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Yolanda Díaz asume el liderazgo electoral sin resolver el conflicto con Podemos

Las dudas sobre el futuro encaje en Sumar del partido de Belarra alimentan el fantasma de la ruptura en la izquierda y dejan una foto simbólica, con la formación aislada

La vicepresidenta Yolanda Díaz, el miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Foto: JUAN CARLOS HIDALGO (EFE) | Vídeo: EPV

Yolanda Díaz toma este domingo las riendas del espacio electoral a la izquierda del PSOE. Tras dos años de espera y tensiones con el partido fundado por Pablo Iglesias, el lanzamiento de su candidatura llega precedido de una intensa batalla con Podemos, que en las últimas semanas ha redoblado la presión a la vicepresidenta para cerrar cuanto antes las bases de un acuerdo que garantice su influencia en el nuevo proyecto. Pese a las negociaciones abiertas desde principios de año, la imposibilidad de sellar un pacto antes del acto de este domingo acentúa las dudas sobre el futuro encaje del partido de Ione Belarra en Sumar —la plataforma que impulsa Díaz—, alimenta el fantasma de la ruptura y deja una foto simbólica, con Podemos aislado frente a más de una docena de organizaciones de la izquierda española y europea que respaldan a la vicepresidenta. Del éxito o fracaso de Sumar dependerán también, en buena medida, las opciones de revalidar el Gobierno de coalición progresista la próxima legislatura.

Después de una semana crítica para Podemos, con los dirigentes de Galicia y Navarra (Borja San Ramón y Begoña Alfaro) —más algunos diputados— anunciando su presencia en el acto de este domingo, el partido reunió el sábado a su máximo órgano de dirección, el Consejo Ciudadano Estatal, en su mayoría afín a Belarra, en un último encuentro antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

La ministra Belarra aprovechó para explicar su posición, hacer un nuevo llamamiento a Díaz y reivindicar su papel hegemónico en el grupo. “Podemos es el motor de los principales cambios que ha vivido el país en la última década”, defendió la secretaria general. “Es legítimo que haya algunas personas, incluso dentro de nuestro espacio político, que piensen que en la próxima legislatura Podemos tiene que jugar un rol secundario dentro del espacio del cambio. Yo pienso que no, que la fuerza de Podemos es absolutamente imprescindible para revalidar el Gobierno de coalición y seguir impulsando las transformaciones pendientes”, sostuvo la titular de Derechos Sociales.

“Yolanda Díaz tiene en su mano que mañana [por este domingo] Podemos esté en el acto de presentación de su candidatura. Una presentación largamente esperada. Basta con que esta misma tarde Podemos y Sumar firmemos una declaración en la que nos comprometamos a celebrar unas primarias abiertas al conjunto de la ciudadanía”, sentenció en su discurso de apertura antes de pedir a la vicepresidenta que se pongan “juntas a hacer campaña”. Fuentes del partido admiten que les preocupan los efectos que pueda tener la fractura en las elecciones de mayo.

Una foto con Díaz ayudaría a muchos de sus candidatos regionales y locales, que afrontan un panorama complejo, con varias papeletas a la izquierda del PSOE en distintas comunidades donde se persigue revalidar gobiernos. “Ojalá todas las candidatas de UP acudan mañana y no renuncien a este acto en la campaña del 28-M”, animó a desoír a la dirección de Podemos el líder del PCE, Enrique Santiago, a través de las redes sociales. Tras la intervención de la secretaria general, la reunión del consejo —a la que no asistió la número dos, Irene Montero, por encontrarse de viaje oficial en México— se prolongó unas cuatro horas. Distintas fuentes internas reconocen que el debate fue “intenso”, con múltiples intervenciones, pero aseguran también que la formación sale “más unida”.

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Pese a la presión trasladada el sábado, en privado todas las partes descartaban ya en los últimos días que ese pacto de mínimos pudiera llegar antes del acto de hoy. “No hay una propuesta nueva”, se limitaron a responder fuentes del equipo de Sumar, que rechazaron el texto que proponía Podemos no porque no quieran primarias, algo que está absolutamente aceptado, sino porque no asumen la idea del grupo de Belarra de que sean “acordadas entre Podemos y Sumar”. Entienden en Sumar que deben ser fruto de un “pacto multilateral” de todas las formaciones que se van a unir para un proyecto electoral, entre ellos Izquierda Unida, Catalunya en Comú, Compromís o Más País, el partido del cofundador de Podemos Íñigo Errejón, cuya pelea con Iglesias provocó un cisma en la organización.

Dirigentes de todas estas formaciones —y, además, de la Chunta Aragonesista, Equo, Alianza Verde, Proyecto Drago, Batzarre o Iniciativa del Pueblo Andaluz— estarán arropando a Díaz. Sumar difundió el sábado vídeos de apoyo del expresidente boliviano Álvaro García Linera, el ex primer ministro griego Alexis Tsipras —con el que Iglesias se volcó en su campaña de 2015— y la eurodiputada y copresidenta del grupo de los verdes, Terry Reintke.

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, en un acto electoral en Ferrol en mayo de 2019.
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, en un acto electoral en Ferrol en mayo de 2019.Mero Barral (Europa press)

Preocupación en el PSOE

La tensión entre Sumar y Podemos es seguida con la respiración contenida por buena parte de la izquierda y, en especial, por el PSOE y el sector socialista del Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza. Los socialistas saben que no basta con que ellos obtengan un buen resultado en las generales en diciembre. Necesitan que a Díaz también le vaya bien si quieren evitar que el PP y Vox sumen mayoría absoluta. Desde Pekín, adonde viajó invitado para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, Sánchez evitó hurgar en la herida y se limitó a decir que él gobierna “una coalición”, y no un tripartito, como señalan algunos ante la evidente división entre las ministras de Podemos y los otros tres representantes de Unidas Podemos, con Yolanda Díaz a la cabeza.

En La Moncloa confían en que, pese a las tensiones actuales en la izquierda del PSOE, Díaz logre reunificar el espacio después de las elecciones autonómicas y haya una sola candidatura para las generales. Si no fuera así, la situación sería muy complicada para la coalición. Sánchez no tiene ninguna intención de romper el Gobierno y pretende incluso repetirlo en la próxima legislatura si le salen los números, pero una ruptura definitiva entre Sumar y Podemos para las generales podría cambiar las cosas. Varios ministros consultados confían en que finalmente esto no suceda, y ven a Díaz muy fuerte, lo suficiente como para hacerse con el control del espacio después de las autonómicas.

Sánchez está apostando muy claramente por ella en la disputa y cree que la opción electoral entre ellos dos es mucho más competitiva que la de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en la derecha, y así lo comentó a los periodistas en el avión camino a Pekín. En el PSOE ven a Podemos cada vez más aislado, pero confían en que haya un pacto con Díaz porque más meses de ruido en la coalición podrían ser demoledores electoralmente y tapar los buenos datos económicos y reformas clave como la de pensiones, o al menos así lo ven en el sector socialista del Ejecutivo.

Larga conversación

Tras dos años de desavenencias —Podemos ha cuestionado el liderazgo de la dirigente gallega en asuntos como la guerra de Ucrania, la renovación del Poder Judicial o los últimos Presupuestos—, las negociaciones fallidas entre la vicepresidenta y el partido de Belarra comenzaron en enero, aunque se han intensificado en las últimas dos semanas, conforme se aproximaba la fecha del lanzamiento de la candidatura. Díaz e Iglesias habían mantenido también una larga conversación a comienzos de año. Iglesias, que nombró a dedo a Díaz como sucesora, llevaba meses sin verse con ella. En noviembre, la tensión se elevó como nunca: el exlíder de Podemos estalló al pedir a la vicepresidenta “respeto” para su formación, y calificó después de “estúpida” la actitud de, según él, “ponerse de perfil” frente a los ataques a Montero, ministra de Igualdad, por la ley del solo sí es sí. Durante semanas, el ruido disminuyó. Díaz incluso hizo reconocimientos públicos a Podemos, incluyendo una felicitación el día de su noveno aniversario. Los de Belarra seguían negando entonces que hubiera contactos, pero la titular de Trabajo desveló a mediados de febrero que las conversaciones estaban en marcha.

La vicepresidenta se había dirigido semanas antes a Belarra, y a Montero para avisarlas de que esos contactos iban a comenzar y pedirles que designaran a dos representantes para negociar con Sumar. Podemos nombró a su secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, y al portavoz parlamentario de UP, Pablo Echenique. El jefe de gabinete de la Vicepresidencia segunda, Josep Vendrell, llevaba la interlocución por la otra parte. En esos encuentros se abordaron diferentes asuntos, desde el nombre de la coalición al reparto de puestos, pero sin llegar a concretar nada, según fuentes de la negociación. Podemos propuso entonces un acuerdo de mínimos antes de mayo y comenzó el intercambio de papeles antes del pasado fin de semana. En su redacción final, dada a conocer el domingo pasado por la noche, el partido pedía celebrar primarias “abiertas al conjunto de la ciudadanía”, “acordadas entre Podemos y Sumar”, con un nuevo censo y “las medidas de seguridad para garantizar la transparencia del proceso”. Para esta formación, el compromiso de celebrar “primarias” ofrecido por Díaz, sin ir más allá en la definición del proceso, era insuficiente. Desde ese día, pese a algunos contactos, no hay avances.

El propio Iglesias, que acaba de lanzar su nueva televisión por internet, Canal Red, ha servido estas semanas de altavoz a la postura de Podemos y ha azuzado la idea de que hay quienes buscan acabar con el partido. “Creo que hay sectores de la izquierda y sectores de Sumar que cometen un error al dejarse querer por el PSOE, como si el PSOE tuviera un objetivo diferente a reducirnos a nuestra mínima expresión”, afirmó en TV3 el miércoles. “Si Yolanda tuviera la mitad de generosidad que está teniendo Podemos y se sentara con Ione y ofreciera un acuerdo en lugar de seguir con las ambigüedades de las sonrisas, de los perfiles egipcios, y asumiera que en política hay que negociar cosas, creo que todos estaríamos mucho más contentos para poder ir unidos y reforzar un espacio político que ha sido fundamental en este país, pero siempre desde el respeto a las reglas democráticas. Decir que estás de acuerdo con unas primarias pero no estar dispuesto a firmarlo y concretarlo no ayuda a hacer este camino”, cuestionó.

Algunas voces de Podemos creen que el equipo de la vicepresidenta solo busca arrinconarlos, posponiendo una negociación que después del 28 de mayo podría resultar más compleja para ellos si los resultados no son buenos y favorecen, por el contrario, a organizaciones territoriales como Más Madrid o Compromís. Aunque la fractura del domingo no es definitiva, la imagen que deja sí será representativa, con Podemos fuera y un poco más lejos de un proyecto común en las generales.

En un tono opuesto, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, “animó” el sábado a Podemos a que acuda hoy domingo “como el resto de fuerzas políticas, sin ningún tipo de condición”. “Ya habrá tiempo después de este acto de concretar todo lo que haga falta para que los partidos políticos nos sintamos cómodos”, afirmó a su llegada a la reunión de la Coordinadora Federal del partido. “Es lo más inteligente, lo que la ciudadanía está esperando, y para lo que está trabajando la militancia de IU”, advirtió.

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