El desaparecido tipo es hombre, español, mayor de edad y se marchó de forma voluntaria

El perfil medio de las personas desaparecidas en 2023 está caracterizado por cuatro rasgos: tiene nacionalidad española, es hombre, mayor de edad y se marchó sin dar explicación alguna de forma voluntaria. A pesar de que cada persona desaparecida tiene una historia diferente, el Centro Nacional de Desaparecidos ha trazado un retrato tipo del caso de desaparición más frecuente del último año. El retrato difiere del año anterior, en el que el caso más común correspondía a un varón, también español, pero menor de edad. El número de personas desaparecidas el año pasado ha bajado un 6,9% con respecto a 2022 y el 95% de los casos ha quedado resuelto. La directora del Centro, Pilar Muniesa, ha explicado este martes en un acto celebrado en la sede del centro, que un 30% de las 15.126 personas que se ausentaron sin causa aparente en el pasado año, han faltado de sus domicilios en más de una ocasión. Se les denomina “desaparecidos reincidentes” y la media de esos casos se sitúa en 3,2 desapariciones por persona.

Más del 66% de las desapariciones se resuelven en los primeros siete días y las personas desaparecidas son hombres en el 61,5% de los casos. Casi nueve de cada diez casos denunciados en 2023 fueron desapariciones voluntarias, el 5% involuntarias y en el 0,4% de las ocasiones hubo una desaparición forzada. Madrid (14%), Barcelona (12%) y Las Palmas (7%) son las provincias con mayor número de denuncias. En cuanto a la nacionalidad, un 63% son ciudadanos españoles y entre las nacionalidades extranjeras destaca la marroquí, con un 11,3% de los casos. El 31 de diciembre de 2023, fecha de cierre del balance, quedaban activas 6.001 denuncias por desapariciones.

Este retrato se ha trazado en un acto en el que, además del balance de actividad del centro, un nutrido grupo de familiares de desaparecidos se ha reunido con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y le han planteado sus inquietudes y reclamaciones. En sus intervenciones, han reclamado mayor comprensión y atención por parte de las autoridades, que los protocolos policiales de búsqueda estén unificados o que se ayude a los parientes a pasar trances especialmente dolorosos, especialmente en las primeras horas de la desaparición o cuando tienen que registrar oficialmente a sus seres queridos como personas fallecidas. “Estas cosas no se cuentan para hacer sangre, pero si es verdad que hay que tener conocimiento para poder mejorar”, se excusaba Isidro Molina, padre de Paco Molina, desaparecido en Córdoba en 2015, cuando tenía 16 años, después de relatar los “despropósitos” cometidos en la investigación del caso de su hijo. “Pido un final para cada persona desaparecida”, ha reclamado Merche, hija de Adelina Pintos, de 82 años, desaparecida en 2022 en San Just Desvern (Barcelona).

Grande-Marlaska ha anunciado que se pondrá a disposición de los familiares de las personas desaparecidas una carta informativa que incluya todos los recursos a su disposición, y entre los que se incluye la atención psicológica gratuita prestada por profesionales contratados por el Ministerio del Interior. Según ha explicado el ministro, ya se está tramitando un expediente económico para contratar los servicios psicológicos y, una vez concluido, el Centro Nacional de Desaparecidos ofrecerá este servicio a todos aquellos familiares que lo requieran.

Durante el acto de este martes se ha rendido homenaje a la asociación InterSOS, creada en 1998 y que cesó su actividad el pasado mes de enero. Grande-Marlaska ha entregado una distinción a sus fundadores, Luisa Vera y Juan Bergua. Ambos son los padres de Cristina, desaparecida con 16 años, el 9 de marzo de 1997. La lucha de este matrimonio por dar con el paradero de su hija consiguió que en 2010 el Congreso proclamase cada 9 de marzo como día de las personas desaparecidas sin causa aparente.

En el último año, el centro ha puesto en marcha un nuevo procedimiento de alerta por desapariciones con gran repercusión nacional y que está dirigido a dos grupos especialmente vulnerables, los menores y mayores de avanzada edad. Estos avisos, denominados PAV (publicación de alerta vulnerable), se lanzan en los casos en los que la persona esté en grave riesgo y se han puesto en marcha mediante un convenio con cinco empresas de publicidad exterior que ceden sus monopostes digitales publicitarios. El sistema funciona desde marzo de 2023 y, tras su uso, tres personas han sido localizadas en buen estado, dos sin vida y una de las búsquedas continúa activa.

El centro también ha informado de que, en colaboración con las fuerzas de seguridad, han sido identificadas 294 personas fallecidas, una cifra que supera los registros de años anteriores, y que ha permitido que los familiares de las personas desaparecidas puedan cerrar su duelo.