Felipe VI advierte que sin un Estado palestino no acabará el ciclo de violencia en Oriente Próximo
El Rey se refiere por vez primera a la guerra de Gaza desde el 20 de octubre pasado, pero evita pedir un alto el fuego
Felipe VI ha advertido este jueves que, sin el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel, “no será posible parar este ciclo de violencia o impedir que se vuelva a repetir”, en alusión al baño de sangre en el que está sumido Oriente Próximo, que ha dejado ya cerca de 23.500 muertos del lado palestino y 1.200 del israelí. El Rey ha elegido su discurso ante los 130 embajadores de España en el mundo, reunidos en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, para referirse por vez primera desde hace casi tres meses a la catástrofe humanitaria provocada por los bombardeos israelíes sobre la Franja.
“La tragedia que vive Gaza está sacudiendo la conciencia de la Humanidad, como también lo hizo el atentado terrorista que sufrió Israel el 7 de octubre, el peor de su historia. Ante esta crisis, además de la condena y el llamamiento a la liberación de todos los rehenes, y de la petición de respetar el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario, debemos seguir insistiendo también en que, sin una solución política, que pasa por el establecimiento del Estado palestino junto a Israel, no será posible parar este ciclo de violencia o impedir que se vuelva a repetir”, ha dicho el Rey.
Felipe VI ha recordado que el establecimiento de dos Estados, uno israelí y otro palestino, en condiciones de paz y seguridad, fue el compromiso que se alcanzó en la Conferencia de Paz para Oriente Próximo celebrada en Madrid en 1991, y ha añadido que “la comunidad internacional debe movilizarse para ayudar a las partes a materializarla”. La fórmula de los dos Estados reúne el consenso de toda la comunidad internacional, incluida la Unión Europea y Estados Unidos, pero la rechaza de plano el Gobierno con la ultraderecha de Benjamín Netanyahu.
Esta es la primera vez que el Rey se refiere públicamente a la guerra en Gaza desde el 20 de octubre del año pasado cuando, menos de dos semanas después de iniciarse la actual escalada de violencia, aludió al “sufrimiento tan desgarrador” causado por el conflicto. Felipe VI no volvió a aludir a la tragedia que se desarrolla en la orilla oriental del Mediterráneo en su mensaje de Nochebuena, ni tampoco en su discurso ante la plana mayor de las Fuerzas Armadas el pasado 6 de enero en el Palacio Real, con motivo de la Pascua Militar, a pesar de que las tropas españolas están expuestas a las réplicas de este seísmo geopolítico en Líbano e Irak. Fuentes gubernamentales indicaron entonces que la Casa del Rey había elegido los temas de los discursos del jefe del Estado sin que existiera ningún tipo de veto.
Finalmente lo ha hecho en la clausura de la VII Conferencia de Embajadores, que inauguró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y se ha desarrollado durante dos jornadas en Madrid. Las palabras de Felipe VI coinciden plenamente con la posición del Gobierno español aunque no la asumen en su totalidad. Al contrario que el Ejecutivo, que pone el acento en la urgencia de frenar la muerte de civiles en Gaza, el Rey ha guardado un cuidadoso equilibrio entre palestinos e israelíes, para no indisponerse con ninguno de ellos. Así, ha mencionado el atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre inmediatamente después de hablar de la tragedia de Gaza; y ha pedido la liberación de los rehenes en manos de la milicia yihadista junto al respeto al derecho internacional humanitario por parte de Israel. Pero, sobre todo, no ha reclamado un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza, una demanda del Gobierno español que rechazan Israel. Estados Unidos y algunos socios europeos.
Más contundente ha sido a la hora de condenar la invasión rusa de Ucrania, que ha mencionado en varias varias ocasiones y de la que ha destacado que la apertura de negociaciones para el ingreso de Kiev en la UE “es un claro del apoyo que la Unión y, dentro de ella, España, vienen ofreciendo al país en respuesta a la brutal agresión que lamentablemente sufre desde hace casi dos años”. Precisamente, la luz verde para el ingreso de Ucrania en la UE fue uno de los hitos de la presidencia española de la Unión, que Felipe VI ha calificado de “éxito de país, de la sociedad española en su conjunto”.
Como ha hecho en sus últimos discursos, ha vuelto a referirse al 45 aniversario de la Constitución, que se cumplió el año pasado, aunque esta vez para recordar que la ley fundamental manda promover las relaciones con la comunidad iberoamericana, un mandato que asume personalmente el Rey, quien este fin de semana viajará a Guatemala para la toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo. “La defensa de la democracia y del Estado de Derecho son señas de identidad de esa comunidad que estamos construyendo juntos. Se trata de cualidades muy necesarias y oportunas en estos tiempos en los que internacionalmente se debate sobre la vigencia de esos valores”, ha dicho. También ha hecho hincapié en el enorme potencial del español, un idioma que hablan casi 600 millones de personas, y se ha felicitado de que el Instituto Cervantes haya recuperado ya la cifra de alumnos anterior a la pandemia.
Además de reiterar su compromiso europeísta, el Rey ha hecho una apuesta por el multilateralismo y el sistema de Naciones Unidas, pese a reconocer sus disfunciones, y ha llamado a la unidad transatlántica como un elemento “indispensable para preservar esos principios y valores tan preciados y que hoy se encuentran bajo amenaza”.
Ha agradecido a los embajadores la atención que le prestan a él cuando viaja y también a los españoles residentes en el extranjero, encomiando la labor que realizan e instándoles a “proyectar los valores de tolerancia, solidaridad, pluralismo y respeto a los derechos y a la dignidad de la persona que la sociedad española siempre ha defendido”.
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