Villarejo, tras su primera sentencia de cárcel: “Sigo creyendo en el Estado de Derecho”
El comisario jubilado, condenado el lunes a 19 años de prisión, acude a la Audiencia Nacional para recibir personalmente la resolución de los magistrados
El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha vuelto este jueves a la Audiencia Nacional. Pero, tras muchas visitas a este edificio durante los últimos años, el policía ha llegado por primera vez con un mayúsculo peso sobre la espalda: la primera sentencia de cárcel dictada en su contra. El tribunal lo condenó este lunes a 19 años de prisión por la ejecución de tres proyectos de espionaje para empresas y particulares, y este jueves lo había citado para notificarle personalmente la resolución. “Me han dado un CD con la sentencia y ahora me la leeré. Porque, salvo los inputs que me ha dado mi abogado, yo todavía no la he leído”, ha afirmado a la salida del órgano judicial, donde ha añadido: “Nada de esto resta un ápice a que yo siga creyendo en el Estado de Derecho. Soy inocente. Estoy muy tranquilo. [...] Sigo creyendo en la justicia. Creo que, al final, la luz va a resplandecer”.
La Audiencia Nacional lo ha considerado culpable de delitos de revelación de secretos y falsedad documental, pero descarta el cohecho y la extorsión que también le atribuían las acusaciones. Esta decisión resulta fundamental, pues el cohecho —es decir, que recibió dinero por el ejercicio de actividades ilícitas en el desempeño de su cargo de comisario— constituye uno de los pilares sobre los que se levanta una parte de otras líneas de investigación del macrosumario. Pero, en ese sentido, la mayoría del tribunal (dos de los tres jueces) coincidió en que su actuación irregular se enmarcó dentro de su “esfera privada y no pública”. Aunque, eso sí, el fallo cuenta con el voto particular de la magistrada Carmen Paloma González, que sostiene que no se puede hacer esa distinción y que, por tanto, habría que haberlo condenado también por cohecho, lo que hubiera elevado la pena impuesta.
Sobre ello, se ha pronunciado Villarejo este jueves: “Desde el primer momento, el delito de cohecho es absurdo”. “Les voy a poner un ejemplo”, ha insistido a los periodistas apostados a las puertas de la Audiencia Nacional: “Si, para tener un sobresueldo, un policía conduce un taxi y se salta un semáforo, no comete cohecho. Es policía, pero no está actuando [en el ejercicio de sus funciones]. Siguiendo con el ejemplo: yo tenía un taxi, estaba autorizado para tenerlo y dicen que me he saltado algún semáforo en rojo, aunque ya veremos. Y eso el tribunal lo ha visto claro: yo jamás actué como policía mientras mantenía a flote las empresas como cobertura de mi trabajo de inteligencia. Siempre actué como agente de inteligencia”.
El comisario jubilado ha mostrado así una satisfacción parcial. Por un lado, ha evidenciado su alegría por la absolución por cohecho —pese a que las acusaciones ya estudian recurrir a la Sala de Apelación de la propia Audiencia Nacional, paso previo para acudir al Tribunal Supremo—. Pero, por otro lado, Villarejo ha considerado excesiva la pena decretada por revelación de secretos: “Normalmente, es un año o dos de condena, y a mí me han aplicado lo máximo”. ¿Teme que pueda volver a la cárcel? “Yo he estado siempre a disposición de los tribunales. Sería un poco retorcer [la posibilidad del] riesgo de fuga, cuando saben que eso es mentira”, ha contestado el antiguo agente, que permaneció más de tres años en prisión provisional, desde noviembre de 2017 hasta marzo de 2021, cuando salió del penal de Estremera (Madrid) al grito de: “¿Ellos han decidido hacer una catarsis de España? Vale, de acuerdo. Yo, encantado de que eso ocurra”.
Según fuentes jurídicas, la Fiscalía ha solicitado celebrar ahora una vistilla para estudiar la situación personal del acusado, donde se puede solicitar su regreso a la cárcel a la espera de que el fallo sea firme. “Pero yo no me voy a suicidar: ni en prisión, ni fuera”, ha remachado Villarejo, que ha insistido en que él también recurrirá la sentencia y en que no cometió revelación de secretos: “Bajo ningún concepto tuve acceso a esos datos [confidenciales]. En todo caso, había fotocopias en mi casa, y el mero hecho de tener una fotocopia del tráfico de llamadas no implica una gravedad tal, desde mi punto de vista”.
—¿Se desinfla la causa?
—Pues no lo sé —ha resoplado Villarejo— Eso ya dependerá del juez instructor. Pero, pese a la severidad, tengo que asumir la objetividad o el planteamiento del tribunal.
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