Carmen Fúnez, una ‘sorayista’ de perfil discreto que lleva toda una vida en el PP
La diputada por Ciudad Real presidió Nuevas Generaciones y tuvo un escaño en las Cortes de Castilla-La Mancha con solo 25 años
Cuando en 2001 Carmen Fúnez de Gregorio fue elegida presidenta nacional de las Nuevas Generaciones, con 25 años, era ya diputada por el PP en las Cortes de Castilla-La Mancha. Se inició muy joven en la política, primero a escala local ―en Almodóvar del Campo, el municipio de Ciudad Real de 6.000 habitantes en el que nació, fundó la primera agrupación de Nuevas Generaciones— y poco después con su primer cargo público en el Parlamento castellanomanchego. Con 28 años fue elegida senadora, un puesto que mantuvo durante tres legislaturas. Toda su vida profesional está ligada al PP, en puestos orgánicos y públicos. Su periplo está, además, marcado por la discreción hasta que se significó en las primarias del PP que enfrentaron a Pablo Casado con Soraya Sáenz de Santamaría, en las que la exvicepresidenta la eligió para su equipo de dirección que nunca fue. Con Alberto Núñez Feijóo le ha llegado el salto definitivo a la primera línea.
El líder del PP ha elegido a Fúnez, de 48 años, como vicesecretaria de Organización en sustitución de Miguel Tellado, que pasa a ocupar la portavocía del Congreso. La política manchega tendrá ahora uno de los puestos de mayor poder orgánico, aunque lo ejercerá bajo el ala de una secretaria general a tiempo completo, la riojana Cuca Gamarra, a la que el líder ha despojado el puesto de portavoz en el Parlamento.
El equipo de Feijóo destaca que Fúnez conoce muy bien el partido, por su larga trayectoria en el PP, y también su perfil dialogante. La diputada por Ciudad Real se había especializado en los temas sociales, desde la Vicesecretaría de Asuntos Sociales que dirigía y también al haber presidido la asociación de la órbita del PP Mujeres en Igualdad, un puesto desde el que defendió la supresión del Ministerio de Igualdad.
Fúnez sucedió en el cargo en 2001 al frente de Nuevas Generaciones al presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. Lideró la rama juvenil del PP hasta 2006. Pese a lo poco que había trascendido su nombre en la esfera pública es, por tanto, pata negra del PP y miembro de una generación, la de Moreno Bonilla o el presidente de Aragón, Jorge Azcón, que ahora marca la pauta en el PP.
Encuadrada en el ala moderada del PP, Fúnez se destacó por primera vez entre las dos almas del partido en las primarias de 2018 que enfrentaron a Pablo Casado y a Soraya Sáenz de Santamaría. Pese a proceder del PP de Castilla-La Mancha, no apoyó a la tercera candidata en liza, María Dolores de Cospedal, que terminó apoyando a Casado. Sáenz de Santamaría eligió a Fúnez para formar parte de su dirección en caso de haber logrado la presidencia del partido, y desde entonces quedó incluida en en el grupo de sorayistas, muchos de los cuales han recalado en la cúpula de Feijóo.
El actual líder del PP la sacó del segundo plano en el que se encontraba tras la derrota de Sáenz de Santamaría en las primarias. Fúnez seguía en puestos vinculados al PP, como asesora en la Junta de Andalucía y en el Grupo popular en el Senado. Feijóo la llamó para encargarle, primero, la elaboración del programa electoral del PP junto al exministro Íñigo de la Serna; y después la vicesecretaría de Asuntos Sociales. Su trabajo discreto y efectivo ha sido muy elogiado internamente por el líder del PP, que ha terminado concediéndole uno de los principales puestos orgánicos.
Su ascenso podría servir en el futuro también al PP para tener un nuevo cartel electoral con el que enfrentarse al socialista Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. En el PP castellanomanchego señalan, no obstante, que si eso fuera así, “hay que pisar mucho pueblo, y ella, de momento, no lo ha hecho”. Las mismas fuentes creen que Fúnez no tiene la mirada puesta en volver a su tierra de origen, sino que, al contrario, prefiere que su trayectoria siga creciendo en la política nacional.
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