La emoción de contemplar las reliquias de Santa Teresa de Jesús tras 110 años ocultas: “Siguen incorruptas”
Un equipo de El Vaticano evalúa los restos en el sepulcro de la religiosa, muerta en 1582, en un reconocimiento canónico
La comitiva avanza en silencio sepulcral. No es un tópico: solo el cántico del Te Deum, dando gracias a Dios, interrumpe la solemnidad del traslado de los restos de Santa Teresa de Jesús, o Santa Teresa de Ávila, desde su sepulcro en Alba de Tormes (Salamanca) hacia el lugar habilitado para estudiar las reliquias de la religiosa. Su descanso eterno se ha interrumpido temporalmente para que técnicos de El Vaticano evalúen el estado de estos vestigios ―la mayoría del cuerpo, el corazón, el brazo y la mano― como paso previo a su reconocimiento canónico.
Los expertos, acompañados de los principales representantes de la orden de los Carmelitas y un tribunal nombrado por la Santa Sede, pasarán tres días en Salamanca antes de trasladar el resultado del examen a Roma y cotejarlo para conocer mejor a la santa y mejorar su conservación. El postulador general de la Orden del Carmelo Descalzo, el padre Marco Chiesa, ha celebrado el buen estado de los restos: “Hemos comprobado que están en las mismas condiciones que en la última apertura de 1914″. El cuerpo permanece incorrupto desde 1582.
El prior de Salamanca y Alba de Tormes, Miguel Ángel González, expresa a EL PAÍS la emoción sentida al contemplar los restos de la religiosa: “Sentí agradecimiento por la vocación recibida al carmelo descalzo para seguir de cerca las huellas de esta gran mujer, santa y doctora de la Iglesia. Serenidad, confianza, paz, los mismos sentimientos que cualquier persona al lado de su madre”.
El alto cargo eclesiástico destaca que, por un lado, se encuentra “la mayor parte del cuerpo” y que por separado se ubicaron el brazo “por cuestión devocional en 1585″ y el corazón, en 1588, “por cuestión científica de la época, se lo extrajeron los médicos de la Universidad de Salamanca tras publicar fray Luis de Léon, el mejor intelectual del momento, sus escritos de 1588 sobre la gracia del dardo sobre la experiencia mística de la transverberación de la gracia de Dios, buscaban una herida física al tomar literalmente el texto teresiano”.
“Se sigue una legislación muy estricta”
La mujer fue beatificada en 1614 y canonizada en 1622 y el actual reconocimiento canónico busca extraer el máximo conocimiento sobre la sagrada Teresa y proponer medidas para su mejor mantenimiento. “Se sigue una legislación muy estricta según un documento dictado por El Vaticano para proceder a estos estudios. Entre los trámites, la autorización del papa Francisco. Se nombra un tribunal con un promotor de justicia para velar por las prescripciones vaticanas y que no se dañe la integridad del cuerpo y las reliquias”, precisa el prior salmantino.
La burocracia ha exigido dos años desde que comenzó el empeño iniciado en Alba de Tormes “porque hacía 110 años que no se abría y aprovechar la ayuda de la ciencia para seguir conociendo mejor a Santa Teresa y seguir mejor su camino y ejemplo”.
El proceso para acceder a la doctora de la Iglesia ha contado con la mística adherida a la historia de la religiosa, custodiada en un sepulcro bajo 10 llaves. Tres se guardaban en Alba de Tormes, otras tantas las poseía en Roma el Padre General, tres más las ha prestado el duque de Alba y la última la ha cedido el rey, Felipe VI. Tres abren la reja exterior, tres para el sepulcro de mármol y las cuatro últimas retiran la protección de la urna de plata donde se preservan los vestigios. La última vez que se hizo fue en 1914. La cita con la historia ha emocionado al prior de Alba de Tormes y de Salamanca, también experto en Santa Teresa, Miguel Ángel González.
El religioso ha explicado que este miércoles por la mañana “la comunidad de Madres Carmelitas Descalzas, junto con el Postulador General de la Orden, los miembros del tribunal eclesiástico y un reducido grupo de religiosos hemos trasladado con austeridad y solemnidad los relicarios al lugar habilitado para el estudio. Lo hemos hecho cantando el Te Deum con el corazón lleno de emoción”.
El grupo ha tenido que obrar con minuciosidad y con la ayuda de dos maestros orfebres de Salamanca. Primero ha habido que retirar la losa de mármol que tapa el sepulcro, que solo se ha abierto en riguroso secretismo junto a los científicos y los integrantes del tribunal eclesiástico. El sepulcro, de mármol negro jaspeado de Toledo, regalado por Fernando VI [1713-1759] y su esposa, Bárbara de Braganza, se conserva de forma “magnífica” y atesora una “excelente” calidad.
Los trabajos sobre las reliquias de la santa han comenzado tras un inicial rezo. El primer repaso visual, positivo: el cuerpo sigue “incorrupto”, como en 1914. La anterior apertura se dio en 1750. Marco Chiesa ha explicado que el estudio actual pretende trazar con exactitud los años finales de la religiosa. Para ello cuentan con bases como el examen de los pies, donde descubrieron “la presencia de espinas calcáreas que hacen casi imposible caminar. Pero ella caminaba. Llegó Alba de Tormes y, luego, la muerte, pero su deseo era seguir y seguir adelante, a pesar de los defectos físicos”.
Las nuevas tecnologías permitirán arrojar más precisión sobre el estado de la religiosa, pues de 1914 solo se conservan fotos en blanco y negro, pero el padre Chiesa ha afirmado que los doctores “ven casi claramente el rostro de Teresa” pese a que la piel se ha momificado y no se percibe bien el color de la piel: “Se ve bien sobre todo en la mitad de la cara”. Una vez las conclusiones arriben a Roma y los expertos las desgranen, se aspira a conocer más detalles sobre Teresa e incluso guías para conservar mejor aún estos restos. La mano, guardada habitualmente en Ronda (Málaga), se ha trasladado a Alba de Tormes para ser analizada conjuntamente con los demás elementos.
Esta vez se han tomado numerosas fotos y radiografías para desentrañar mejor la condición de la religiosa. La actuación proseguirá en Salamanca hasta este sábado, 31 de agosto, cuando el relicario será limpiado, se reincorporarán los restos y las conclusiones y evidencias científicas viajarán hasta la Santa Sede. Los orfebres intervendrán de nuevo para cerrar y sellar el sepulcro sin dañar los ornamentos y piezas de valor que lo componen y adornan. Por último, y sin fecha hasta una futura reapertura por motivos aún desconocidos, las santas reliquias incorruptas, y de momento incorruptibles, serán veneradas antes de recuperar la paz.
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