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Defensa prevé talar 389 árboles dentro de un año para reurbanizar un barrio de Sevilla

El Ministerio confirma que apeará tres de cada cuatro ejemplares de Tablada el último trimestre de 2025, siempre que lo permitan los técnicos municipales

Árboles del barrio de Tablada, en la calle del Aeródromo de Tablada, este jueves.
Árboles del barrio de Tablada, en la calle del Aeródromo de Tablada, este jueves.PACO PUENTES
Javier Martín-Arroyo

El Ministerio de Defensa talará dentro de un año 389 árboles en el barrio de Tablada en Sevilla para reurbanizarlo siempre que cada apeo cuente con el informe favorable medioambiental del Ayuntamiento de la capital andaluza. A pesar de la movilización ciudadana en contra, el Gobierno mantiene su plan de eliminar el 73% de la masa arbórea del barrio -531 ejemplares inventariados, la mayoría de gran porte y con más de medio siglo de vida- anunciado hace dos años y que someterá al criterio de los arboristas municipales para que juzguen si es necesaria su desaparición y sustitución por pequeños ejemplares sin sombra. El Ministerio, titular de los terrenos, entre la base aérea de Tablada y donde se levanta la Feria de Sevilla, comenzará las obras el último trimestre de 2025 y estas durarán 14 meses, hasta principios de 2027. La mayoría de árboles del barrio, construido a mediados del siglo XX para casas adosadas de las Fuerzas Armadas, son de la especie melia, también conocida como árbol del paraíso.

“Los conflictos existentes entre el arbolado y los distintos elementos de la urbanización, como señales, acerado, tendidos eléctricos, alumbrado e invasión de la calzada tiene como consecuencia la previsión de talado de árboles. No obstante, esta previsión de máximos está sujeta a una evaluación individualizada del estado del arbolado”, avanzan fuentes del Departamento de Margarita Robles. Los ecologistas se aliaron con algunos militares vecinos del barrio para combatir los planes del Ministerio y alegaron que la tala masiva es innecesaria y eliminará de un plumazo toda la sombra que permite pasear en una ciudad que bate récords de temperatura ante la espiral alcista del mercurio.

Defensa sostiene que de los 531 árboles, la mitad (259) presentan “un estado malo o muy malo de conservación”, y asume que su salud habrá empeorado “con mucha probabilidad” desde que hace años analizó los ejemplares. En la acera de enfrente, los conservacionistas defienden que el estado general del arbolado es bueno y que solo requieren ciertos cuidados que el Ministerio ha evitado realizar. Desde la poda radical que sufrió el ficus centenario de Triana hace dos años, las múltiples asociaciones ecologistas de la capital andaluza se unieron y comprobaron que la respuesta más útil ante la indiferencia política es la justicia. Ahora avisan de que pedirán la paralización de la tala masiva prevista en los juzgados si los apeos no tienen un respaldo científico que las justifique.

“El problema es que han hecho la concesión desde despachos sin conocer el terreno. Todos los árboles han sufrido podas abusivas, pero no son inseguros. Quitando una decena de ejemplares, el resto se podrían mantener. El proyecto de Defensa es a base de alcorques pequeños y eso a árboles con 50 años no les vale [por su grosor], pero se podrían hacer alcorques corridos porque es un barrio residencial y además se ahorra pavimento y obras porque hay ancho suficiente”, critica el paisajista Ricardo Librero, que presentó alegaciones al proyecto ante el Ayuntamiento sevillano.

Árboles del barrio de Tablada, este jueves.
Árboles del barrio de Tablada, este jueves. PACO PUENTES

Los vecinos afectados denuncian que vivirán un arboricidio que afectará a tres de cada cuatro árboles que pueblan el barrio y advierten de que su movilización persigue que los políticos corrijan sus planteamientos iniciales, al igual que ocurrió en el proyecto de la línea 11 de Metro de la Comunidad de Madrid.

El proyecto de reurbanización fue redactado desde el Instituto de la Vivienda, Infraestructuras y Equipamiento de la Defensa (INVIED), que justifica la mayoría de talas de árboles por su estado o por la “nueva ordenación viaria”. Los vecinos aseguran que Tablada cuenta con 201 alcorques vacíos por los árboles que han dejado de plantarse las últimas décadas y la inacción del Ministerio para el cuidado del barrio, cuyo cuidado ambiental ha evitado trasladar al Consistorio.

Pedro González, que lleva 40 años viviendo en Tablada, fue el impulsor del movimiento vecinal para frenar las intenciones del Gobierno: “Cuando lleguen con la motosierra, los vecinos nos podremos organizar para denunciar de urgencia al juez, algo que casi funcionó con el ficus de Triana”. González censura que ensanchar las calles para añadir aparcamientos “no tiene sentido”. “Si se estudia el proyecto, hay una zona donde se ensancha la calzada y ahí los árboles están sentenciados. Los políticos dicen que cumplen los requisitos, pero no deja de ser un disparate. Talan en las calles y reponen arbolitos en los parques, por lo que nos dejan sin sombra”, protesta.

En sus quejas ante el Ayuntamiento, los vecinos recordaban cómo la refrigeración natural de las hojas reduce la temperatura entre 10 y 15 grados en el aire circundante en las horas de más calor. Los vecinos encargaron un estudio de arboristas que determinaron que las talas no deberían afectar a más del 10% de los ejemplares, muy lejos del 73% propuesto por Defensa. “No se entiende que se vayan a talar 130 árboles sanos, según el proyecto, para adecuación a la urbanización, ya que es ésta la que debe adaptarse a los árboles existentes”, reza una de las alegaciones.

El Ministerio respondió por escrito hace dos años a los vecinos que los árboles deben adaptarse al nuevo planeamiento urbano y no al revés: “Se trata de una urbanización antigua realizada con carencia de planificación arbórea, de tal modo que los árboles existentes han crecido invadiendo zonas de las aceras, entorpeciendo el tránsito de los viandantes e interfiriendo en las señalizaciones y luminarias”. Defensa alegó en paralelo que la seguridad de los peatones hacía necesario el alto número de ejemplares que deben desaparecer.

Joaquín Guerra, portavoz de la asociación Ni un árbol menos, incide en que las grandes obras para mejorar la movilidad en la capital andaluza siempre se hacen a costa de la tala de árboles. “Nos enfrentan a los que protegemos el arbolado con los que defienden la movilidad sostenible. Pero las obras del tranvibus y del metro no reducen el tráfico de coches, siempre cogen la mediana y en breve caerán unos 2.000 árboles más. Parques y Jardines no levanta la voz y sigue sin poder frente a Urbanismo”, censura.

Los vecinos se han apoyado en el criterio técnico del arquitecto Gonzalo Díaz-Recasens, profesor de la Universidad de Sevilla, que recuerda que el paso universal de 1,80 metros para las personas es compatible con una sustitución paulatina del arbolado durante las próximas décadas. “Lo importante sería planificar de aquí a 40 años para tener tiempo de mantener la masa foliar y no hacer cosas drásticas”, advierte este experto.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.
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