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Israel prohíbe al consulado español en Jerusalén atender a los palestinos en represalia por las palabras de Yolanda Díaz

El ministro de Exteriores califica a la vicepresidenta segunda de “persona ignorante y llena de odio”. Albares anuncia que protestará y niega que haya “antisemitas” en el Gobierno

El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz (izquierda), hablando con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en Bruselas.Foto: JOHN THYS / POOL (EFE) | Vídeo: EPV
Antonio Pita

Con las brasas del enfado aún encendidas por el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que reconocerá el Estado palestino, una frase (“desde el río hasta el mar”) de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha generado este viernes una nueva represalia israelí. Su ministro de Exteriores, Israel Katz, ha anunciado la decisión de “cortar la conexión” entre la Embajada de España en Tel Aviv y los palestinos y de “prohibir al consulado español en Jerusalén prestar servicios a los palestinos” en Cisjordania. Además, califica a Díaz de “persona ignorante y llena de odio” y le exhorta a “aprender sobre 700 años de dominio islámico en Al Ándalus, la actual España” si “quiere entender lo que realmente quiere el Islam radical”. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, ha avanzado esta mañana que protestará y se ha defendido de las acusaciones del Gobierno israelí negando que haya “antisemitas” en el Ejecutivo. También el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha lamentado que el Gobierno israelí convierta ”en un ataque antisemita” cada muestra de apoyo a Palestina como Estado.

Katz cita dos motivos para la decisión: el anuncio de reconocimiento (que efectuará el próximo martes España junto con Irlanda y Noruega) y el “llamado antisemita” de la vicepresidenta y líder del partido Sumar a “no conformarse con reconocer un Estado palestino ‘y liberar Palestina desde el río hasta el mar’”.

Se refiere al ―polémico y sujeto a distintas interpretaciones― eslogan con el que Díaz concluye un vídeo reciente. El río al que alude la frase es el Jordán y el mar, el Mediterráneo. Entre ambos están hoy tanto el Estado de Israel como los territorios palestinos ocupados: Gaza, Cisjordania y Jerusalén este.

El nacionalismo palestino comenzó a usar dicho eslogan años después de su derrota en la primera guerra árabe-israelí, a raíz de la creación de Israel en 1948, y la Nakba, la huida o expulsión de unos 750.000 que vivían en el actual Israel. Poco a poco, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) lo fue convirtiendo más bien en un llamamiento a establecer un solo Estado democrático y secular en toda la Palestina histórica en el que judíos y árabes tendrían los mismos derechos.

A finales de los años ochenta, el entonces líder palestino, Yasir Arafat, reconoció a Israel en sus fronteras hoy internacionalmente aceptadas: las previas a la Guerra de los Seis Días de 1967. No ha sucedido al revés y el partido que lidera Netanyahu (Likud) defiende desde hace décadas el Gran Israel (es decir, desde el Jordán al Mediterráneo) y su actual acuerdo de Gobierno con ultranacionalistas y ultraortodoxos consagra “el derecho exclusivo e indiscutible del pueblo judío a todas las partes de la Tierra de Israel”, un concepto bíblico que incluye al menos las actuales Israel y Palestina.

El eslogan se ha seguido usando desde entonces (en algunos casos, como muestra genérica de solidaridad con Palestina; en otros, como llamamiento a la desaparición de Israel) hasta resucitar estos días, sobre todo en su versión en inglés, en las manifestaciones de los campus de Estados Unidos.

En Israel se percibe como un llamamiento claro a su destrucción, con la connotación de que incluiría también el exterminio de sus habitantes. Y se asocia más a las facciones palestinas que rechazan la existencia del Estado judío, como Hamás, en cuya carta fundacional (revisada en 2017) se marca como objetivo la “liberación completa de Palestina, desde el río hasta el mar”. O a una frase famosa de Ahmed Shukairy, el predecesor de Arafat al frente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sobre “echar a los judíos al mar” o a otras sobre devolver a los judíos a los países de los que procedían, precisamente poco después del Holocausto.

Díaz: “No soy antisemita”

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha insistido en la misma alocución este viernes, a la vez que ha destacado su apuesta por la solución de dos Estados: “Lo pueden cotejar ustedes en mis palabras y en todos y cada unos de los programas de Sumar. Siempre hemos defendido lo mismo: el reconocimiento de dos Estados, que compartan desde el río hasta el mar la economía, los derechos y, sobre todo, algo muy importante en estos momentos, que es la paz y un futuro próspero”.

Díaz ha pronunciado estas palabras en Alcalá de Henares (Madrid), antes de entrar en un evento organizado por el sindicato UGT, informa Emilio Sánchez Hidalgo. “No comparto la política del odio. Y si es necesario que lo diga, no soy antisemita. Creo que es una evidencia”, ha abundado, antes de calificar como “histórico” el anuncio del reconocimiento español del Estado de Palestina, que el Consejo de Ministros sellará el martes. “Ni mucho menos odio ni a los palestinos ni a los israelitas. Tengamos las cosas claras y el ministro Albares ya tomará una decisión sobre el siguiente paso a dar”, ha finalizado.

La nueva polémica se produce en una semana en la que las relaciones bilaterales entre España e Israel han caído a uno de sus puntos más bajos. Ya en la víspera, el director general del Ministerio de Exteriores de Israel, Yaakov Blitshtein, reprendió en persona a los embajadores de España, Irlanda y Noruega y les advirtió de que el reconocimiento del Estado palestino “tendrá consecuencias más graves” para las relaciones bilaterales. “La decisión retorcida de sus gobiernos es una recompensa para Hamás; Hamás les felicita por ello. La decisión tendrá consecuencias más graves para nuestras relaciones con sus países”, les dijo Blitshtein, según aparece citado en un comunicado difundido por el ministerio. También ha llamado a consultas a los representantes diplomáticos israelíes en estos tres países.

Al principio del encuentro, Blitshtein mostró además a los embajadores (la Española Ana María Sálomon, el noruego Per Egil Selvaag y la irlandesa Sonya McGuinness) una versión reducida del vídeo del secuestro de las soldadas que vigilaban la base de Nahal Oz durante el ataque del 7 de octubre. En la grabación, efectuada por los propios milicianos de Hamás con las cámaras que llevaban adosadas, se las ve recibir amenazas atadas de manos; algunas de ellas, ensangrentadas. El foro que representa a las familias de los rehenes permitió su difusión, justamente para presionar al Gobierno a alcanzar un pacto para su liberación, pero el Ministerio de Exteriores decidió mostrársela a los representantes diplomáticos.

Ese mismo día, una diputada israelí de la oposición, Sharren Haskel, envió una carta al primer ministro, Benjamín Netanyahu, para pedirle que responda a la decisión de España llevando al Consejo de Ministros, y al pleno del Parlamento, el “reconocimiento de la independencia” de Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Aragón y las islas Canarias y Baleares. Todas estas comunidades autónomas, asegura, vienen mostrando una “voluntad clara por la independencia”. En un mensaje en la red social X en el que adjunta la carta, Haskel propone “pagar a España con la misma moneda” llevando “luz y esperanza a otros pueblos que exigen su independencia”.

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Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
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