Sánchez mantiene la presión sobre Milei para que rectifique y recibe el apoyo incluso de las empresas
La polémica monopoliza el ambiente electoral español en la precampaña de las europeas
La Moncloa está dispuesta a ir todo lo lejos que sea necesario para mantener la presión y que el presidente argentino, Javier Milei, rectifique, aunque eso no suponga que pongan sobre la mesa la medida más drástica, la ruptura de relaciones diplomáticas. El entorno del líder de La Libertad Avanza insiste en que no dará marcha atrás, pero Pedro Sánchez está convencido de que en este asunto tiene toda la razón y Milei ha cometido un error garrafal atacando a un líder democrático de otro país en su propia casa, algo inédito en los usos mínimos diplomáticos. Sánchez se siente fuerte además porque está recibiendo muchos apoyos inesperados o al menos críticas directas a Milei, no solo de los partidos de la mayoría, como era esperable, sino incluso del PP que, con matices y ambigüedades, ahora ha decidido criticar al argentino. Especialmente significado es el apoyo de las grandes empresas españolas que, después de reunirse con él el sábado, están lanzando comunicados de rechazo expreso a sus palabras del domingo en el mitin de Vox en Vistalegre.
Sánchez parece muy cómodo en este enfrentamiento con Milei, que coloca políticamente la campaña electoral de las europeas, que empieza el jueves, justo en el punto que buscaba el líder del PSOE: en un enfrentamiento entre los progresistas y la ultraderecha. El presidente incluso apuntó la posibilidad de tomar medidas más duras aún que las que ya ha adoptado, con la llamada a consultas sine die de la embajadora española y la reunión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con el embajador argentino para trasladarle el malestar español y exigirle las disculpas del jefe del Estado del país austral. La Moncloa evitar aclarar cuáles serían esas medidas más graves, aunque está por vez ahora qué pasa si Milei finalmente confirma un nuevo viaje a España que tenía previsto para finales de junio.
Sánchez ha convertido este asunto en la prioridad de su agenda política. El presidente exigió este lunes “respeto” a Milei —que el domingo llamó “corrupta” a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez— y apuntó que, si no hay una rectificación, el Ejecutivo español tomará medidas y habrá una “respuesta acorde a la dignidad que representa la democracia española”. Sánchez remarcó “los lazos de hermandad que unen a España y Argentina”. “Entre gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable”, remarcó. “Somos dos países hermanos que se quieren y se respetan. Lo que ayer vivimos en Madrid no habla de lo que los españoles y los argentinos sentimos, de dos pueblos que en momentos difíciles contaron el uno con el otro para levantarse. No habla de las raíces comunes que tenemos. Soy plenamente consciente de que quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino”, dijo al empezar su intervención en el foro económico CREO, organizado por Cinco Días, diario del Grupo Prisa.
Mientras, el Gobierno argentino defendió que es el Ejecutivo español quien debe pedir disculpas al argentino, y no al revés. Y el presidente parece feliz con la polémica, de la que presume en la red X, en la que señaló que había vuelto a Buenos Aires “surfeando sobre una ola de lágrimas socialistas”, informa Mar Centenera. “El Gobierno argentino insta a que los funcionarios del Reino de España pidan disculpas tras decir que el presidente Milei consume sustancias, que somos un gobierno del odio, del negacionismo y atentamos contra la democracia”, dijo el portavoz, Manuel Adorni en una rueda de prensa en la Casa Rosada dominada por la crisis diplomática con España. En realidad, el propio Adorni había dado por cerrada hace dos semanas la crisis por las palabras del ministro Óscar Puente sobre las supuestas “sustancias” que podría consumir Milei, pero ahora la reabre después del polémico viaje. Puente ya dijo que si hubiera sabido de la trascendencia de sus palabras, que en el Gobierno español se consideran una metedura de pata evidente, no las habría pronunciado.
Pero Milei no parece dispuesto a ninguna marcha atrás ni nada similar, al menos de momento. El presidente argentino dijo en el mitin de Vox “no saben qué tipo de sociedad y país puede producir el socialismo y qué calaña de gente atornillada en el poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar. Aun cuando tenga la mujer corrupta, se ensucie y se tome cinco días para pensarlo” en clara referencia a Sánchez y su esposa, Begoña Gómez.
La novedad es que esta crisis ya no es solo entre gobiernos. También las grandes empresas españolas han entrado con claridad a criticar a Milei, con comunicados específicos de compañías con muchos intereses en el país como Telefónica, Iberia o el BBVA. Pero sobre todo fue rotundo el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, que estuvo reunido con Milei el sábado, pero este lunes dijo que una injerencia así en política nacional cuando se visita un país es inaceptable.
Sánchez, que claramente tiene interés en que este asunto visibilice los riesgos de una llegada de la ultraderecha al corazón del poder europeo, no solo se lanzó contra Milei. También acusó al líder de Vox, Santiago Abascal, de alentar la “violencia política” contra los socialistas. “Decir que hay que sacar a patadas y gorrazos a un Gobierno legítimo es antidemocrático y exige una condena rotunda de todas las fuerzas políticas y todos los medios de comunicación”, aseguró Sánchez. El PSOE está así tratando de meter presión al PP para que se distancie de Vox, precisamente el mismo eje de campaña de las generales de julio de 2023.
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