España y Reino Unido intentan blindar la negociación sobre Gibraltar ante la campaña electoral británica
Madrid y Londres aseguran que siguen las conversaciones pese al anticipo electoral decidido por el primer ministro Sunak
España y el Reino Unido quieren blindar las negociaciones sobre Gibraltar ante las elecciones británicas, convocadas para el próximo 4 de julio. La decisión del primer ministro Rishi Sunak de anticipar las elecciones legislativas, previstas en principio para otoño, y celebrarlas dentro de seis semanas, ha extendido el temor a que las negociaciones sobre las relaciones de la colonia británica con la UE, que se desarrollan desde hace dos años y medio y enfilan ya su recta final, queden aparcadas, quizá con carácter definitivo.
Tanto Londres como Madrid se esfuerzan en disipar esos temores. “El Gobierno del Reino Unido trabaja codo con codo con el Gobierno de Gibraltar y permanece comprometido a concluir un acuerdo que beneficie a Gibraltar, sus ciudadanos y su economía”, ha asegurado un portavoz del Foreign Office (oficina de asuntos exteriores) a preguntas del EL PAÍS. También el Ministerio de Asuntos Exteriores ha respondido a este diario que “los equipos técnicos [de los dos gobiernos y de la Comisión Europea] siguen trabajando con normalidad y avanzando en todo lo acordado y hecho público en los dos comunicados conjuntos” difundidos tras las reuniones al máximo nivel de los pasados 12 de abril y 16 de mayo en Bruselas.
Donde antes se han disparado las alarmas ha sido en la colonia británica, cuyos habitantes votaron en un 95% a favor de permanecer en la Unión en el referéndum del Brexit y se verían limitados por una frontera dura con España si fracasaran las negociaciones. El mismo miércoles, después de que Sunak anunciase el anticipo de las elecciones, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, recibió una llamada mientras se encontraba en la asamblea local y, a su regreso, manifestó: “Después de las conversaciones que he tenido hace un momento, puedo confirmar que podremos continuar las negociaciones durante el período de purdah”, en alusión al tiempo que transcurre desde que se convocan elecciones hasta que se forma nuevo gobierno, equivalente al Gobierno en funciones en España, que debe limitarse a gestionar asuntos de trámite. Picardo agregó que la negociación sobre el Peñón “es un tema que goza del apoyo de todos los partidos en el Reino Unido y el trabajo continúa para asegurar ese tratado y estoy seguro de que quienquiera que regrese al cargo después del 4 de julio en el Reino Unido, el Gobierno que dirijo podrá trabajar bien y en estrecha colaboración en interés de Gibraltar y su pueblo y nuestra exclusiva soberanía británica”.
Pese a los deseos de todas las partes, la celebración de elecciones europeas del 6 al 9 de junio y británicas el 4 de julio puede frenar las negociaciones en un momento crítico. Por lo pronto, el futuro tratado deberá ser ratificado por los futuros parlamentos de Westminster y Bruselas cuando se constituyan; y unos gobiernos en pleno periodo electoral difícilmente van a tomar decisiones políticas que pueden ser controvertidas. Todas las encuestas apuntan a un triunfo laborista y Picardo cuenta con que un futuro gobierno de su mismo signo ideológico defienda sus posiciones frente a España y la Comisión Europea. La paradoja es que ese futuro gobierno laborista puede encontrarse con la oposición del Partido Conservador, que es el que ha negociado hasta ahora. De hecho, en relación con Gibraltar, el ministro de Exteriores, David Cameron, ha recibido más críticas del sector eurófobo de su propio partido que del laborista.
Pese a ello, en las dos cumbres tripartitas en las que ha participado, con el vicepresidente de la Comisión Europea Maroš Šefčovič y con su homólogo español, José Manuel Albares, no se ha conseguido cerrar el acuerdo, aunque se hayan producido, según todas las partes, “notables avances”. En su comparecencia del miércoles en el Congreso, Sánchez aseguró que se estaba “muy cerca de lograr un hito histórico” en beneficio de los habitantes del Campo de Gibraltar y mostró su confianza en alcanzar “un acuerdo integral durante las próximas semanas”. La campaña electoral en la que están inmersos ambos gobiernos puede enfriar ese optimismo.
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