La falsa conservera de Chiclana que embotaba marihuana en latas de tomate
La policía detiene a tres polacos que llevaban una vida “ostentosa”, a base de comprar la droga en Cádiz y llevarla camuflada hasta Polonia
La vida de P.W. y D.M.C., dos polacos de unos 50 años y residentes en la provincia de Cádiz, no se distinguía mucho de la de esos empresarios exitosos que emulaban ser. “Superfuertes, muy pijos, con todo de marca”, detalla uno de los policías que les siguió los pasos durante meses. Los días se les iban entre su residencia en un chalé en la selecta urbanización jerezana de Montecastillo y constantes viajes de trabajo por toda la provincia, a bordo de dos lujosos todoterrenos Mercedes. Su supuesto negocio de exportación de latas de tomate triturado desde Chiclana hasta Polonia iba tan bien como para permitirse una vida de ropa cara, restaurantes y relojes de marca. Pero la receta del éxito no estaba en el fruto, sino en el interior de esas conservas: cogollos de marihuana de gran calidad que exportaban con regularidad a su país de origen.
La Policía Nacional en Cádiz acaba de detener a ambos y a un tercer ciudadano polaco que hacía de transportista, cuando se disponían a enviar un porte de dos toneladas de tomate triturado, en cuyo interior viajaban camufladas hasta 50 envases rellenos de marihuana. Aunque la operación culminó a medidos del pasado mes de julio, la Udyco provincial gaditana arrancó las pesquisas hace tres meses. Fue entonces cuando los investigadores tuvieron constancia de que los dos principales sospechosos, cuyas identidades no han trascendido, llevaban una opulenta vida, sustentada en constantes visitas a campos, terrenos y viviendas de la provincia de Cádiz, lugares sospechosos de ser puntos de cultivo de marihuana.
Los dos investigados se movían a bordo de dos potentes todoterrenos Mercedes, valorados en más de 120.000 euros cada uno. “Los coches estaban llenos de pijadas, como ellos”, relatan fuentes de la Udyco. A base de vigilancias, los policías reconstruyeron el día a día que los dos supuestos narcos tenían en la provincia, a caballo entre su domicilio en Jerez, la casa donde elaboraban las latas en Chiclana y sus viajes frecuentes a Polonia. Ambos llevaban residiendo en la provincia desde hace tres años, aunque uno de ellos había residido antes en Tenerife. Hasta Cádiz llegaron alentados por el creciente negocio de los cultivos ilegales de marihuana que, en los últimos años, han proliferado por la Sierra de Cádiz y la Costa Noroeste o La Janda.
P.W. y D.M.C. sabían que era una inversión segura, dado el alto valor que la marihuana alcanza en Polonia. “Lo que aquí vale 1.000 euros, allí pueden venderlo por 4.000 o 5.000 euros”, detalla el investigador de la Udyco. Aunque para eso era necesario conseguir dar con cogollos de la mejor calidad posible. Pese a no tener ocupación laboral conocida, los dos principales investigados alternaban su opulenta vida de ocio juntos con los constantes viajes por la provincia en los que buscaban esa cartera de proveedores con la que surtirse de mercancía. Una vez adquirida, guardaban la marihuana en el chalet de Chiclana, donde tenían una envasadora para preparar las latas camufladas.
Los agentes que les seguían los pasos pudieron documentar como “se pasaron tres días comprando latas de tomate” de cinco kilos en supermercados de la provincia, todas pertenecientes a una marca conocida de La Rioja. Las llevaban hasta el chalet de Chiclana, donde almacenaban una parte, mientras que a otra tanda les despegaban las etiquetas. Esos mismos envoltorios eran los que adherían a otras latas nuevas de aspecto similar, una vez las llenaban de marihuana y las sellaban. Los agentes decidieron reventar el operativo justo cuando los dos sospechosos ya tenían organizado un porte de dos toneladas, donde viajaban medio centenar de latas llenas de cogollos camufladas.
Ahora, los tres detenidos están acusados de tráfico de drogas y organización criminal. Además, los agentes les han decomisado 24 kilos de cogollos de marihuana y 11.000 euros en efectivo. El juzgado de guardia de Chiclana ha decretado prisión provisional para ellos. Distinto es la pena a la que se puedan enfrentar cuando su causa llegue a juicio. Las condenas, menores a las que se afrontan por el tráfico de otras drogas como el hachís y la cocaína, están alentando a que el negocio de la marihuana se extienda con velocidad en Cádiz, una provincia en la que los narcos hasta ahora se decantaban por el tráfico de hachís desde Marruecos. El boom experimentado por estos cultivos — relacionado también con la menor inversión económica que suponen, frente al hachís importado ilegalmente en narcolanchas— ha atraído a la zona a organizaciones criminales internacionales. La de P.W. y D.M.C., era una de ellas. De hecho, la policía les considera “una célula” de una mafia polaca mucho mayor que podría estar vinculada a otros hechos delictivos aún por resolver.
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