El incendio iniciado en Boiro arrasa más de 2.200 hectáreas y obliga al desalojo de 700 campistas
Estabilizado el fuego en Jódar (Jaén), tras calcinar 650 hectáreas de monte
En otro fin de semana de intenso calor y ni una gota de lluvia en el horizonte, Galicia lucha este fin de semana contra siete incendios que superan las 4.400 hectáreas arrasadas. En total, desde hace 23 días, la comunidad ha visto cómo han sido devoradas por los fuegos forestales cerca de 40.000 hectáreas en las cuatro provincias. Las llamas sembraron el pánico la noche del viernes y la jornada del sábado, sobre todo, en la costa: localidades de las rías de Arousa y Vigo se vieron amenazadas por la proximidad del fuego a las viviendas y los servicios de emergencias desalojaron a 700 campistas. No fue solo por precaución. En el Camping Ría de Arosa 2 (lugar de Oleiros, en el municipio coruñés de Ribeira), famoso en Galicia por sus anuncios con “garantía de sol”, el fuego atravesó varias plazas y se llevó por delante vegetación, instalaciones y “entre seis y ocho caravanas”, calcula el alcalde de este municipio del sur de A Coruña, Manuel Ruiz Rivas. Los turistas tuvieron que ser realojados en otros campamentos y en polideportivos, y solo el sábado por la tarde fueron autorizados a entrar al camping para recoger sus pertenencias.
Este fuego de la comarca de O Barbanza, que alcanzó Ribeira y también A Pobra do Caramiñal, es el mismo que el jueves por la tarde se originó en el Ayuntamiento coruñés de Boiro y tuvo su espejo, esa misma tarde, en la orilla de enfrente de la ría, en Caldas de Reis y Vilagarcía (comarca de O Salnés, Pontevedra). En total, entre el incendio que avanzó descontrolado todo el sábado con foco inicial en Boiro (más de 2.200 hectáreas ardidas según el balance de este domingo por la mañana) y el que surgió en Caldas, las llamas han calcinado al norte y sur de la ría ya más de 2.700 hectáreas de monte.
Aunque en la madrugada del sábado se temió que un foco del fuego de Boiro avanzase en dirección al hospital comarcal de O Barbanza, según declaró el propio conselleiro de Medio Rural, José González, los equipos terrestres y aéreos han mantenido a raya ese frente. Pero la situación en el norte de la ría era muy complicada por la gran cantidad de maleza acumulada, el viento y la gran sequía que padece Galicia. Mientras en municipios turísticos de Pontevedra se limita el consumo por persona, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil pidió el viernes a los gallegos un “uso racional” del agua ante la previsión de “varios meses” sin lluvias por delante. Algunos tramos del Miño se pueden cruzar a pie, el río Sil está en prealerta y las cuencas del Cabe y el Limia, en alerta.
En Arbo, al sur de la provincia de Pontevedra, se lucha al mismo tiempo contra dos incendios. El originado en la zona de Mourentán se ha tragado 400 hectáreas y el de Barcela, que entró cruzando el Miño desde Portugal, supera las 100. En Ponte Caldelas, ya junto a la ría de Vigo, arde el monte desde el viernes por la tarde en Xustáns. El fuego ha destruido unas 400 hectáreas, y durante la noche del viernes se decretó la situación 2 de alerta por cercanía al núcleo habitado de Canicouva. Los municipios limítrofes contenían el sábado la respiración ante los cambios de rumbo del viento que se esperaban para la jornada y que amenazaban con empujar el frente en varias direcciones.
El incendio de Ponte Caldelas, como el de Boiro y el de Caldas, empezaron a media tarde, una señal que muchas veces identifican los medios de extinción con la intencionalidad. Un fuego que comienza a las siete, por ejemplo, suele complicarse hacia la noche, cuando los equipos aéreos no pueden trabajar y solo quedan las brigadas de tierra, y los propios vecinos, para tratar de aplacar las llamas. Este domingo por la mañana la Xunta ha informado de que los fuegos que más preocupaban el sábado, el de Boiro y el de Ponte Caldelas, “evolucionan favorablemente” aunque mantiene la alerta de nivel 2 en los dos casos porque los incendios todavía siguen cerca de zonas habitadas. El de Caldas de Reis se considera “controlado”.
Mientras tanto, según la Xunta, el incendio de Verín se “estabiliza” después de arrasar 600 hectáreas en 10 focos diferentes en torno a la villa ourensana. En otro punto de la misma provincia, el fuego de A Mezquita (150 hectáreas) fue “controlado” tras prender en una zona, O Pereiro, que según los agentes forestales arde “sospechosamente año tras año, como un efecto mimético, siempre que en otros puntos de Galicia salen las noticias de grandes incendios”.
En una entrevista con Europa Press por sus tres meses de mandato después del relevo de Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha reconocido que en Galicia hace falta desplegar más medios para la prevención en los meses de menos riesgo de incendio. “Hubo buenos años con respecto a los incendios, este no lo está siendo”, ha admitido el líder del PP gallego. Poco después de asumir el mando del Gobierno de Galicia, Rueda ha sido recibido por una primera oleada de incendios propiciada por tormentas y temperaturas extremas semanas atrás (Courel y Valdeorras), y a una segunda remesa de fuegos tras la que los mandos políticos y los propios brigadistas ven la mano del hombre y la intención de sembrar el caos y perjudicar.
Rueda tiene “claro” que “hay incendios provocados con muchas ganas de hacer daño, pegados a las viviendas”. “Si por terrorismo se entiende hacer el mayor daño posible sin ninguna otra intención más, sí que existe terrorismo incendiario”, ha concluido el presidente, aunque toma distancia de la tesis de la trama incendiaria, a la que en su día apuntó Feijóo. “Si por terrorismo hablamos de tramas organizadas de un territorio geográfico muy amplio que actúan coordinadamente, la Fiscalía ha dicho reiteradamente que no existen”, ha reconocido Rueda. Feijóo “tenía todos los indicios y la sensación era esa”, ha justificado, sin embargo, a su antecesor: “A la justicia y a los tribunales les corresponde la acreditación y dijeron que no, pero la sensación era esa”.
Al sur de la Península, las llamas han calcinado 650 hectáreas en el paraje Altarillas de Jódar (Jaén). La alcaldesa de esta localidad, Teresa García, expresaba así el sentir de su población: “No hay palabras de consuelo, sentimos impotencia, tristeza y desolación al ver cómo en apenas dos días ha desaparecido una zona de pinar que plantaron nuestros antepasados”. El fuego ha sido estabilizado a primera hora de este sábado por los efectivos del plan Infoca, lo que ha evitado que las llamas alcancen el perímetro del parque natural de Sierra Mágina. Más allá del valor ecológico de la superficie afectada (una zona de pino piñonero, quejíos y matorral), el fuego se ha cebado con una zona de monte público, de titularidad municipal, de alto valor sentimental para los vecinos de Jódar. Eso sí, afortunadamente, el fuego no ha llegado al casco urbano de este municipio jiennense de 11.500 habitantes, aunque el viento sí ha desplazado las cenizas hasta las casas del pueblo.
Desde el plan Infoca de la Junta de Andalucía se baraja como causa más probable la tormenta eléctrica caída sobre la zona la tarde del jueves. Los medios terrestres y aéreos se han tenido que emplear a fondo para estabilizar el incendio debido a la abrupta orografía, una humedad relativa del aire por debajo del 20% y también las rachas de viento que han ayudado a expandir las llamas. Antes de oficializar la estabilización del incendio, técnicos del Infoca han realizado un vuelo de reconocimiento con dron. Y a estas horas todavía siguen trabajando en la zona medio centenar de bomberos forestales, tres autobombas y un helicóptero. Se espera que en las próximas horas se pueda dar por controlado.
En el centro del país, el incendio declarado en Santa Cruz del Valle (Ávila, 350 habitantes), ha sido supuestamente intencionado, según su alcalde, Enrique Rodríguez: “Fue intencionado, con maýusculas. No hubo tormentas, ni aire, ni otros elementos que pudieran originar este fuego. Estamos desolados”. Más de 400 efectivos trabajan en la extinción de este incendio en la comarca abulense del Valle del Tiétar. El suceso ha sido catalogado de “nivel 2″ (dentro de una escala de peligrosidad de cero a tres marcada por la Junta de Castilla y León) ante la posible afectación a núcleos urbanos. A las tareas se han sumado 26 medios aéreos, entre aviones y helicópteros. Este sábado por la tarde continúan las labores de perimetraje del fuego tras el rápido avance de las llamas durante la mañana.
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