El PP rehabilita a Torres Hurtado, el alcalde de Granada que dimitió tras una operación policial

El 13 de abril de 2016, un grupo numeroso de policías nacionales registró el Ayuntamiento de Granada, las sedes de varias empresas y algunos domicilios particulares, entre otros el del entonces alcalde de la ciudad, el popular José Torres Hurtado. Investigaban una posible trama de corrupción urbanística en la que la persona más relevante parecía ser el político. Fue detenido junto a 15 personas, entre los que había concejales y responsables de urbanismo de su equipo de gobierno. El caso Nazarí, como se bautizó a la presunta trama, derivó luego en algunas piezas separadas más. Sin embargo, lo que la policía sospechaba entonces no quedó respaldado luego por ninguna sentencia judicial; juicio a juicio, el exalcalde ha quedado absuelto de todas las acusaciones. Entonces, el PP se desmarcó de Torres Hurtado y lo dejó caer. Siete años, ocho meses y dos días después, según el recuento del propio ex primer edil, su partido lo ha homenajeado este viernes en Granada.

El PP granadino reconoce cada año, en la reunión navideña de su junta directiva, la trayectoria de alguno de los suyos con la entrega de una granada de plata. La de este año ha ido a parar a Torres Hurtado y se la ha puesto Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP nacional. Un modo simbólico de rehabilitar al exregidor, de 77 años, más allá del ámbito provincial porque, también, en su caída en desgracia de entonces tuvo mucho que ver la opinión de cargos del PP autonómico y estatal. En sus tiempos como ministro de Interior y responsable último de la Policía Nacional Jorge Fernández Díaz, Antonio Sanz, hoy consejero de Presidencia y entonces delegado del Gobierno en Andalucía, y el actual presidente Juan Manuel Moreno Bonilla alabaron la operación policial. Este viernes, Bendodo ha afirmado: “Vengo a Granada fundamentalmente a darle un abrazo a Pepe [Torres Hurado]”. Y el exalcalde se ha referido con indirectas a quienes le hicieron caer.

El presidente provincial del PP, Francisco Rodríguez, se ha encargado de la laudatio del homenajeado, sin hacer mención alguna a aquel 13 de abril de 2016 ni a los días, meses y años siguientes, que sin embargo sí ha mencionado luego el homenajeado. Rodríguez ha definido a Torres Hurtado como una de las personas “serias, honradas, honestas, trabajadoras y con vocación de servicio público” que fundó el PP de Granada y que lo ha hecho “brillar”. Han sido, ha dicho, “muchos años defendiendo los intereses de Granada en el Congreso de los diputados, en el Senado, en el Parlamento de Andalucía o como delegado del Gobierno en Andalucía”. Torres Hurtado tuvo su relevancia en el partido desde la primera década del siglo XXI hasta su caída en desgracia. Rodríguez ha destacado de él que haya sido “el único alcalde de la ciudad que ha ganado cuatro elecciones consecutivas”.

Tras una ovación de los asistentes —que incluía a alguno de los que en su momento apoyaron la defenestración del exalcalde, según ha dejado caer él en su intervención— ha tomado la palabra Torres Hurtado, que ha resultado indemnede una lista de acusaciones que incluía presuntos delitos de cohecho, fraude en la contratación, asociación ilícita, prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, estafa, falsedad en documento mercantil, administración desleal y contra la ordenación del territorio. Emocionado y con voz temblorosa ha asegurado: “Han pasado siete años, ocho meses y dos días desde que una operación, digamos poco ortodoxa por no decir palabras más duras, provocó la caída de un Ayuntamiento que era ejemplo en España, en la provincia y en Andalucía (...) hasta que nos hicieron caer de una forma lamentable”.

Torres Hurtado ha dado un consejo a quienes dirigen ahora el partido: “Nunca os metáis en operaciones de derribo por intereses personales, por no ser capaces o por ser unos inútiles a la hora de conseguir que los electores te nombren a ti como alcalde o como lo que sea. No intentéis ganar la alcaldía con los juicios y las mala formas porque al final pierden los ciudadanos, la ciudad y el partido. (...) El que a hierro mata a hierro muere”.