Podemos e IU se disponen a relegar la marca Unidas Podemos en las elecciones de mayo
Las formaciones buscarán un acuerdo en los territorios antes de final de año para evitar que se repita el fiasco andaluz
La marca electoral Unidas Podemos tiene fecha de caducidad. El nuevo proyecto político que impulsa la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz de cara a las generales de finales de 2023 pone ya un límite a la fórmula utilizada por primera vez en 2016. Pero podría adelantarse aún más: en un contexto de relaciones cada vez más deterioradas entre Podemos e IU, ambos partidos se disponen a prescindir de esa marca común incluso antes, en las autonómicas y municipales de mayo. Fuentes de las dos organizaciones subrayan, no obstante, su voluntad de mantener y construir nuevas alianzas en los territorios, pero tras las crisis desatada durante las negociaciones para una coalición en Andalucía, que acabó con Podemos fuera del registro oficial, la confianza entre los socios está tocada.
Tal y como adelantó Público y ha podido confirmar EL PAÍS, poco después de los comicios en los que Juan Manuel Moreno Bonilla obtuvo mayoría absoluta y la izquierda fracasó en las urnas, las direcciones de ambos partidos mantuvieron una reunión al máximo nivel y abordaron la posibilidad de dar carpetazo a la marca. Según explican fuentes conocedoras de ese encuentro, las dos formaciones plantearon la idea de regresar a una suma de las siglas de cada organización (Podemos e Izquierda Unida, además de nuevos actores que pudieran entrar). Pero en esa reunión no se cerró un acuerdo por escrito, algo que, llegado el caso, deberían ratificar las ejecutivas de los partidos.
En la práctica, esto supone que el nombre de Unidas Podemos no sea ya una condición para pactar una confluencia electoral. En 2019, las dos formaciones alcanzaron un acuerdo marco en el que se fijaba una denominación común que era “Unidas” y que se podía combinar en cada territorio (Unidas por Extremadura, por ejemplo). Según han reiterado este jueves las dos organizaciones, el cambio propuesto no impediría que la fórmula empleada en las anteriores municipales y autonómicas pueda seguir usándose en aquellos lugares donde tiene ya un arraigo y ha funcionado bien. Desde Podemos, en todo caso, apuestan por una denominación que sea reconocible, no nuevos experimentos que pudieran llevar a un mal resultado, como ocurrió en junio con Por Andalucía.
El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, no lo descarta. “La marca depende de los partidos en cada territorio. Y se pueden llamar Unidas Podemos perfectamente o se pueden llamar con otras fórmulas como ocurrió en Andalucía. (...) Ellos decidirán la marca, pero el espacio político goza de buena salud”, ha afirmado este jueves el ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida en un intento por rebajar las tensiones internas. “Desde IU lo que estamos promoviendo es el máximo número de acuerdos con Podemos y con otras fuerzas políticas para municipales y autonómicas. Repetir como mínimo lo de 2019, y son esas federaciones y esos municipios los que tienen que concretar el tipo de acuerdo al que lleguen”, ha reiterado. “No hay acuerdo al respecto de las marcas. Cuando lo haya, les informaremos”, ha zanjado por su parte el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique.
Para no repetir la experiencia andaluza, tanto el partido que dirige la ministra Ione Belarra como el encabezado por el titular de Consumo, Alberto Garzón, quieren cerrar los acuerdos de aquí a final de año. En el caso de Por Andalucía, las negociaciones se apuraron tanto que ni Podemos ni el ecologista Alianza Verde llegaron a la inscripción oficial de la marca, lo que derivó en un lío jurídico y una pelea pública entre las organizaciones que lastró la imagen de la primera coalición que reunía a Podemos, IU y Más País, el partido de Íñigo Errejón.
Por el momento, ante un panorama incierto, Podemos ha decidido acelerar el proceso. La formación celebrará primarias internas del 10 de octubre al 4 de noviembre con el fin de ratificar a sus propios candidatos. También el comité electoral se encuentra inmerso en los trabajos para preparar su precampaña. Izquierda Unida, por su parte, puso en marcha a comienzos de julio la elaboración de un programa marco para las municipales y autonómicas que estará listo en noviembre. El partido de Belarra se ha reivindicado públicamente como la “principal organización del espacio”, mientras que IU hace valer su implantación en el ámbito municipal, con varias alcaldías y más de 2.000 concejales en toda España. La recolocación de fuerzas de cara al futuro proyecto de Yolanda Díaz en las generales amenaza con enturbiar las negociaciones de mayo. Aunque en público todos apelan a la necesidad de repetir alianzas, las destituciones de miembros de IU en los ministerios de Podemos (Amanda Meyer como jefa de Gabinete de Irene Montero o Enrique Santiago en Derechos Sociales), y la reciente expulsión de la diputada de Podemos de la Mesa del Parlamento andaluz muestran los complejos equilibrios del grupo.
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