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El PSOE se cita en Ferraz para alejar el vértigo de la dimisión de Sánchez

El progresismo intenta convencer al presidente de que siga para evitar una crisis de resultado imprevisible en uno de los grandes bastiones de la socialdemocracia en todo el mundo

De izquierda a derecha, Gabriel Rufián (ERC), Aitor Esteban (PNV) y Patxi López (PSOE), a su llegada al debate de la campaña electoral de las generales en RTVE el 13 de julio de 2023.Foto: ANDREA COMAS | Vídeo: EPV

En sus 140 años de historia, el PSOE jamás había celebrado un Comité Federal pensado para una sola persona. La cúpula socialista no se reunirá este sábado para discutir estrategias políticas, ni para lanzar un mensaje a los militantes, a los votantes, a los ciudadanos en general, o al menos no será ese su principal objetivo. La reunión de las 11.00, que por primera vez será emitida íntegramente en directo, y con miles de progresistas siguiéndola en la calle en una manifestación que la cúpula espera masiva, tiene un destinatario principal que no estará allí, aunque sea el gran protagonista: Pedro Sánchez, que la verá desde La Moncloa.

Todos los mensajes irán para él. Uno a uno, todos los dirigentes, incluidos los más críticos, como el castellano manchego Emiliano García-Page, mirarán a la cámara para mostrar su apoyo al secretario general y pedirle a través de la televisión que no dimita, que aguante, que decida seguir y así evite dar la victoria política a los que han dirigido la campaña contra su esposa, Begoña Gómez, que está en el origen de la decisión de Sánchez de pensar en la dimisión. Algunos dirigentes están planteando la cuestión como una batalla más allá de su líder, del PSOE o de la izquierda española. Señalan que en realidad se trata de salvar la política, la democracia, de impedir que el ambiente tóxico se apodere de todo y domine la escena. “Defendiendo a Sánchez estamos defendiendo la democracia”, señaló Patxi López, el portavoz parlamentario. “Pedro, de tu resistencia individual levantaremos una resistencia colectiva”, clamó Salvador Illa en un mitin en Cataluña.

Casi todos los ministros, presidentes, alcaldes, dirigentes han recibido insultos, acosos, y se han preguntado en algún momento si vale la pena seguir, como señala Sánchez en su carta. La conversación con ellos deriva rápidamente hacia experiencias personales duras. Por eso, aunque todos los dirigentes que hablan en público le piden que siga, en privado algunos señalan que entenderían sus motivos personales para dejarlo. Porque la política se ha convertido en algo demasiado duro. Así que la jornada de este sábado, que será decisiva, camina hacia un territorio alejado de la estrategia política clásica y que apela mucho más a lo emocional, que de hecho es el marco en el que la carta de Sánchez ha colocado el debate. El líder del PSOE, que consiguió ganar unas primarias en 2017 contra toda la cúpula empujado por las bases, ha apelado siempre a su conexión emocional con el mundo progresista, que le ha permitido tener resultados electorales inesperados. Y este sábado se puede ver algo de eso en la calle Ferraz y alrededores.

Más de 120 autobuses traerán militantes de toda España, pero, además, se espera una gran movilización espontánea de simpatizantes y progresistas en general para mostrar su apoyo a Sánchez y pedirle que siga. La cúpula del PSOE no quiere ni siquiera hablar del plan B, de qué hacer si pese a todo el presidente decide dimitir el lunes. Todas las energías del Gobierno, de la cúpula nacional y los dirigentes territoriales del partido, de Sumar también, que empuja para continuar con una labor a la que le quedan tres años de legislatura, e incluso de los socios nacionalistas e independentistas, parecen puestas en convencer a Sánchez de que no dimita.

El PSOE vive la situación con especial vértigo. Nadie sabe bien cómo se podría gestionar la ruptura abrupta de un hiperliderazgo que en ningún momento ha preparado una sucesión y que arrastra con él, como admiten en su propio núcleo duro, más capital político que ningún otro dirigente y que el propio partido, porque es él quien tiene el apoyo popular, quien moviliza, quien logra más votos para el PSOE en las generales que otros dirigentes en autonómicas o locales. Los dirigentes consultados se niegan a hablar de escenarios futuros, todo está dispuesto para convencer a Sánchez, pero en el caso de que se fuera, lo que parece casi seguro es que nadie se plantea un escenario electoral. Quedan tres años de legislatura y la opción más probable sería buscar una investidura de otro candidato socialista —la vicepresidenta María Jesús Montero sería una salida natural— y buscar el apoyo de los socios, que no solo han dicho públicamente que quieren continuar con la mayoría sino que, además, en el caso de los independentistas, necesitan que siga la legislatura porque la ley de amnistía aún no está aprobada.

Pero nadie está en eso ahora. Incluso la propia Montero señaló en La Sexta que ni se plantea ese escenario de que ella fuera a una nueva investidura. “No estamos en ningún otro escenario que no sea que el presidente continúe”, remató Félix Bolaños, ministro de Justicia. El núcleo duro del Gobierno y el PSOE —Montero, Bolaños, Pilar Alegría, Santos Cerdán, Óscar Puente, Óscar López— se reunió de nuevo este viernes en La Moncloa, pero nadie planteó el escenario del día después si Sánchez dimite, según diversas fuentes. Lo que hicieron fue compartir información del ambiente en el partido, de la movilización que se está fraguando para apoyar en Sánchez, y conjurarse para hacer todo lo posible para que siga. Nada de empezar a trabajar en el escenario de la dimisión. De nuevo, se reunieron sin el líder, que solo está contestando a mensajes agradeciendo el apoyo pero que sigue sin querer reunirse con nadie y solo habla con su familia. En la cúpula está instalada la idea de que Sánchez está meditando muy seriamente la dimisión, pero esperan convencerle con una movilización extraordinaria de apoyo.

El presidente sí recibió una llamada internacional de apoyo importante, la del brasileño Lula, y ahí sí atendió. Sánchez está recibiendo también mucho respaldo del progresismo internacional. “Su fuerza y su papel son importantes para su país, para Europa y para el mundo”, dijo Lula en redes después de hablar con el primer ministro español. Lula fue encarcelado cuando iba primero en las encuestas para las elecciones de 2018, a las que no se pudo presentar, por un juez, Sergio Moro, que después fue ministro de Justicia de su rival, Jair Bolsonaro. Después de 580 días de cárcel, su condena fue revocada, fue absuelto de todos los cargos, pudo presentarse a las elecciones y ganó en las siguientes, en 2022.

En plena ola de derecha y ultraderecha en buena parte del planeta, pero especialmente en Europa, y después del cambio en Portugal, Sánchez se ha convertido en el referente de la resistencia progresista y además con buenos datos económicos para buena parte del progresismo internacional, y es sin duda la estrella de la socialdemocracia europea, porque dirige la cuarta economía del euro y con un 32% en las últimas elecciones dirige uno de los partidos de este sector más fuertes de Europa, donde la norma es estar muy por debajo del 20%. Su caída implicaría un golpe muy duro para un grupo ahora muy debilitado en Europa.

Todo está, pues, preparado para que Sánchez cambie de opinión, decida seguir y evite el vértigo del PSOE a una sucesión descontrolada en un momento muy delicado, en plena campaña de las catalanas, con las europeas por delante y en una situación internacional delicada. Pero la oposición ya se está preparando para el escenario de una caída del presidente, y Alberto Núñez Feijóo asegura que está preparado para asumir el poder. Hasta hace muy poco, Sánchez insistía en que él tenía tres años por delante y que a la oposición se le iban a hacer muy largos. Nada ha cambiado en su mayoría, sigue estando ahí con la fragilidad de siempre pero también con la garantía de que todos los grupos que lo apoyan quieren evitar a toda costa un Gobierno del PP con Vox. Ahora es el presidente quien debe decidir si sigue o abre paso a una crisis con resultados impredecibles. Este sábado escuchará un clamor muy claro para que se quede, que probablemente seguirá el domingo, donde ya hay otras convocatorias. La decisión es solo suya, pero el mensaje de su mundo será muy claro.

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