Sánchez y Scholz plantean cuidar los salarios de la clase media para frenar a la ultraderecha
España y Alemania presionan a Francia por el MidCat y acuerdan cooperar en armamento y defensa. El presidente español critica indirectamente las ayudas a las empresas alemanas
Los dos principales líderes socialdemócratas de Europa, Olaf Scholz y Pedro Sánchez, tienen problemas similares: desgastados en las encuestas, se enfrentan al auge de la derecha y la ultraderecha y a un importante malestar social por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la inflación desbocada. Ambos, con una estrecha relación política, dejaron claro el miércoles en A Coruña, en una rueda de prensa conjunta tras la XXV Cumbre hispano-alemana, que comparten la receta que piensan utilizar para intentar frenar ese descontento social e impedir que se vuelque a la ultraderecha, como acaba de suceder en Italia o incluso en Suecia. Lo que hay que hacer, han explicado ambos a su manera, desde una perspectiva socialdemócrata, es cuidar a los ciudadanos de clase media trabajadora, mejorar sus salarios, garantizarles un futuro, asegurarse de que sienten que están protegidos, que sus hijos y nietos tendrán trabajo y vivirán como ellos aunque no tengan una formación universitaria. Las dos respuestas de Scholz y Sánchez han dejado claro esa sintonía en uno de los grandes debates políticos que recorre Europa después de las elecciones italianas: ¿cómo frenar la ola de ultraderecha y populismo que cabalga sobre la crisis económica?
Scholz ha sido claro: “No podemos dar la impresión de que el mundo solo se rige por los que tienen los máximos salarios. Los que tiene formación profesional, pero trabajan duro para que funcionen nuestros países deben tener seguridad, sueldos dignos. Deben sentirse respetados. Hace falta una política de buenos salarios y buenas perspectivas para un futuro, que tengan la seguridad de que sus hijos y nietos tendrán buenos puestos de trabajo”. Sánchez también: “Todos los gobiernos tenemos el mismo desafío, proteger a la clase media que está fatigada de tantas crisis en tan poco tiempo. Debemos abordar los efectos políticos de una guerra en suelo europeo, que no lo vivíamos desde la II guerra mundial. Hay que empatizar con la mayoría social de la clase media trabajadora que quiere respuestas de solidaridad y justicia social”.
Esta ha sido la parte de acuerdos. Pero también ha habido evidentes desacuerdos que se han desvelado en la rueda de prensa. Sánchez, con buenas formas, pero fondo claro, ha criticado veladamente las ayudas de 200.000 millones de euros que Alemania ha puesto en marcha para sus empresas, y que Scholz ha tenido que defender con vehemencia en la comparecencia ante las dudas que han generado en toda Europa. “Respetamos la decisión del Gobierno alemán, pero pedimos que todos los países las soluciones que pongamos fortalezcan el mercado único. Tenemos que dar respuestas europeas para no salir de la crisis con más diferencias económicas entre países”, ha rematado Sánchez.
Ambos primeros ministros también han insistido en que el escudo antimisiles alemán y la petición para que participe España no han estado encima de la mesa, pero sí hay acuerdos de fondo sobre defensa en la declaración final. También ha habido un mensaje conjunto de ambos para presionar a Emmanuel Macron para que acepte el MidCat como una solución para aumentar las interconexiones energéticas y que España pueda enviar su gas sobrante a Alemania y a otros países.
Cooperación en armamento
La invasión rusa de Ucrania ha dado un vuelco a la concepción de la seguridad y la defensa de la Unión Europea. Y Alemania, un país que en las últimas décadas ha ocupado un discreto segundo plano, ha decidido dar un paso al frente y asumir su responsabilidad como uno de los gigantes, demográfico y económico, en el continente. Scholz y Sánchez han acordado cooperar en materia de armamento e industria de defensa “para fortalecer las capacidades europeas”, según figura en la declaración conjunta de la Cumbre hispano-alemana. La colaboración será tanto bilateral, añade el texto, como en el seno de la UE y de la OTAN.
Sánchez y Scholz, los dos líderes de mayor peso de la socialdemocracia europea, se han reunido con 15 de sus ministros (ocho españoles y siete alemanes) para acordar un plan de acción con el que desarrollar proyectos de cooperación en diversas materias, desde la educación secundaria hasta la innovación, pasando por la seguridad y la defensa.
Después de ocho años sin celebrarse —la última cita la protagonizaron la excanciller Angela Merkel y el expresidente Mariano Rajoy en 2014 en Santiago—, la Cumbre hispano-alemana en A Coruña está marcada por la crisis energética que ha provocado la escasez del gas ruso en Europa. Los precios disparados de la electricidad y el gas plantean un otoño e invierno complicados para los hogares y las empresas, y los líderes de todos los socios europeos trabajan contra reloj para poner en marcha medidas de alivio. Scholz y Sánchez coinciden en la receta para hacer frente a la crisis: gasto social para no dejar a nadie atrás con sucesivos paquetes de ayudas.
Uno de los puntos del acuerdo firmado el miércoles tiene que ver con las interconexiones energéticas, y concretamente, con el impulso que ambos líderes quieren dar al gasoducto a través de los Pirineos, el MidCat. Scholz es partidario de aumentar las interconexiones en toda Europa pensando no solo en la crisis actual sino también en el medio y el largo plazo, es decir, en el hidrógeno verde que se producirá en el futuro con energías renovables, un campo en el que España pretende liderar en 2030 con el 10% de la producción europea. Contradice así uno de los argumentos del presidente francés, que asegura que no es rentable en la actualidad. Sánchez lamentó que la falta de interconexiones “impide usar todo el potencial” de España.
Además, el reciente sabotaje de los gasoductos rusos Nord Stream, que suministraban gas desde Rusia a Alemania por el lecho del mar Báltico, ha puesto sobre la mesa otra cuestión urgente: la protección de la infraestructura crítica europea. Tanto la UE y Estados Unidos como Rusia hablan de una acción intencionada, pero difieren en la autoría. La mayoría de expertos apuntan a un acto de guerra híbrida contra Occidente en el que ven la mano de Moscú. Proteger gasoductos, cables submarinos y otra infraestructura física se ha convertido en una prioridad no solo para los países ribereños del Báltico.
Scholz llegó a A Coruña presionado internamente en otros frentes, también relacionados con la crisis energética. Su decisión de volver a conectar las centrales térmicas de carbón le ha enfrentado al poderoso movimiento ecologista alemán. Prolongar, pero solo durante cuatro meses, el funcionamiento de dos de las tres últimas centrales nucleares alemanas ha enfurecido a la oposición, partidaria de dejar las tres en marcha y de recuperar para la red las últimas en cerrar. Los liberales, que forman parte de la coalición de Gobierno, también están a favor de seguir generando electricidad con energía atómica.
El apoyo militar a Ucrania es otra de las cuestiones que ha estado a punto de costarle un disgusto al canciller en el Parlamento. Gracias al apoyo in extremis de sus socios liberales y verdes pudo evitar una votación que habría puesto de manifiesto la desunión en el Ejecutivo. Scholz y los socialdemócratas se resisten a entregar a Kiev los modernos carros de combate de fabricación alemana Leopard que pide Volodímir Zelenski para reforzar su exitosa contraofensiva en el sur y el este del país. Muchos diputados liberales y verdes exigen un cambio en la política de Berlín.
Mientras, Sánchez llegó a la cumbre con los Presupuestos recién pactados con Unidas Podemos y aprobados en el Consejo de Ministros, y lo ha reivindicado frente a las críticas de algunos sectores de Podemos por el aumento del gasto en defensa, de hasta el 26%. “Lo relevante es que el Gobierno aprobó sus terceros Presupuestos, es una muestra clara de estabilidad en momentos difíciles. No nos ha faltado de nada, pandemia, guerra, hasta un volcán, pero el Gobierno está centrado en la protección de la mayoría social, y también en mostrar fiabilidad, cuando hace un compromiso frente a la OTAN y también la UE [de aumentar el gasto en defensa] lo cumple”, remató Sánchez.
El presidente español defendió la previsión económica del Gobierno para 2023, que calificó de “prudente”, pese a la corrección a la baja del Banco de España conocida el miércoles. Está “en línea con otros organismos internacionales y, en todo caso”, añadió, el Gobierno actualizará sus previsiones como muy tarde en abril del próximo año dependiendo de la situación económica. “Lo que queda claro en la previsión del Banco de España es que España va a continuar en crecimiento en el próximo año y esto tiene mérito en un contexto tan incierto para la economía europea y la mundial”, subrayó Sánchez.
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