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Feijóo reforzará su grupo en el Congreso y aclarará el poder en el PP ante una legislatura que se presume dura y “no corta”

El líder popular se debate entre Pons, Sémper y Bendodo para relevar a Gamarra como su portavoz más mediático en las Cortes y fijar su relación con el nuevo Gobierno de Sánchez

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, era aplaudido por la bancada popular en el Congreso, durante el debate de investidura celebrado el 29 de septiembre.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, era aplaudido por la bancada popular en el Congreso, durante el debate de investidura celebrado el 29 de septiembre.Alvaro Garcia
Javier Casqueiro

Alberto Núñez Feijóo ha reconocido públicamente que su actual equipo, en el PP y en las Cortes, no le vale para la nueva etapa que se avecina, con un Gobierno de Pedro Sánchez que da por hecho, y en una legislatura que está por comenzar, pero que se presume dura y “no corta”. Esos ajustes, que lleva meses planeando, los ejecutará en un mes, que es el plazo que da para la conformación de un pacto de investidura y un Ejecutivo del PSOE. El foco de esos cambios se fija en el Congreso, que será la plataforma primordial para hacer oposición a Sánchez. Feijóo quiere reforzar la cúpula de su grupo parlamentario en la Cámara baja, con el relevo de Cuca Gamarra, desgastada y heredera del anterior equipo, con alguno de sus principales colaboradores de confianza. Se debate para ese cargo, el más mediático, entre Esteban González Pons, Borja Sémper o Elías Bendodo. La remodelación le servirá para aclarar el confuso reparto de poder actual dentro de la estructura orgánica del partido, con varios dirigentes incompatibles entre sí y en sus funciones.

Feijóo ratificó este miércoles, en Onda Cero, lo que en el partido lleva debatiéndose meses y que tiene que ver con la formación de su verdadero equipo al frente del PP y el encabezamiento de sus plataformas más políticas en las Cortes. Hace año y medio, cuando Feijóo fue elegido por aclamación en un congreso exprés del partido en Sevilla, compuso su dirección y a sus portavoces con lo que en el propio partido tildan de “parcheo” para salir del paso. No hizo ni una limpia profunda de la etapa anterior, para facilitar la pacificación interna, ni tenía un conocimiento de los recursos humanos a su disposición, excepto los miembros de su entorno inmediato en Galicia, que exportó a Madrid y la sede de la calle Génova directamente. Con todo eso no le ha llegado para cubrir sus objetivos.

Esa etapa transitoria tenía fecha de caducidad, con lo que se preveía era su llegada a La Moncloa. Con esa meta compuso para las elecciones pasadas del 23-J unas listas para el Congreso y el Senado con tres variantes y tres perfiles diferentes: dirigentes para formar parte de su Gobierno, para quedarse de guardia en el PP y para defender sus decisiones en las Cortes. Los resultados electorales y el fracaso de su investidura le han obligado a reconsiderar esos planes. El momento para llevarlos a cabo es ahora, en cuanto Sánchez se asiente en el poder si sigue en La Moncloa tras sus pactos con los partidos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes. El dibujo completo del nuevo equipo de mando en el PP solo lo tiene él, lo comparte con muy pocos colaboradores, pero algunos le conocen hace tiempo y con otros sí ha compartido opiniones, lo que les sirve para especular sobre qué dirigentes están en alza y cuáles a la baja.

Lo que es casi seguro es que Cuca Gamarra dejará alguno de los dos cargos clave que ahora acumula. En primer lugar, por no amortizar en una misma persona dos plataformas para hacer la oposición a diario, pero también porque la actual secretaria general y portavoz en el Congreso ha cubierto su etapa. Gamarra no es ni ha sido parte del entorno de Feijóo en el pasado, pero en realidad se ha adaptado a las directrices de todos los máximos responsables del partido en los últimos años. Convivió desde La Rioja en la época de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, luego fue la cara de Pablo Casado en la Cámara baja y ahora ha ejecutado sin miramientos las directrices que le ha marcado Feijóo.

Conversación bilateral

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La conversación bilateral que Feijóo quiere tener con Gamarra para explicarle sus nuevos cometidos todavía no ha tenido lugar, pero varias fuentes de relevancia del PP dan por seguro que dejará de ser la portavoz en el Congreso. Y si sigue de secretaria general, será en exclusiva para cubrir ese puesto, pero con algunas funciones rebajadas y encargadas a otros responsables. Nadie pone en cuestión en el PP que Miguel Tellado, el actual vicesecretario de Organización y mano derecha y ejecutora de Feijóo hace años desde Galicia, ganará enteros y responsabilidades. Y tampoco que Feijóo aprovechará para clarificar el confuso panorama de poder interno en el partido, para dejar sentado sus competencias ante las disfunciones que se han comprobado en estos meses con respecto al coordinador general, el andaluz Elías Bendodo. La figura de Bendodo está por ubicar. No es sencillo que Feijóo prescinda de uno de los hombres fuertes históricamente del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, y, por tanto, en el PP le incluyen en la terna de los dirigentes que podrían pasar a asumir la portavocía en el Congreso que dejará vacante Gamarra.

Gamarra y Feijóo, durante la segunda votación de su investidura, el pasado día 29.
Gamarra y Feijóo, durante la segunda votación de su investidura, el pasado día 29.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Tellado, en cualquier caso, ganará peso en el organigrama del partido, como también se asegura que será muy relevante el nuevo nombramiento del vicesecretario de coordinación Autonómica y Local que sustituirá al actual, Pedro Rollán, ahora presidente del Senado, y que tendrá la complicada tarea de poner algo de orden ante el creciente poder territorial del PP, con 13 presidentes regionales y decenas de alcaldes tras el éxito de las elecciones del 28 de mayo. Ese nombre aún está por definir. En el PP, además, se constata la buena opinión de Feijóo sobre la vicesecretaria de Asuntos Sociales, Carmen Fúnez, llamada a ejercer más tareas, frente a la vacante que dejará en el partido la hasta ahora responsable del área de Estudios, Carmen Navarro, destinada como secretaria cuarta de la Mesa del Congreso. Ni Fúnez ni Navarro, por razones opuestas, están en las quinielas para ejercer en el futuro de candidatas autonómicas en Castilla-La Mancha, su autonomía de origen, que es otro de los agujeros por resolver con más tiempo en las comunidades donde el PP no ganó en las últimas elecciones, como fue el caso de Asturias. La prioridad, en ese ámbito, es convocar y comenzar la enésima reconstrucción del partido tanto en Euskadi como en Cataluña, no sin problemas.

También habrá cambio de portavoz en el Senado. En agosto, cuando se conformaron las Mesas de ambas Cámaras, Feijóo justificó internamente el traslado del anterior portavoz, Javier Maroto, a ese cargo más institucional en el órgano de gobierno del Senado, en que había “recibido muchas críticas internas” en el seno de su grupo. No resolvió definitivamente esa ecuación y encargó al veterano Javier Arenas que ejerciera en funciones esa labor hasta encontrar una mujer que pueda ejercer esa tarea.

Pero la prioridad está en solucionar la situación de interinidad en el Congreso, la cámara más mediática y de enfrentamientos casi diarios con el Gobierno. “Si Sánchez logra la investidura es que habrá pactado también al menos un presupuesto del Estado con los nacionalistas y eso nos pone en al menos tres años de mandato”, razona un experimentado diputado popular. El mejor colocado para ejercer esa tarea, por ahora, es Esteban González Pons, al que quiso en su día de secretario general, y al que algunos ubican también como candidato a las próximas elecciones europeas de junio. Ahora es vicesecretario Institucional del PP, pero en estos meses ha protagonizado todo tipo de enfrentamientos y polémicas con el PSOE, ningún pacto, aunque acumula mucha experiencia parlamentaria en el Senado y en Europa. El perfil más moderado es el de Borja Sémper, que para retornar al partido había negociado su presencia en el hipotético futuro gobierno de Feijóo, y que ahora sigue sin encontrar acomodo a su estilo de hacer política frente al sector más duro del PP, como se vio tras sus intervenciones en euskera en el fallido debate de investidura de Feijóo.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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