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Vox delega en su nuevo frente juvenil las protestas ante las sedes del PSOE

La asociación Revuelta, surgida hace solo un mes, asume la “movilización permanente” contra Sánchez anunciada por Abascal

Concentración en las inmediaciones de la sede del PSOE, en la calle de Ferraz, en Madrid, este sábado.
Concentración en las inmediaciones de la sede del PSOE, en la calle de Ferraz, en Madrid, este sábado.Samuel Sánchez
Miguel González

El presidente de Vox, Santiago Abascal, se comprometió el pasado lunes a impulsar una “movilización permanente, constante y creciente” contra la “traición” cometida por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al pactar con los partidos independentistas. Sin embargo, no explicó cómo canalizaría su partido las protestas en la calle y se limitó a respaldar la concentración convocada para el próximo día 18 en la madrileña Plaza de Cibeles por medio centenar de organizaciones cívicas del entorno del PP y de su propio partido.

No hubo que esperar tanto, sin embargo, para volver a escuchar los gritos de “¡Sánchez, traidor!” o “¡Puigdemont a prisión!” —a los que ahora se añadía la síntesis de ambos: “¡Sánchez a prisión!”—: el pasado viernes por la tarde varios cientos de personas se concentraban ante la sede federal del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. La Gaceta, diario digital de Vox, calificó la manifestación de “espontánea”, mientras otros medios la presentaban como una movilización “de la sociedad civil” o atribuían su convocatoria a “las redes sociales”. Asociaciones afines al partido ultra como el lobby ultracatólico Hazte Oír o la antindependentista Dolça Cataluña la secundaron, mientras destacados dirigentes de Vox, como el vicepresidente castellano-leonés Juan García-Gallardo, la jaleaban.

Detrás de la protesta estaba también una organización hasta ahora desconocida, Revuelta, que ya ha convocado nuevas concentraciones en los próximos días ante las sedes del PSOE en Madrid, Barcelona y al menos otras ocho provincias. Miembros de esa asociación secundaron igualmente la protesta a la que acudieron unas 300 personas, este sábado, de nuevo, en la sede socialista de la calle Ferraz. Revuelta se presenta como “un movimiento juvenil [...] que busca alimentar el espíritu revolucionario” de la “juventud patriótica”, y asegura no depender de partido alguno.

La asociación irrumpió en las redes sociales a finales de septiembre, mostrando desde el primer día un sorprendente músculo financiero y organizativo, pues fletó autobuses para acudir a la manifestación contra la amnistía del 8 de octubre en Barcelona y sacó a la venta sus propias camisetas. Entre los más activos en sus redes sociales figuran cuadros jóvenes de Vox, como el concejal de Sentmenat (Barcelona) Santi Acosta o el de Salou (Tarragona) Paul Daniel Axinte, además del responsable de marketing digital del partido ultra, Pablo González Gasca.

Pero el espaldarazo oficial se lo dio el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, quien el 26 de octubre saludó en la red social X (antigua Twitter) la aparición del nuevo movimiento asegurando que “es la hora de la revuelta patriótica” e instó a los militantes de su partido en Barcelona a apuntarse a los autobuses fletados por Revuelta para acudir al acto del 29 de octubre en Madrid. Si en la manifestación contra la amnistía en Barcelona la asociación tuvo su propia pancarta de color granate, en la de Madrid se le reservó un espacio privilegiado detrás de la tribuna de oradores y se cedió el micrófono a su portavoz, Cesar Pintado, quien dijo hablar en nombre de todos los “jóvenes de espíritu ardiente” que se están organizando “para librar sin condiciones la batalla” contra los independentistas y la izquierda. “Ya no es el momento de exponer el problema ni señalar a los culpables, es el momento […] de una gran marea patriótica capaz de tomar las calles, los institutos y las universidades de forma permanente”, concluyó.

Delegar en una asociación juvenil la convocatoria de estas manifestaciones —como ya hizo con la concentración de la plaza Colón, organizada en teoría por Defensa de la Nación Española (Denaes), la fundación que creo Abascal— permite a Vox presentarlas como iniciativas espontáneas de la sociedad civil. Además, exime al partido ultra de cualquier responsabilidad antes las posibles consecuencias jurídicas y administrativas de unas concentraciones que, hasta ahora, no han cumplido los requisitos de la Ley Reguladora del Derecho de Reunión, que exige a los convocantes comunicar su celebración con 10 días de antelación (o 24 horas en casos de extraordinaria urgencia).

Por otra parte, en la manifestación del viernes ante la sede del PSOE se escucharon gritos contra el Rey —”Felipe, masón, defiende tu nación” o “Felpudo”— que resultan incómodos para un partido que se presenta como defensor de la Monarquía. Revuelta acentúa los aspectos más xenófobos del ideario de Vox —asumiendo lemas de la extrema derecha austriaca y alemana, como “reinmigración”, referida a la expulsión forzosa de quienes no sean de origen europeo— e incorpora a grupos como Alternativa Estudiantil, que exhiben símbolos neofascistas. El riesgo para Vox es que estas concentraciones, en las que han aparecido personas embozadas y grupos radicales de extrema derecha, se les acaben yendo de las manos.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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