Sánchez traza su hoja de ruta para “la derrota de quienes defienden el retroceso de España”
El programa electoral del PSOE promete transporte urbano gratis hasta los 24 años, la gratuidad de estudios para los universitarios que aprueben a la primera, una estrategia nacional para el “trabajo flexible” y la ampliación de la cobertura pública de dentistas, psicólogos, psiquiatras, fisioterapeutas y oftalmólogos
Pedro Sánchez ha trazado su hoja de ruta para “la derrota de quienes defienden el retroceso de España”, el mensaje durísimo que reiterará durante la campaña contra los pactos de gobierno del PP y Vox en comunidades y ayuntamientos que en solo tres semanas han tomado decisiones polémicas como la eliminación de concejalías de igualdad, la censura de obras culturales y películas, la retirada de la bandera arcoíris de sedes institucionales o la eliminación de carriles bici, con un programa electoral del PSOE en el que reitera su apuesta por las recetas clásicas de la socialdemocracia. O lo que es lo mismo, por un Estado del Bienestar robusto y sostenible. El presidente del Gobierno reivindica, frente a las bajadas de impuestos de la derecha que suelen beneficiar más a las rentas más altas, que es posible un modelo progresista que atienda las necesidades de las capas sociales que han sufrido más el impacto de la pandemia y la subida de precios por la guerra de Ucrania sin que eso suponga una amenaza para la sostenibilidad de las cuentas públicas. Con el palo de las políticas de PP y Vox y la zanahoria de un modelo económico que lleva el sello de Nadia Calviño, un perfil que no suscita rechazo entre los votantes moderados, Sánchez confía en convencer no solo al electorado de siempre del PSOE sino a los votantes que no sienten una adscripción clara por los socialistas o por el PP.
“El PSOE ha demostrado su capacidad de gestión económica, logrando resultados positivos, y ha liderado los principales debates en el ámbito europeo e internacional. Ahora es preciso proporcionar a la ciudadanía, a las empresas e inversores un marco de estabilidad, tranquilidad y confianza”, sostiene el programa socialista. El resultado de la política económica en una legislatura con retos “inimaginables” según la ha descrito Sánchez, en la que el peor conflicto bélico en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial sucedió a la pandemia más grave en un siglo desde la gripe española, es que España es la economía que mas crece de la UE (2,3%) y con una inflación del 1,9% —en julio del año pasado tocó techo (10,8%), la más alta en 38 años— que le convierte en el único de los grandes países comunitarios que ahora mismo cumple con el objetivo del Banco Central Europeo (2%).
Frente a la ambigüedad en el capítulo económico —durante décadas considerado el punto fuerte de la derecha— con el que Alberto Núñez Feijóo se presenta a las elecciones del 23-J, el programa del PSOE llega a marcarse el objetivo de lograr el pleno empleo —un desempleo estructural del 8%— en la próxima legislatura. En mayo la tasa de desempleo fue del 12,7%. Sánchez garantiza “ante cualquier circunstancia el poder adquisitivo de todas las pensiones con arreglo al IPC”, algo a lo que el PP no se compromete. Y otra diferencia sustancial: frente a la intención de Feijóo de eliminar directamente el impuesto a las grandes fortunas, el PSOE evaluará los resultados de la aplicación de este impuesto temporal y “avanzar en el debate sobre la tributación de la riqueza en el marco del modelo de financiación autonómica para acabar con la competencia fiscal desleal entre territorios”.
Las promesas como el transporte urbano gratis para niños y estudiantes hasta los 24 años y la gratuidad de los estudios para los universitarios y estudiantes de FP Superior que aprueben a la primera entroncan con el ideario socialdemócrata como la alternativa más eficaz a la respuesta neoliberal, de “recortes y precariedad” como suele decir Sánchez, con la que el Gobierno de Mariano Rajoy respondió a la crisis financiera. y con un optimismo creciente como la subida que le pronostican las encuestas. El programa responde, con este tipo de compromisos que el PSOE se impone, también al optimismo de los socialistas ante la subida que pronostican las encuestas. Un escenario inimaginable hace un par de semanas según reconocen en todo el escalafón del PSOE, que no es impostado, y que lo ha elevado aún más Sánchez en su pulso con Feijóo marcándose el objetivo no solo de movilizar al electorado del PSOE, cuya apatía fue crucial para la victoria de la derecha en las municipales y autonómicas del 28-M, sino de captar apoyos más allá de la órbita progresista, es decir, con el foco puesto en los votantes del PP y de Ciudadanos críticos con los acuerdos con Vox. El 10,7% de los españoles dudan entre la papeleta de los socialistas y la de los populares según el último CIS. Ciudadanos no se presenta a las legislativas.
“Pido el voto para el Partido Socialista. Pido el voto a quienes siempre han confiado en el PSOE. Pero en esta contienda necesitamos a muchos más apoyos. Por eso, con todo el respeto hacia otros partidos, pido el voto de la España urbana y la España rural. Pido el voto a quienes votaron a otras opciones políticas. Pido el voto incluso de quienes han votado al PP y se sienten avergonzados por los pactos de [Alberto Núñez] Feijoo con [Santiago] Abascal. Sé que muchos piensan diferente a nosotros en algunas cuestiones. Pero a todos y a todas nos une lo más importante: y es que España avance y no retroceda. Lo sé, soy muy consciente de que podemos pensar diferente, pero cuanto más fuerte sea el apoyo al PSOE más dura será la derrota de quienes defienden el retroceso de España”, incidió Sánchez en un acto en Madrid al que acudieron los cabezas de lista del PSOE al Congreso y el Senado de toda España.
“Sé que os vais a dejar la piel para que el PSOE vuelva a ganar las elecciones el 23 de julio como hicimos en 2019. Cada día estoy más convencido de que el 23 de julio ganará el futuro y perderá el pasado. Ganará el PSOE y perderán Feijóo y Abascal porque España es mucho mejor que Feijóo y Abascal”, abundó. El líder socialista confía en revalidar el Gobierno por una gestión en la que los votantes del PP aprueban medidas como la subida del salario mínimo de 735 a 1.080 euros o la revalorización de las pensiones. Pero también por los reparos que provocan ya los perfiles de los presidentes de Parlamentos autonómicos de Vox —votados por el PP—, personas algunas de ellas que son “abiertamente antivacunas”, que niegan la violencia de género o que sostienen que el cambio climático “es un invento”. “Viendo la gente que ponen al frente de las instituciones, pienso rotundamente que los votantes del PP y de Vox mucho mejores que sus dirigentes”, redundó en otro guiño al electorado moderado.
Moderación y estabilidad
Que el presidente del Gobierno dedicara buena parte de su intervención a trasladar una imagen de moderación y estabilidad —subrayada también en su intervención por la vicepresidenta Calviño— sin renunciar al ideario socialdemócrata, en vez de a desgranar el programa, dice mucho de la pelea que el PSOE y el PP libran por un voto fronterizo entre bloques que puede dilucidar el resultado del 23-J y de una campaña en la que se apelará muchísimo a las emociones. Al mismo tiempo que se presentaba el programa, los socialistas desplegaron una gran lona en la Gran Vía de Madrid con una imagen en color de Sánchez y su equipo programático y el lema de campaña, “adelante”, en contraposición a una estampa en blanco y negro de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal y la palabra “atrás”.
“Ellos quitan carriles bicis”, insistió Sánchez, con el que el PSOE se definió formalmente como un partido ecologista en su 40º congreso de octubre de 2021, en alusión a las medidas anunciadas ya por la derecha en ayuntamientos como los de Valladolid, Gijón, Elche y Palma. “Nosotros impulsamos el transporte público gratuito”, contrapuso.La gratuidad de los estudios universitarios y la FP superior para aquellos alumnos que vayan aprobando los cursos a la primera es otra de las iniciativas más relevantes del programa socialista. El detalle de la propuestas aún no se conoce, pero bonificar la matrícula de los universitarios tiene un precedente: hace seis años, la Junta de Andalucía, gobernada entonces por la socialista Susana Díaz, decidió subvencionar hasta el 99% de la matrícula de los alumnos en función de sus resultados académicos. Es decir, un alumno que aprobase todo solo pagaría el primer año de la carrera. La medida se puso en funcionamiento en 2017 en los nueve campus públicos andaluces y benefició a más de 30.000 alumnos, con un coste de 29 millones de euros para las arcas públicas.
Con el propósito de “horadar el suelo del desempleo juvenil”, que Sánchez reconoció que aún es alto —es del 30%, el más alto de la UE—, el PSOE también se ve en condiciones de crear 250.000 nuevas plazas de formación profesional y establecer un nuevo programa de intercambio internacional con becas para alumnos de bachillerato.
El programa electoral incluye la apuesta de los socialistas por una ley que impida privatizar la gestión del agua en los municipios, “para que siga siendo un bien público”. Dentro de ese mensaje de lucha contra el cambio climático, el PSOE propone también una ley que involucrará a los vecinos de los municipios afectados en la elección de la localización de los parques fotovoltaicos y eólicos. A estos ciudadanos se les permitirá “participar directamente en la copropiedad del 10% de los beneficios que generen” las plantas, subrayó Sánchez. La medida es una reacción clara al malestar en muchas zonas rurales en las que se van a instalar enormes complejos de renovables y que ha derivado en movilizaciones y protestas en provincias como Teruel.
Dentro del refuerzo de los servicios públicos, el PSOE promete una ampliación de la cartera del sistema de salud para reforzar los servicios de odontología, oftalmología, fisioterapia, psicología y psiquiatría clínica. Y plantea una “gran estrategia nacional para el trabajo flexible” con un paquete de reformas legales y de incentivos a empresas para que ofrezcan a sus trabajadores una “mejor conciliación” de la vida personal y la profesional, mediante horarios más adaptables y jornadas híbridas que combinen lo presencial con el teletrabajo. “Nuestro objetivo es que el trabajo sea más satisfactorio y deje más tiempo al ocio. Es decir, conseguir que, en un futuro cercano, los españoles trabajen para vivir y no vivan para trabajar”, ha afirmado Sánchez.
El cabeza de lista del PSOE recordó además su anuncio de la víspera de aprobar una ley de tiempos de atención máximos para reducir los plazos de espera en el sistema sanitario. El compromiso del presidente es que “no sea más de 120 días lo que dure la espera para una intervención quirúrgica”, según anunció en una entrevista en Telecinco. Sánchez también ha fijado en un máximo de 60 días el tiempo para ser atendido en las consultas externas especializadas. La horquilla bajaría a los 30 días en el caso de las pruebas complementarias y no rebasaría los 15 días en el caso de la atención a salud mental a los menores de 21 años. A la espera de conocer el detalle del programa electoral, Sánchez no explicó cómo lograría ese objetivo.
La vicepresidenta Calviño intervino para asegurar que ese cúmulo de promesas no supondrían un desequilibrio del gasto público. “Soy perseverante y muy exigente todo el tiempo. Seguiremos garantizando la estabilidad fiscal y financiera con este proyecto económico, progresista y centrado”, aseguró. “Vamos a llevar este programa donde queremos, al Boletín Oficial del Estado”, sentenció la visecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
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