Detenido un hombre de 74 años en Miranda de Ebro por el envío de cartas con material pirotécnico a Sánchez y a la Embajada de Ucrania

La Policía Nacional ha detenido este miércoles en Miranda de Ebro (Burgos) a Pompeyo G. P., un jubilado de 74 años, como presunto autor del envío de las seis cartas con material pirotécnico que dispararon las alertas antiterroristas en España a finales de noviembre y comienzos de diciembre, según ha informado el Ministerio del Interior. Entre los destinatarios de aquellas misivas estuvieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en Madrid.

El arrestado, de nacionalidad española, había trabajado hasta su jubilación en 2013 como funcionario en el Ayuntamiento de Vitoria y tenía conocimientos técnicos (es aficionado al aeromodelismo) e informáticos, además de ser muy activo en redes sociales, donde visitaba páginas en los que se ensalzaba al presidente ruso, Vladimir Putin, detallan fuentes policiales. La investigación apunta a que el arrestado actuó en solitario, tras no detectarse vinculaciones con ningún grupo, si bien la Policía “no descarta la participación o influencia de otras personas en los hechos”, ha señalado Interior.

Agentes de la lucha antiterrorista han registrado durante la mañana su vehículo y su domicilio en la localidad burgalesa, donde el sospechoso vivía solo y en el que presuntamente elaboró las cartas con material pirotécnico. Durante el registro, los agentes han localizado más material para fabricar artefactos, del que sospechan que se iba a desprender. En la Operación Konvert (palabra ucrania que significa “sobre postal”), los sellos y los sobres han sido las principales pistas para localizar al presunto autor de los envíos, añaden fuentes cercanas a la investigación.

Las misivas tenía como destinatarios a Pedro Sánchez; a la ministra de Defensa, Margarita Robles; los embajadores de Ucrania y Estados Unidos, Sergi Pohoreltsev y Julissa Reynoso, respectivamente; al director de la empresa de armamento Instalaza, fabricante de los lanzagranadas C-90 que España envió al Gobierno de Volodímir Zelenski como parte de la ayuda militar a Ucrania; y al responsable del Centro de Satélites de la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Todas habían sido enviadas desde Burgos y contenían idénticos ingenios caseros que activaban con un sedal una pequeña carga de pólvora pensada para deflagrar, es decir, provocar una llama súbita, con trozos metálicos ―minúsculas bolas― a modo de metralla.

Aunque ninguna de las cartas contenía notas o textos con amenazas, dsesde el primer momento se relacionó su envío con la guerra en Ucrania y el apoyo de España a Kiev por la identidad de los destinatarios. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, remitió entonces una carta a los otros países de la UE y del espacio Schengen en la que señalaba que las mismas podrían “estar relacionadas” con el conflicto bélico. El domingo, The New York Times señalaba a un autodenominado Movimiento Imperial Ruso, un grupo radical de ultraderecha con supuestos vínculos con los servicios secretos del Kremlin, como supuesto responsable de los envíos, según fuentes de la Administración de Estados Unidos.

02:32

Marlaska confirma que el envío de cartas explosivas tenía un mismo 'modus operandi'

De las seis cartas con material pirotécnico que presuntamente envió el jubilado ahora detenido, solo una deflagró, la que se recibió en la legación ucrania y que causó heridas leves a un trabajador de la misma. Del resto, cuatro fueron detonadas por los expertos en explosivos de la Policía y la última, la que se recibió en la base aérea, pudo ser neutralizada y el contenido recuperado íntegramente, lo que ha facilitado la investigación policial. Las pesquisas analizaron todos los componentes del mismo, entre ellos el material pirotécnico, pero esto no permitió avanzar en las pesquisas, ya que se puede adquirir en multitud de establecimientos. Más éxito tuvieron las gestiones realizadas sobre el origen de los sobres y los sellos.

Los primeros eran todos idénticos, de cartón marrón y de unos 18 por 10 centímetros, y tenían un troquelado autoadhesivo muy característico que solo fabrica una empresa que se dedica a su venta por internet. Los segundos (con un valor facial de 2.70 euros y que representan el castro del monte Santa Trega, en Pontevedra) pertenecían a una tirada limitada de 135.000 ejemplares que únicamente se distribuyó en oficinas principales de Correos. El cruce de los datos de ventas de la compañía de sobres con el visionado de las cámaras de seguridad de las oficinas donde se vendieron los sellos y, en concreto, en la de Burgos, se convirtió en clave en la identificación del presunto autor de los envíos, señalan fuentes conocedoras de las pesquisas.

Está previsto que el ahora detenido pase el viernes a disposición del juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama, que abrió una investigación por un supuesto delito de terrorismo tras conocerse el paquete enviado a la Embajada de Ucrania en España. Hasta entonces, el sospechoso será interrogado por los agentes de la Policía Nacional que han realizado la investigación.