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Condenadas a prisión siete personas por un delito de odio al difundir mensajes contra menores migrantes en Melilla

Las penas varían entre uno y dos años y medio de cárcel por comentarios como: “Si voy en coche atropello al que sea” y “lo único que merecen es meterlos en un pozo”

Racismo Melilla
Un grupo de de menores inmigrantes en un centro de acogida de Canarias, en una imagen de archivo.Quique Curbelo

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a siete personas —cuatro hombres y tres mujeres— por un delito de odio por los comentarios vertidos en Facebook en 2017 sobre jóvenes migrantes en Melilla. Cinco de los condenados han recibido la mayor pena impuesta por este tipo de hechos en España, dos años y seis meses de prisión y un día, mientras que para los dos restantes la pena de cárcel es de un año. La sentencia, de 48 páginas y adelantada por la SER este lunes, pone coto a los mensajes de odio contra los extranjeros publicados de forma recurrente en las redes.

Las condenas se refieren a dos publicaciones sobre menores extranjeros no acompañados en la ciudad autónoma de Melilla. Uno de ellos arrancaba así: “Tenemos que hacer limpieza en las calles con nuestros propios medios”. Entre otros calificativos, los condenados se refirieron a los niños y niñas migrantes como “manada de cabrones”. “O salimos a dar palos nosotros o no vamos a arreglar nada”, “Que se vayan a su puto país a pasar hambre”, “Si voy en coche atropello al que sea”, “Lo único que merecen es meterlos en un pozo y que no salgan por golfos y ladrones”, se podía también leer entre los comentarios. “La libertad de expresión no puede ser colocada en un plano superior sobre la dignidad de la persona”, subraya la sentencia.

El caso arrancó en 2017 con una denuncia de la asociación Prodein Melilla, que defiende los derechos de la infancia migrante. El caso llegó a la Fiscalía y el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) se personó como acusación popular. En primera instancia, el Juzgado de lo Penal Número 1 de Melilla absolvió a los acusados el pasado mes de diciembre y el tema quedó archivado, pero las dos organizaciones sociales y el ministerio fiscal recurrieron. Hasta dictar sentencia, la audiencia malagueña tomó declaración a más de 40 personas en calidad de investigados.

Las cinco personas que han recibido la pena más alta han sido condenadas también a la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y a la imposibilidad de trabajar en el ámbito docente y de tiempo libre durante cinco años y medio, además de una multa de nueve meses y un día a razón de seis euros al día. Las otras dos condenas son a un año de prisión y la inhabilitación para el sufragio y la inhabilitación durante cuatro años para desarrollar una profesión relacionada con la educación. Otras tres personas han sido absueltas. El juez obliga además a borrar todos los mensajes racistas difundidos.

La sentencia recoge que no se castiga la expresión “de ideas u opiniones sobre la delincuencia en general que en aquella época existía en la ciudad autónoma de Melilla”, sino que “sin género de dudas” de las palabras publicadas en redes sociales “se desprende un desprecio absoluto hacia otro igual, otro ser humano […] por el simple hecho de ser diferente, por proceder de otra nación y por haber accedido irregularmente a nuestro país”.

Aclara además que los comentarios están enfocados a los menores extranjeros no acompañados, al que consideran “un colectivo vulnerable y desamparado”. Las publicaciones, mantiene el texto, “inducían, abierta y directamente, al odio, a la discriminación y algunas de ellas, incluso, a la violencia contra el colectivo indicado, quebrando de esta manera la dignidad de sus integrantes como persona humana por motivos totalmente discriminatorios”, entre los que destaca su origen magrebí o subsahariano, o que carecían de nacionalidad española.

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El primero de los post publicados en Facebook a las nueve de la mañana del 16 de enero de 2017 y en el grupo denominado Opinión Popular de Melilla —que entonces tenía más de 14.000 miembros y ahora se acerca a los 27.000— hablaba sobre la inseguridad en la ciudad autónoma, donde residen unas 85.000 personas. “Tenemos que hacer limpieza en las calles con nuestros propios medios, e ingresar a estos potenciales delincuentes en los centros de acogida en régimen cerrado”, comenzaba el texto. “Esta gentuza tiene q[ue] sentir y saber q[ue] no les tenemos miedo y plantarles cara”, añadía.

La sentencia indica que no hay “ninguna duda” de que se refiere a menores extranjeros no acompañados con expresiones “objetivamente humillantes, agresivas e hirientes hacia el colectivo” que “no admiten una posible interpretación racional diferente o alternativa a una mera expresión de odio o discriminación contra los individuos integrantes de tal grupo”. Igualmente, añade que el discurso “fue fruto de una cierta maduración y que, además, por el medio elegido, una red social, entraña la conciencia de hacerlo a través de un medio idóneo para que su mensaje alcance una mayor difusión, al menos, en el ámbito territorial indicado”, esto es, Melilla.

Las respuestas del resto de condenados por la Audiencia Provincial de Málaga se centran en otro texto publicado en la misma red social 12 horas después, pasadas las siete de la tarde, que habla del supuesto robo de un teléfono móvil. Entre ellas se encuentran frases como “o salimos a dar palos nosotros o no vamos a arreglar nada, hace falta calentarlos un poquito”, “limpiar las calles de esta gentuza”, “si voy en coche atropello al que sea, y como alguno se me acerque estando por la calle, llevo un palo o lo que sea y se caga” o “lo único que merecen es meterlos en un pozo y que no salgan por golfos y ladrones”. Otro de ellos indicaba: “Nunca llames a la policía después de darle una paliza, lo dejas por cualquier sitio que es lo que se merece esta gentuza”. Y uno más añadía: “Eso se solucionaba dando un día de ciudad sin ley. Como ya lo es a diario para esta bazofia. Yo le daba un día de vacaciones a la justicia y dejaba al pueblo actuar libremente y sin consecuencias. Y en 24 horas se quedaba Melilla limpita como la patena”.

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