La familia del aventurero Santiago Sánchez confirma que está preso en Irán y que se encuentra bien de salud
La Embajada en Teherán inicia las gestiones para ir a visitarlo e intentar su inmediata liberación
La familia de Santiago Sánchez, el aventurero español al que el 2 de octubre se le perdió la pista en Irán, ha confirmado que este está preso en una cárcel del país asiático, donde esperan que pueda ser visitado esta misma semana por personal de la Embajada española, y que se encuentra bien de salud. Fuentes diplomáticas han confirmado que el caminante ha sido localizado en Irán bajo custodia de las autoridades del país. La organización Hengaw Organization por Human Rights ya aseguró ayer que Sánchez está preso en el centro de detención de Sanandaj, cerca de la frontera con Irak, tras haber sido arrestado después de visitar en Saqqez, en el Kurdistán iraní, la tumba de Mahsa Amini, la joven kurda muerta tras ser detenida por llevar mal el velo.
La Embajada de España en Irán ha solicitado a las autoridades del país poder visitar a Sánchez cuanto antes y ha reclamado iniciar los trámites para su liberación, según ha contado a la agencia Efe hermana Natalia, hermana del desaparecido, quien ha añadido que no hay ninguna imputación, ni ningún cargo contra su pariente y que solo atravesaba a pie el país camino de Qatar para asistir al Mundial de fútbol. “Simplemente pasaba por allí. No tiene nada que ver con nada”, ha dicho Natalia Sánchez, tras asegurar que la información de Exteriores ha tranquilizado a la familia, que no tenía noticias de Santiago desde el 2 de octubre.
La familia espera que esa liberación se produzca cuanto antes y confía en las gestiones de los servicios diplomáticos que no les han confirmado el paradero exacto de Santiago.
El aventurero había partido el 8 de enero de Alcalá de Henares (Madrid) para un larguísimo viaje a pie hasta Qatar (11.000 kilómetros desde Alcalá de Henares a Doha), donde este hincha del Real Madrid, que fue militar, iba a asistir al Mundial de Fútbol que se celebra allí a partir del 20 de noviembre. Todo iba bien, con conexiones casi diarias a través de las redes, hasta el 2 de octubre. Ese día comunicó que entraba en Irán, pese a que la situación “estaba caliente”, según escribió a sus amigos y familiares. Hasta esta mañana, en que la familia ya tiene noticia del paradero de Santiago.
Hengaw Organization por Human Rights, que tiene sede en Oslo, ya afirmaba este miércoles que Santiago Sánchez se encuentra recluido en el centro de detención de la Inteligencia iraní en Sanandaj, que es la capital de la provincia iraní del Kurdistán. El Ministerio de Información de la República Islámica de Irán anunció hace unas semanas que había detenido a nueve extranjeros, la mayoría ciudadanos de países europeos, acusados de tener conexiones con los manifestantes, pero no los identificó.
Esta misma semana, los blogueros neozelandeses Topher Richwhite y Bridget Thackwray fueron liberados por las autoridades de Irán, tras haber estado retenidos en el país desde julio. La historia es similar a la de Santiago Sánchez: los dos neozelandeses documentaban desde hace cuatro años su viaje en un todoterreno por todo el mundo cuando, de pronto, si aviso, dejaron de publicar al poco de entrar en la república islámica hace cuatro meses. Ni el Gobierno de Nueva Zelanda ni los propios afectados han precisado las razones por las que las autoridades iraníes impedían a la pareja abandonar el país, o si estuvieron detenidos en una prisión de la nación.
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