La diputada de Vox Carla Toscano, mano derecha de Ortega Smith, renuncia al escaño

Carla Toscano, portavoz adjunta de Vox en la Comisión de Igualdad del Congreso, que saltó a la fama en la anterior legislatura por sus enfrentamientos con la entonces ministra Irene Montero, ha renunciado al escaño. Lo confirmó el miércoles el propio partido a través de un comunicado en el que le agradece los servicios prestados y no explica los motivos de su dimisión.

Fuentes de Vox vinculan este paso con el malestar del sector afín al exsecretario general Javier Ortega Smith por la deriva que está tomando el partido, bajo el control del vicepresidente primero, Jorge Buxadé, y su equipo. Toscano es una estrecha colaboradora de Ortega Smith, a cuyas órdenes trabaja como portavoz adjunta del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Madrid. De hecho, seguirá ejerciendo como concejal aunque abandone el Congreso, según ha precisado Vox.

Esta es la tercera baja que se produce en el grupo parlamentario ultra en cinco meses. El primero que dimitió fue su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros, que no llegó a recoger su acta de diputado, ganada el 23-J. Le siguió el doctor Juan Luis Steegmann, al que sectores ultras acosaron por defender la vacunación durante la pandemia, quien renunció a ocupar el escaño que dejó vacante Espinosa de los Monteros. Fue precisamente Carla Toscano quien al final lo sustituyó. Ahora, tras la dimisión de esta, ocupará su puesto la candidata número ocho en la lista de Vox por Madrid, Rocío Aguirre, hermana de la expresidenta de Madrid Esperanza Aguirre, madrina política del líder de Vox, Santiago Abascal.

Tras su destitución como secretario general del partido, en octubre de 2022, Ortega Smith ha ido perdiendo peso en la formación ultra. Aunque formalmente sigue siendo vicepresidente, no forma parte del Comité de Acción Política (CAP), el sanedrín que dirige el día a día de Vox. En los últimos días, fuentes próximas al ex secretario general se han quejado de la tibieza de la dirección nacional a la hora de defenderlo de las críticas que recibió por tirar una botella de agua y encararse con el concejal de Más Madrid Eduardo Rubiño, lo que le ha valido una reprobación del Consistorio de la capital.

Hasta tal punto se ha enfriado la relación entre Ortega Smith y Abascal que la web Libertad Digital publicó que el primero se proponía recabar apoyos para disputarle la presidencia de Vox en la asamblea general prevista para marzo, algo que el afectado negó de manera confusa. El lunes, por sorpresa, Abascal anunció que anticipaba la celebración de dicha asamblea al 27 de enero, dejando a eventuales adversarios sin tiempo suficiente para preparar una lista alternativa. La renuncia de Toscano se ha conocido el mismo día en que, a través de su cuenta de la red social X (antigua Twitter), Abascal ha oficializado su propósito de optar a la reelección y ha pedido a los afiliados de Vox que avalen su candidatura.

Aunque Toscano había ido perdiendo protagonismo en los últimos tiempos, en la anterior legislatura se hizo muy popular en círculos ultras por sus proclamas antifeministas, sus camisetas contra el movimiento Me Too o la frase que le espetó en el Congreso a Irene Montero, de quien dijo que su único mérito era “haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Muy activa en las redes sociales, subió fotos suyas micrófono en mano y rezando el rosario en las concentraciones junto a la sede federal del PSOE, en la calle de Ferraz, que comparó con el 2 de mayo de 1808. Al contrario que el sector ultraliberal, representado por Espinosa o Steegmann, las discrepancias de los seguidores de Ortega Smith no son ideológicas, sino que tienen que ver con la estrategia y el reparto del poder, según fuentes de Vox.