntamientos de Torre del Bierzo e Igüeña, ubicados en parajes montañosos de densa vegetación en el noroeste de la provincia, aliados de las lenguas ardientes y complicación añadida para los medios personados en el lugar. Las intensas ráfagas de este lunes, además de la masa boscosa, han contribuido al desarrollo del incendio y que se tema por la creación de nuevos focos. “El viento y el tipo combustible han hecho avanzar a gran velocidad el incendio forestal de Brañuelas. La inversión térmica tumba la columna de humo y distribuye paveseo que puede abrir nuevos focos. Estrechos y profundos valles con elevada pendiente dificultan extinción”, ha informado Medio Ambiente en la red social X, antes Twitter. El paveseo significa que el viento mueve las agujas ardientes de los árboles y estas, al caer en zonas a salvo, expanden las chispas y generan nuevos focos.

La Junta de Castilla y León ha movilizado a 39 efectivos contra el fuego, de los cuales quedan 28 a última hora de la tarde, y estos han contado con el refuerzo de la Unidad Militar de Emergencias, con base en León, y los bomberos de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica) del cercano Tabuyo. Uno de estos brigadistas, recién llegado a la zona del incendio, resume a EL PAÍS el escenario: “Pues la cosa está en que el incendio ha pasado a El Bierzo, hacia los pueblos de Almagarinos y Tremor de Abajo. Son zonas muy malas de currar. La meteorología, salvo por el viento, puede ayudar en el trabajo nocturno, pero el viento como te digo no lo pondrá fácil. Por lo pronto el trabajo se centrará en que el fuego no llegue a los pueblos que te he comentado”. La habitual encomienda primera para los retenes consiste en “proteger los pueblos” para impedir la afección a los núcleos y las temperaturas. Las brigadas confían en que las bajas temperaturas y la humedad detengan el avance del fuego y ayuden a su extinción, pero las rachas pueden dificultar su tarea: “Sopla bastante y hay mucho combustible disponible, el viento no va a ayudar”.

“Están inspeccionando la zona de trabajo para ver si es seguro o no trabajar. Hay un hándicap añadido que son las chimeneas de las minas, agujeros en el suelo de mucha profundidad”, añade el bombero. La Junta de Castilla y León aún desconoce las causas del frente ni puede calcular la superficie quemada hasta el momento.