El PP adopta una posición ambigua sobre la jornada de 37,5 horas, pero critica que no salga de un acuerdo entre patronal y sindicatos

Como ha hecho en el pasado ante otras medidas económicas de acento socialdemócrata del Gobierno, el PP de Alberto Núñez Feijóo ha adoptado una posición ambigua sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales pactada por el PSOE y Sumar. Esa promesa, la más novedosa del acuerdo de gobierno que han alcanzado los dos partidos progresistas y han presentado este martes, no entusiasma al PP, pero la dirección tampoco se opone frontalmente y no desvela qué votaría si se lleva a aprobación en el Congreso. El portavoz del comité de dirección del partido, Borja Sémper, ha tratado de despejar el balón con el argumento de que carece de información suficiente para pronunciarse, aunque sí ha criticado que la propuesta no se haya hecho en el marco del diálogo social entre patronal y sindicatos y ha propuesto como alternativa del PP la “semana flexible” negociada entre el empresario y el trabajador. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha evitado pronunciarse; ha afirmado, eso sí, que el pacto del PSOE y Sumar es “papel mojado”, porque para salir adelante necesita el respaldo, que todavía no tiene, de los partidos independentistas catalanes y vascos.

El PP deja en el aire qué votará cuando llegue al Congreso la reducción de la jornada laboral de las 40 horas semanales de la actualidad a 37,5 horas —en el caso de que el PSOE y Sumar revaliden el Gobierno—, pero expresa sus dudas. La fundamental, que este tipo de decisiones “debe hacerse en el marco de negociación entre los agentes sociales, entre patronal y sindicatos”, ha alegado Sémper en rueda de prensa. “Vivimos en un mundo laboral cada vez más complejo y flexible. Hay sectores que responden a una lógica, a unas particularidades, y no tenemos información sobre en qué se basa el Gobierno para aportar esta cifra. Cualquier medida que no cuente con el concurso de los agentes sociales no tiene la sustancia y la relevancia suficiente”, ha argumentado Sémper, que sobre todo se ha excusado en que el PP necesita más información para fijar posición.

La dirección popular tampoco ha aclarado si está de acuerdo en general con reducir la duración de la jornada laboral, más allá de que se reduzca a 37,5 o a otra cifra. Su partido precursor, Alianza Popular, se opuso en 1983 a que la jornada bajara entonces de 43 horas semanales a las 40 en que quedó fijada y que hoy siguen en vigor. El portavoz del PP también ha expresado, en todo caso, sus dudas sobre el fondo de la medida, porque no cree que la reducción de horas vaya a mejorar la conciliación entre la vida profesional y personal de los trabajadores. “Yo tenía seis años en el año 83″, ha dicho Sémper. “La posición del PP en 2023 es que nosotros hemos hablado de la jornada flexible. Es fundamental favorecer que las familias puedan desarrollar un proyecto vital sin que eso les perjudique en el ámbito laboral. El principal elemento que debemos abordar es el de la maternidad. Permitir que mujeres que quieran ser madres puedan serlo sin que eso perjudique a su desarrollo laboral. Tengo serias duras de que 37,5 horas cambien esto”.

El PP sostiene que está a favor de una jornada “flexible”, acordada entre la empresa y el trabajador, para ayudar a la conciliación. “Nuestro mercado laboral es muy heterogéneo y demanda flexibilidad. Hay empresas que adaptan sus horarios a la necesidad de sus empleados, fruto de acuerdos en las empresas. Introducen elementos de teletrabajo o flexibilidad porque es el propio trabajador el que decide cuándo teletrabaja o está de forma presencial”, ha remarcado Sémper. “Esto se hace fruto de acuerdos respondiendo a la naturaleza de la actividad económica de esos sectores. De lo que se trata es de ampararlo legalmente y darle más fuerza”, ha añadido, antes de cargar contra la propuesta de PSOE y Sumar: “Lo que nos han contado hoy no tiene ni el acuerdo de las empresas ni de los sindicatos, que sepamos. Con lo cual no abunda en la conciliación, en la flexibilidad. Responde a otras cosas, probablemente a una pancarta y a una bandera”.

No es la primera vez que el PP de Feijóo opta por una posición ambigua sobre una medida económica del Gobierno de Pedro Sánchez que luego termina por abrazar. En la campaña electoral para las generales de julio, Feijóo anunció que, en caso de llegar al poder, no eliminaría los impuestos extraordinarios sobre las empresas energéticas y los bancos aprobados por el Ejecutivo. Lo mismo ocurrió con la reforma laboral de la coalición progresista, que el líder del PP terminó considerando “sustancialmente buena” apenas un año después de intentar tumbarla.

Feijóo ha evitado pronunciarse sobre la reducción de la jornada laboral, pero sí ha descalificado en términos generales el pacto entre el PSOE y Sumar. “Hoy nos presentan un papel mojado. Porque los integrantes de Sumar, Podemos, dicen que no lo conocen. Porque no logra ocultar que el único apoyo con el que cuentan es Bildu. Y porque sin los independentistas no habrá Gobierno”, ha resumido el líder del PP en Ciudad Real, adonde se ha desplazado para participar en una entrega de premios sobre igualdad en el mundo rural. “Que no nos distraigan con su pirotecnia y aclaren de una vez a los españoles lo que queremos saber. Y ¿qué queremos saber? Cómo están las negociaciones con el independentismo catalán y a cambio de qué están buscando los votos del independentismo catalán”.