La Casa del Rey justifica en un largo comunicado la designación de Pedro Sánchez como candidato

Después de que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, anunciase públicamente que el Rey había designado a Pedro Sánchez como candidato a presidente del Gobierno y de que el propio afectado declarase en rueda de prensa que había aceptado el encargo, la Casa del Rey ha hecho público este martes un comunicado en el que informa de la decisión de Felipe VI.

Puesto que la noticia ya estaba dada y confirmada, el objetivo de la nota de La Zarzuela no era tanto informar de la decisión del Rey, sino justificarla. Eso explica su longitud.

En primer lugar, el comunicado recuerda que, el pasado 29 de septiembre, Armengol comunicó oficialmente al Rey que, tras someterse a las dos votaciones previstas, su primer candidato a presidir el Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, había sido rechazado por el Congreso. A continuación, agrega, Felipe VI convocó una nueva ronda de consultas con los representantes de los partidos parlamentarios, celebrada este lunes y martes.

“A la vista de la previsión constitucional de tramitar sucesivas propuestas, del resultado de la investidura anterior y de la disposición a ser candidato en un nuevo proceso de investidura del representante del Partido Socialista Obrero Español, Su Majestad el Rey ha propuesto a Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón como candidato a la Presidencia del Gobierno”, agrega la nota. Y recuerda que, según el artículo 99 de la Constitución, “el candidato propuesto, al igual que hizo el primer candidato, expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara, correspondiendo constitucionalmente al Congreso de los Diputados decidir si, en base a lo anterior, otorga o deniega la confianza al candidato propuesto”.

Aunque el comunicado pueda parecer un cúmulo de obviedades, sectores de la derecha extrema han venido presionando en las últimas semanas para que el Rey se aparte del mandato constitucional y no encargue formar gobierno a Pedro Sánchez, dejando pasar los dos meses de plazo tras la primera votación de Núñez Feijóo sin designar candidato, lo que provocaría la disolución automática de las cámaras y la convocatoria de nuevas elecciones. Su argumento: que el hipotético pacto de Sánchez con los independentistas pondría en riesgo la unidad de España y el orden constitucional, tal como han venido repitiendo dirigentes del PP y Vox.

Sin embargo, Felipe VI no ha querido dejar espacio para la duda y, nada más concluir la segunda ronda de consultas con los grupos políticos, ha comunicado oficialmente su decisión. Lo ha hecho así porque, como recuerda La Zarzuela, el artículo 172 del reglamento del Congreso prevé que se tramiten “sucesivas propuestas” de candidatos; y porque, agrega, corresponde al Congreso de los Diputados y no al jefe del Estado elegir al presidente del Gobierno otorgando o negando su confianza al aspirante.

También el comunicado en el que la Casa del Rey anunció la nominación de Alberto Núñez Feijóo fue extenso. En aquella ocasión, la polémica estaba en que el presidente del PP no contaba ni podía contar, como luego se comprobó, con los votos necesarios para ser investido. La Zarzuela justificó entonces la decisión real alegando que Feijóo era el candidato del grupo político que contaba con mayor número de escaños y que ofrecer la posibilidad de la investidura al ganador de las elecciones se había convertido en una “costumbre” en la etapa democrática, sin que se contemplase en ese momento una mayoría alternativa que hiciera decaer esta práctica. En agosto, como ahora, el comunicado aludía también a la disposición del líder del PP a presentarse como candidato. La voluntariedad resulta ser así un factor esencial, como se demostró en 2016 cuando Mariano Rajoy, ganador de las elecciones, rehusó presentarse y lo tuvo que hacer Sánchez.