El PNV pide a los presos de ETA que correspondan al fin de la dispersión con un gesto de “reconocimiento del daño causado”
El ministro Grande-Marlaska afirma que el alejamiento de los reclusos “ya no tenía sentido” tras la derrota de la banda terrorista
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, considera positivo el acercamiento de todos los presos de ETA a cárceles vascas y navarras —que inició el Gobierno de Pedro Sánchez hace cinco años y está a punto de culminar—, pero ha subrayado que, tras el fin de la política de dispersión, los miembros de la banda terrorista y su entorno deben dar ahora el paso de reconocer “el daño injusto causado” a las víctimas y a la sociedad. “Poco a poco vamos cerrando el negro pasado del terrorismo y la violencia”, pero “todavía faltan varios pasos”, ha dicho este sábado el líder nacionalista en un acto de su partido en Iruña de Oca (Álava). El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en otro acto en Segovia, ha defendido que el alejamiento de los presos de ETA “ya no tenía sentido” tras la derrota de la banda terrorista.
Ortuzar se ha felicitado por la decisión de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, de culminar el proceso de traslado de todos los reclusos de ETA a las prisiones del País Vasco y Navarra. Este viernes, el Gobierno anunció el traslado de cinco de los seis últimos reclusos de la organización terrorista, entre los que figura Irantzu Gallastegi Sodupe, alias Amaia, condenada, entre otras causas, por el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. Con esta decisión solo quedará en una prisión no vasca ni navarra Natividad Jauregi, alias Pepona, de 63 años, que está a la espera de juicio. Así, a falta de ese último traslado puntual, el Ejecutivo de Pedro Sánchez pone fin a la política de dispersión de los presos de ETA que instauró hace 34 años el también socialista Felipe González y mantuvieron los sucesivos Gobiernos.
Para el PNV, mantener a los presos de ETA en centros penitenciarios alejados del lugar de residencia de sus familiares “ya no tenía ningún sentido”. “Es un paso importante hacia la convivencia en este país”, ha dicho Ortuzar. De los 161 presos etarras encarcelados en España, nueve estarán en la prisión de Pamplona y 151 en alguna de las tres cárceles que gestiona el Gobierno vasco desde octubre de 2021, según los datos recopilados por EL PAÍS en diferentes fuentes. Además, en Francia hay otros 13 reclusos.
El líder del PNV ha indicado que la culminación del proceso de acercamiento debe verse correspondida ahora con un gesto de los presos de ETA y de su entorno social y político, en alusión a EH Bildu. Les ha recordado que “faltan [por dar] algunos pasos”, entre los que ha considerado “importante” que se produzca un “reconocimiento del daño injusto causado por la violencia, ante las víctimas y ante la sociedad”. “Sería un paso importantísimo de cara a la convivencia entre vascos y para la convivencia de Euskadi con el resto del mundo”, ha manifestado Ortuzar.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también se ha referido a este asunto en un acto celebrado en Segovia. Ha defendido que el alejamiento de los presos de ETA fue una política antiterrorista “eficaz”, pero que, una vez que la banda fue “derrotada”, “ya no tenía sentido” mantenerla y había que aplicar la legislación penitenciaria, que establece que “todos los internos deben cumplir sus condenas lo más cerca posible de su entorno social”.
Marlaska ha aprovechado para cargar contra el PP por sus críticas al fin de la dispersión. Este partido, ha dicho el titular de Interior, “practica el cinismo y hace una utilización absolutamente inadecuada e indecente de lo que ha sido la lucha antiterrorista de este país durante los últimos 50 años”. Y ha vuelto a recordar que cuando los populares estuvieron en el Gobierno, con José María Aznar como presidente, “se acercó al País Vasco y a Navarra a más de 500 miembros de ETA” entre 1997 y 1998, cuando la banda “seguía matando y secuestrando”.
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