Detenido un estafador con 600 identidades: “Su vida era totalmente falsa”
El hombre, de 38 años, fue arrestado en Lorca y había conseguido 576 DNI con los que abría cuentas corrientes, compraba y vendía coches, adquiría teléfonos, pedía préstamos y se alojaba en hoteles
Ni vivía de alquiler ni tenía casa. Viajaba constantemente y se alojaba en hoteles identificándose con nombres diferentes. Compraba y vendía coches que no eran suyos. Decía que trabajaba en grandes empresas, pero tampoco tenía oficio conocido. “Su vida era totalmente falsa”, cuenta uno de los agentes de la Policía Nacional que ha detenido en Lorca (Murcia, 97.151 habitantes) a uno de los estafadores más activos del territorio español dentro de la operación Jilguero. Se había hecho con 576 DNI, más de 300 cuentas bancarias y había solicitado más de un millar de préstamos, de los que había conseguido más de 300. La lista de estafas, que incluye nóminas y contratos de telefónicos fraudulentos, es tan larga y la documentación incautada tan variada que los investigadores han estado casi un año analizándola y se cree que aún hay cuestiones por resolver. El arrestado, mientras tanto, se halla en prisión.
Nacido en la localidad murciana de Totana (32.329 habitantes) en 1984, su buena presencia, educación y labia le ayudaban a ganarse la confianza de su entorno. De hecho, una de las principales vías que le permitían acceder a documentación ajena era a través de sus parejas. Las conocía a través de aplicaciones de citas y les mentía desde el primer momento en aspectos como sus estudios, profesión y vida personal. Luego, después de ganarse su confianza, conseguía mudarse con ellas. Ya en la vivienda, se hacía con toda la documentación a la que pudiera tener acceso, como las de familiares y amigos de las chicas, con el objetivo de usarla en los fraudes. Con una de sus novias más recientes vivió seis meses en Huércal de Almería, hasta que ella empezó a notar actitudes raras en él. Con otra también pasó un tiempo en Águilas (Murcia, 36.403 habitantes), al sur de la comunidad murciana. En ambos casos madrugaba a diario con la excusa de ir a trabajar a empresas reconocidas, pero en realidad, según comprobaron los policías, “se llevaba el ordenador portátil a un bar” para desarrollar su actividad fraudulenta.
El ahora arrestado disponía de otras muchas tácticas para conseguir documentos de identificación de otras personas. Por un lado, por ejemplo, publicaba falsas ofertas de trabajo en Mil Anuncios y otras páginas similares en las que pedía a sus candidatos que le enviarán el DNI por correo electrónico. Por otro, sacaba a la venta objetos en Wallapop y cuando algún posible comprador se interesaba por ellos, les pedía la documentación por WhatsApp con la excusa, decía, de asegurarse de que la operación se realizaba con garantías. “Hacía de todo, tenía una actividad muy diversificada”, explican fuentes de la Policía Nacional, donde recomiendan que “nadie envíe su DNI por internet ni el teléfono a nadie”.
Los documentos le servían para su vida diaria. Con unos conseguía registrarse en los hoteles donde se iba alojando mientras se movía de un sitio a otro, ya que no tenía lugar de residencia fijo. Con otros alquilaba los coches con los que se desplazaba o directamente los adquiría. De hecho, llegó a dar de alta varios —con identidades usurpadas— en la Dirección General de Tráfico (DGT) y luego los revendía. A veces era capaz de colocar el mismo vehículo en varios concesionarios, casas de empeño o negocios similares. También solía pedir préstamos de manera muy frecuente con identificaciones robadas. Llegó a realizar algo más de un millar de solicitudes a distintas entidades financieras —como Cofidis— a nombre de otras personas. La policía llegó a frustrar hasta 753, pero consiguió otros 308 que le permitieron obtener casi 150.000 euros.
Fórmulas de fraude
A cada paso que daba el detenido refinaba aún más sus fórmulas de fraude, de ahí que los agentes del Grupo de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional en Almería que llevaron el caso estuviesen varios meses tras su pista. La investigación arrancó a finales de 2021 tras la denuncia de una estafa en León. Un hombre había contratado de manera fraudulenta varías líneas telefónicas y terminales de alta gama usurpando la identidad de otra persona, que lo había denunciado. Los pagos se habían realizado mediante cuentas que el estafador había abierto a nombre de otras personas. Y todos los nombres robados procedían de la provincia almeriense, así que el trabajo policial se derivó hasta Andalucía.
Poco a poco, los investigadores consiguieron relacionar decenas de denuncias realizadas por toda España y lograron identificar al estafador, que tenía antecedentes policiales por estafas de menor entidad. Arrancó entonces la búsqueda, pero no fue fácil: tenía tantas identidades que era casi imposible seguirle la pista en sus alojamientos o a través de los coches que alquilaba. La Brigada Provincial de Policía Judicial de Almería emitió entonces una orden de busca y captura, pero incluso ahí llegó a salvarse. Fue identificado por la Guardia Civil en Murcia, pero se libró presentando una documentación falsa de una persona con quien tenía un gran parecido físico.
Hasta que en mayo del año pasado los agentes tuvieron conocimiento de que uno de los familiares del estafador estaba pendiente de una operación en el hospital Rafael Méndez de la localidad murciana de Lorca. Establecieron un operativo porque pensaron que iría a visitarlo. Lo hizo y, finalmente, fue detenido. “No se lo esperaba”, cuenta el agente que lo esposó. Arrancó entonces un arduo trabajo para tratar de desentrañar todas las estafas realizadas por el hombre que no ha terminado hasta ahora, momento en el que la Policía Nacional ha hecho público el arresto.
En este tiempo, los agentes han logrado acreditar que solo en los últimos meses de actividad el delincuente llegó a manejar 576 DNI, 313 cuentas bancarias, 31 tarjetas de crédito, 231 tarjetas SIM telefónicas, 37 contratos telefónicos simultáneos, 30 nóminas falsas y diversa documentación con la que consiguió cambios de datos de las personas usurpadas en los sistemas informáticos de la Tesorería de la Seguridad Social. Acusado de los delitos de estafa continuada, usurpación de estado civil y falsedad documental, fue puesto a disposición del judicial, que decretó su ingreso en prisión provisional. El caso está ahora en manos del juzgado de Instrucción número 2 de Almería.
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