Marlaska responsabiliza al anterior Gobierno del PP de la corrupción del ‘caso cuarteles’

La comparecencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la comisión de Interior del Congreso para hablar del caso cuarteles, la investigación sobre la supuesta adjudicación irregular de 193 contratos de obras en la Guardia Civil, ha desembocado en un bronco debate parlamentario en el que no han faltado referencias a otros casos de corrupción, a ETA, a los GAL, al caso Pegasus o a la muerte de 23 inmigrantes al intentar entrar en Melilla. A la afirmación de Grande-Marlaska de que el caso cuarteles “es un caso de corrupción que afecta al Partido Popular, uno más”, la diputada popular Ana Vázquez ha respondido acusando al ministro de “denigrar” y “dañar” a la Guardia Civil para evitar hablar del que ha llamado caso Tito Berni, en referencia a la investigación sobre el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo dentro de otro caso de corrupción, el caso mediador. El intercambio de acusaciones ha subido de tono después de que la representante del PP pusiera en duda el patrimonio inmobiliario de la recién dimitida directora de la Guardia Civil, María Gámez. El ministro le ha acusado de propagar con estas afirmaciones un “bulo” y le auguraba que se tendría que desdecir.

En su primera intervención, Grande-Marlaska ha recordado que el principal imputado en la causa, el teniente general Pedro Vázquez Jarava, tuvo un ascenso “meteórico” durante la etapa de Jorge Fernández Díaz al frente de Interior —ascendido dos veces en tan solo ocho meses, hasta alcanzar la máxima categoría de teniente general— y que fue también este antecesor suyo quien puso a este alto mando al frente de la Subdirección General de Apoyo, desde el que tenía el control de las fianzas del instituto armado y desde el que presuntamente propició las irregularidades ahora destapadas al instigar a los jefes de las 13 comandancias bajo sospecha a contratar al constructor Ángel Ramón Tejera de León, Mon, amigo suyo.

Grande-Marlaska ha recordado también que, como adelantó este domingo EL PAÍS, fue el último director general de la Guardia Civil con el PP, José Manuel Holgado, quien ordenó archivar, en diciembre de 2017, las pesquisas que había iniciado Asuntos Internos pese a los indicios que entonces ya se habían recopilado. “Ustedes lo paran y lo mandan archivar”, ha afirmado rotundo antes de ligar esa actitud con la que propició, en 2013, la Operación Kitchen, el espionaje ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas utilizando de manera irregular fondos y medios de Interior. “Durante el periodo 2011-2018 los gobiernos del PP se utilizaron de forma inadmisible los recursos públicos y los medios, que deberían haberse destinado a la seguridad de todos, con fines partidistas y espurios de una manera inaceptable en una democracia”, recalcado.

Grande-Marlaska ha asegurado que el ministerio que ahora encabeza fue el protagonista durante los gobiernos de Mariano Rajoy de “tropelías y excesos” y ha recordado que dos de sus máximos responsables, Fernández Díaz y Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad, pueden “ser condenados a elevadas penas de prisión” después de que la Fiscalía haya pedido 15 años de cárcel para ellos por el espionaje ilegal a Bárcenas. “Los responsables públicos del Ministerio del Interior durante los gobiernos del Partido Popular no dudaron en distraer recursos públicos para alcanzar finalidades diferentes a aquellas a las que estaban destinados”, ha asegurado antes de recalcar que con ello el PP pretendía “tapar sus escándalos de corrupción”.

La intervención de los grupos de la derecha ha sido un cúmulo de ataques al ministro. Miguel Gutiérrez, de Ciudadanos, le ha acusado de “mentir” y ha puesto en duda que la dimisión de Gámez como máxima responsable de la Guardia Civil fuera realmente tal. “Creo que esto fue un cese”, ha dicho para recriminar que en el acto en el que hizo público su renuncia, la ya exdirectora general estuviera acompañada de cuatro generales del instituto armado. Javier Ortega Smith, de Vox, ha sido aún más duro al responsabilizar a María Gámez del caso Cuarteles y compararlo con el escándalo que protagonizó Luis Roldán, el exdirector general de la Guardia Civil que fue condenado por corrupción. Ortega Smith ha acusado de Grande-Marlaska de “dar alas a los que odian” al instituto armado y de “esconderse” detrás de los uniformes de los agentes.

Sin embargo, el enfrentamiento más agrio se ha producido con la representante del PP, que ha acusado al ministro de “sectarismo galáctico” y de hacer “de la mentira su manera de hacer política”. Vázquez ha aprovechado su intervención para echar en cara a Grande-Marlaska el fin de la política de dispersión de los presos de ETA tras anunciar el pasado viernes el próximo traslado de cinco de los seis últimos reclusos de la banda armada que quedaban en cárceles de fuera del País Vasco y Navarra. También le ha acusado de “arrastrar por el barro” a la Guardia Civil para no tener que hablar del caso Mediador por la implicación en él de un exdiputado socialista. Grande-Marlaska le ha respondido acusándola de “indignidad” por utilizar de nuevo ETA en el debate político.