Mueren cuatro inmigrantes en Cádiz tras ser arrojados al mar desde una lancha rápida
Las autoridades investigan dos sucesos en los que varias personas, que pretendían entrar en España de forma irregular, han sido obligadas a lanzarse al agua
Cuatro inmigrantes han fallecido en una playa de San Fernando, Cádiz, después de ser arrojados al mar desde la lancha rápida con la que pretendían llegar a España junto a otras 23 personas. Los hechos han ocurrido en torno a las 13.20 horas, cuando la Policía Nacional, Guardia Civil y Salvamento Marítimo han recibido el aviso de se estaba arrojando personas desde una semirrígida con potentes motores fueraborda, según han confirmado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz a EL PAÍS. El suceso se produjo poco después de que se lanzase al mar, desde una lancha de similares características, a otros ocho inmigrantes en la cercana zona del Castillo de Sancti Petri, también en San Fernando. Según fuentes de la Guardia Civil, los ocupantes salieron de Marruecos en grupos de hasta 40 personas que fueron dejadas en el mar en diferentes grupos desde Tarifa hasta San Fernando.
Los hechos se han producido en mitad de un importante temporal de lluvia y viento en la zona de la costa gaditana. En total se ha localizado a 35 personas, entre las que se encontraban los cuatro fallecidos y tres personas que han tenido que ser hospitalizadas con síntomas de hipotermia. Las autoridades investigan si todos ellos eran pasajeros de la misma embarcación. Tras el suceso, la lancha se ha dado a la fuga. En la tarde del miércoles, efectivos de la Guardia Civil continuaban en la zona intentando dar con el paradero de la embarcación.
La forma y el tipo de barca en la que viajaban estas personas hasta costas andaluzas es distinto al habitual en otras llegadas de la zona del Estrecho, pero ya es recurrente desde antes del verano. En un informe confidencial, la agencia europea de fronteras (Frontex) alertaba de que estas lanchas rápidas, que engloban narcolanchas (hasta 18 metros)y pateras-taxis (algo más pequeñas y un máximo dos motores), se estaban empleando ahora para introducir inmigrantes de forma irregular. La agencia, que situaba los puntos de salida en el norte de Marruecos, advertía también de la violencia que empleaban los pilotos de estas embarcaciones contra los pasajeros, a los que obligaban a bajarse (o tirarse al mar) con mucha rapidez para evitar que las fuerzas de seguridad les interceptasen y marcharse a toda velocidad con la embarcación, mucho más valiosa que las pateras tradicionales.
Frontex destacaba en su informe que el modus operandi de los traficantes, además de lucrativo (hasta 10.000 euros por persona), entrañaba serios riesgos para los ocupantes de las barcas. “No dudan en poner en peligro la vida de los migrantes para evitar su detención. En uno de estos incidentes, dos personas se ahogaron porque no sabían nadar tras verse obligados a saltar al mar para llegar a la costa. En otro incidente, un migrante fue hallado muerto, presuntamente debido a las heridas sufridas antes y durante la travesía”, registraba el informe que circuló en verano. “Según los migrantes, últimamente, los patrones los presionan para que desembarquen más rápido”, se lee. En uno de los incidentes, los patrones amenazaron con cuchillos para evitar ser detectados por las autoridades”, añadía.
Tras el suceso, la Policía Nacional ha activado el protocolo establecido para personas fallecidas y ha trasladado al lugar a miembros de las Brigadas de Policía Judicial y Policía Científica.
Fuentes de la Policía Nacional aseguran que en estos últimos días habían tenido conocimiento de que una narcolancha había realizado una maniobra similar en la zona de la Bahía de Cádiz. Sin embargo, en esa ocasión, los agentes no llegaron a constatar el desembarco de migrantes. “En estos casos, normalmente los dejan en tierra y hay una furgoneta esperándoles que se los lleva. Suelen ser casos que ocultan explotación laboral o trata de seres humanos”, afirman fuentes de la Policía Nacional.
Aunque el foco de la inmigración irregular está ahora puesto en las islas Canarias, con cerca del 70% del total de los 49.500 desembarcos registrados en lo que va de año, las llegadas a la Península mantienen una constante ascendente, aunque más discreta. Las cifras, empujadas sobre todo por la emigración de marroquíes, superan a las del año pasado, pero aún se mantienen por debajo de las llegadas registradas en este periodo en 2020 y 2021.
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