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El PSOE y Armengol creen que la mayoría progresista de la Mesa “marca el camino” de la investidura ante la ronda de consultas del Rey

El Gobierno evita pronunciarse para no presionar a Felipe VI, como entienden que hace Feijóo al intentar una investidura fallida

La nueva presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, en la audiencia con el rey Felipe VI, el viernes en el palacio de la Zarzuela.
La nueva presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, en la audiencia con el rey Felipe VI, el viernes en el palacio de la Zarzuela.chema Moya (EFE)
Javier Casqueiro

Tras la constitución de la Mesa del Congreso —donde el bloque progresista copa la mayoría absoluta del órgano, incluida la presidencia, gracias al apoyo de 178 diputados—, el siguiente dilema lo tiene el rey Felipe VI con la decisión de a quién propone primero como candidato a la investidura como presidente del Gobierno. El dilema no es menor, y tiene algunos precedentes en las tres rondas de consultas sucesivas que el jefe del Estado tuvo que espaciar durante todo 2016, cuando Mariano Rajoy declinó la primera propuesta de Felipe VI para intentar la investidura y tras fracasar la votación a la que sí se sometió Pedro Sánchez. La Casa Real justificó su primera propuesta a favor de Rajoy en “el orden natural” de los resultados electorales, dado que el PP había sido la formación más votada, aunque no tuviera mayoría absoluta.

El PSOE y la nueva presidenta de las Cortes, la socialista Francina Armengol, defienden ahora que la votación con la que la mayoría progresista se hizo el jueves con el control de la Mesa del Congreso (178 votos) debería “marcar el camino” para la posible investidura de Sánchez. La Moncloa evita pronunciarse para “no presionar” a Felipe VI, como entienden que hace el PP de Alberto Núñez Feijóo al insistir en su candidatura pese a no contar con apoyos suficientes para que esta pueda prosperar.

Felipe VI recibió en la mañana del viernes a Francina Armengol, justo un día después de la votación en el Congreso que le concedió la Presidencia de las Cortes y la situó como tercera autoridad del Estado con una mayoría absoluta de 178 votos. Esa cifra supuso un aldabonazo para los intereses del PSOE de colocar a Sánchez como el principal candidato para ser investido presidente, pese a que inmediatamente después de la votación varios de los partidos que prestaron sus apoyos a Armengol, como ERC, Bildu, PNV o Junts, matizaron que la negociación más seria y profunda comienza ahora. Pero el PSOE, la propia Armengol y fuentes próximas al presidente en funciones entienden que ese listón supone un precedente esperanzador para sus posibilidades, sobre todo porque les parece “evidente” que la alternativa con Feijóo no existe.

La presidenta del Congreso habló en la Cadena SER sobre la ronda de consultas que el Rey emprenderá el lunes y el martes con los siete partidos representados en el Parlamento que han expresado su intención de acudir a esas audiencias, previstas en el artículo 99 de la Constitución: “Se presentará al candidato que tenga la mayoría de los votos de los diputados y en esa mayoría se basará el nuevo Gobierno. Ayer [en alusión al jueves] tuvimos una demostración de una votación con normalidad en la constitución de la Mesa”. Armengol precisó luego en TVE que esa “gran mayoría”, formada por diputados del PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, Junts y BNG, “marca, sin duda, un camino” para la investidura. Y señaló: “Es evidente que hubo una gran mayoría que aprobó una Mesa con mayoría progresista”.

El diputado del PSOE y vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, abundó en esa línea. “Se vio claramente [en la votación de la Mesa del jueves] que el PP no tiene una mayoría para poder alcanzar el Gobierno, para ser presidente y, por tanto, la única opción que hay sobre la mesa cierta es la de Pedro Sánchez”, señaló.

En La Moncloa evitan decantarse públicamente porque quieren desmarcarse de los condicionamientos que entienden que está enviando el PP al Rey al persistir en la idea de que Feijóo debe ser el primer candidato a la investidura pese a la falta de apoyos suficientes. Esa misma ausencia de respaldo llevó al expresidente Mariano Rajoy a renunciar a presentarse a la investidura en enero de 2016 pese a la propuesta de Felipe VI.

Dos dirigentes del equipo de Feijóo —Javier Maroto, recién elegido vicepresidente primero del Senado; y Pedro Rollán, vicesecretario y presidente de la Cámara alta desde el jueves— percutieron el viernes sobre ese mensaje y dieron por hecho que la conexión con Vox se reconstruirá y Feijóo dispondrá en esa hipotética investidura de sus 33 escaños. El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, dio a entender esa opción en una entrevista en Telecinco al ofrecer otra vez al PP su “mano tendida” para evitar un Gobierno de Sánchez, al que equiparó con el “golpismo de Carles Puigdemont”, pero siempre que se les den explicaciones “de en qué estrategia” está Feijóo, si en la de colaborar con la formación ultra como en algunas comunidades autónomas donde gobiernan juntos, o como en Murcia, donde se niega esa posibilidad.

El Rey y la Casa Real han vivido en el pasado reciente complicaciones similares para la investidura del presidente del Gobierno. Con los precedentes registrados durante el convulso año electoral de 2016, en el que la Casa Real fijó criterio en diversos comunicados oficiales, Felipe VI irá llamando para sondear sus posturas a los distintos partidos “por el orden natural” de los resultados electorales fijados el 23-J pero de menor a mayor. Feijóo, así, acudiría en la tarde del martes el último y parece claro, con la reafirmación del viernes, que el aspirante del PP comunicará que cuenta con el respaldo teórico de 172 diputados, los 137 suyos, los 33 de Vox, y los dos de Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria. Está por ratificar qué dice Vox finalmente en ese momento, cuando se presente esa mañana su líder, Santiago Abascal, ante el monarca.

En esta ronda de consultas, Pedro Sánchez, que concurrirá en La Zarzuela antes de Feijóo, contará con la desventaja de no poder asegurar aún más votos a los 152 del PSOE y Sumar que los seis de EH Bildu, es decir 158, 14 menos que los prometidos por el líder del PP. Ni siquiera los cinco del PNV están ya comprometidos, ni tampoco los siete de ERC o de Junts, ni el del BNG. En el antecedente de 2016, tras declinar por sorpresa Rajoy el primer ofrecimiento, Felipe VI se dio unas semanas de pausa y le brindó la posibilidad a Sánchez, que acabó por presentarse y perder la votación en el Congreso. El monarca abrió posteriormente una tercera ronda de consultas, meses más tarde, sin éxito, y acabó por convocarse un nuevo proceso electoral.

La diferencia ahora estriba en que Feijóo sí está dispuesto a asumir el reto, y el riesgo, de examinar sus opciones ante la Cámara baja. Pero Felipe VI sí podría trasladar la semana que viene a los representantes de los partidos que el panorama está lejos de estar claro, pese a las promesas de los dos aspirantes de que podrían ganar aliados en breve, y darse un nuevo plazo para volver a llamarlos unos días más tarde.

Ganar tiempo es lo que intentó en julio en Extremadura la candidata del PP a presidir la comunidad, María Guardiola, que quedó segunda en las elecciones tras el socialista Guillermo Fernández Vara, con la idea de que prosperasen sus conversaciones con los ultras de Vox. Fue lo que le pidió a la presidenta de la Asamblea regional y que esta no le concedió.

En La Moncloa no quieren manifestarse públicamente sobre cuáles son sus preferencias en el orden de las posibles investiduras porque sostienen que ahora es el turno de que hable con sus decisiones Felipe VI, y porque quieren evitar cualquier declaración que suene a presión. En el entorno de Sánchez se intenta manejar este delicado momento “sin prisa, sin precipitarse, sin forzar ni condicionar al Rey, pero sin pausa”, aunque Armengol reconoció en la SER que tampoco debería demorarse demasiado la interinidad en el Gobierno. Lo que sí conceden “es que es evidente que no hay otro posible candidato que pueda alcanzar una mayoría que Sánchez, porque Feijóo ha hecho aguas”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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