El Congreso deja solo a Vox en su intento de tumbar la regularización especial de inmigrantes
La portavoz ultra afirma que entre los migrantes que llegan a España apenas hay mujeres o refugiados
El pleno del Congreso ha votado este jueves y rechazado de manera muy mayoritaria, con 315 votos en contra frente a los 33 de Vox a favor, la enmienda a la totalidad de la formación ultra para tumbar que siguiera avanzando la Proposición de Ley aprobada por la Cámara baja en abril para una regularización extraordinaria para más de 500.000 personas en España. Vox se ha quedado solo en la votación y en el debate, donde ha recibido fuertes críticas a sus posiciones negacionistas sobre los problemas de la inmigración y los migrantes de todos los partidos de la coalición en el Gobierno, PSOE y Sumar, y de sus socios, pero también del PP. La portavoz popular, Sofía Acedo, ha echado en cara a Vox que les acusaran de haber aprobado con esa Iniciativa Legislativa Popular (ILP) “ninguna regularización masiva, sin condiciones y sin exigencias” y ha instado con dureza a esa formación a dejar de “mentir” y de “subestimar a sus votantes”.
La portavoz de Vox en el debate, Rocío de Meer, puso en cuestión en su defensa de la enmienda de devolución de la iniciativa legislativa popular (ILP) para regularizar a los extranjeros que viven y trabajan en España de forma clandestina aprobada en abril por la Cámara baja que esas 500.000 personas suponen “la población de Ávila, Segovia, Valladolid, Soria y Zamora juntas, no son cuatro refugiados”. Luego afirmó que entre esos inmigrantes “no vienen mujeres violadas”, sino hombres y que “en su mayoría no son refugiados”. Y también rebatió que vengan de países en conflicto: “¿Qué guerra hay en Mauritania? ¿Qué guerra hay en Marruecos? ¿Qué guerra hay en Argelia? No huyen de ninguna guerra, señorías”.
La diputada de Vox ha refutado lo que calificó como “teorías de puertas abiertas” las posiciones de los que defendieron de nuevo la oportunidad de esa norma, en consonancia además con el pacto de inmigración alcanzado en la Unión Europea y que han suscrito los grandes partidos españoles, entre ellos PSOE y PP. De Meer rebatió así esas tesis: “¿Vienen cuatro que huyen de la guerra? No hacemos más que ver informes del Banco de España, la AIREF, el plan 2050, la nueva ministra de Migraciones, el ex ministro (José Luis) Escrivá diciendo que en los próximos años iban a ser siete millones y Elma Saiz (la actual ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) ha dicho que 250.000 al año. Y el Banco de España ha dicho 24 millones en los próximos años, ¡es la mitad de la población española!”.
La parlamentaria ultra ha negado que entre los inmigrantes que llegan a España vengan refugiados, “pues en su mayoría quienes entran de forma ilegal no son mujeres, sino hombres que no huyen de ninguna guerra, ya que muy poquitos vienen refugiados”. De Meer ha indicado que en su opinión España “no tiene que respetar sus costumbres”, en alusión a prácticas como la mutilación genital femenina o los matrimonios forzosos.
Vox proponía en su enmienda de devolución de la ILP la retirada de nacionalidad a los delincuentes, su expulsión inmediata y la prohibición de regularizaciones masivas. El pleno del Congreso votó y el marcador registró a favor solo los 33 votos de Vox. Los 315 restantes no solo votaron en contra, incluido el PP, sino que sus portavoces fueron especialmente críticos con Vox. La mayoría de los diputados de los partidos en el Gobierno y sus socios, tanto del PSOE, Sumar, ERC, PNV, BNG y Podemos, han rechazado frontalmente esta propuesta entre acusaciones de xenofobia, racismo, islamofobia y promover el discurso de odio y atacaron las posiciones de De Meer como “peligrosas”, “negacionistas” o “sucias” y “racistas”.
La diputada del PSOE, Elisa Garrido Jiménez, ha tachado la enmienda de Vox de “cóctel peligroso”. Y aprovechó para reprochar este tipo de actuaciones de esa formación: “Cogen una iniciativa legislativa popular respetable, la menosprecian, la retuercen, le añaden taza y media de bulos, una taza de manipulación, un buen chorrotón de miedo, el toque justo de racismo y unas gotitas de inconstitucionalidad, que nunca les viene mal”.
El PP se englobó en la mayoría que vetó la proposición de Vox pero, eso sí, cuestionó la “hipocresía” del PSOE al usar la inmigración como “un instrumento para comprar la investidura“ en un proceso de “cambio fácil” con Junts para que “estos puedan expulsar a los extranjeros de Cataluña, (...) especialmente a los que hablan español, que son los que les molestan en su política de imposición lingüística”. Los populares anunciaron que presentarán en el futuro una enmienda a esa misma proposición ya en la comisión que estudie esa ponencia para que no puedan acogerse a esa regularización los inmigrantes que “cometan delitos, sean reincidentes o tengan orden de expulsión”.
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