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Castrillo Mota de Judíos sufre otro ataque antisemita, con contenedores quemados y pintadas

El pueblo burgalés padece frecuentes actos de vandalismo neonazi desde que en 2015 cambió su nombre original: Castrillo Matajudíos

Foto de una de las pintadas antisemitas, facilitada por la Federación de Comunidades Judías de España .
Foto de una de las pintadas antisemitas, facilitada por la Federación de Comunidades Judías de España .
Juan Navarro

La localidad de Castrillo Mota de Judíos (Burgos, 50 habitantes) ha sufrido este miércoles por la noche un ataque antisemita en el que han ardido varios contenedores de residuos. Se trata del séptimo atentado en el pueblo desde que en 2015 se confirmó el cambio de nombre del lugar, históricamente conocido como Castrillo Matajudíos. El fuego se prendió en una zona urbana y pudo ser apagado por los vecinos antes de que saltara a viviendas cercanas. La localidad ha sido atacada en varias ocasiones por grupos neonazis. En esta ocasión, además, han escrito en un cartel la palabra “Auswitch” [sic], en alusión al nombre del siniestro campo de exterminio nazi.

El alcalde, Lorenzo Rodríguez (Ciudadanos), asegura que lo ocurrido podría haberse convertido “en una desgracia” si las llamas hubiesen pasado de los cubos de basura a las casas colindantes. El regidor, que impulsa la conexión de Castrillo con sus orígenes judíos, lamenta que con frecuencia haya que lamentar atentados de estas características, que “han ido a más” desde que en 2015 se acordó modificar la toponimia de la localidad.

Cartel que conmemora el hermanamiento con una localidad judía, en el que los agresores han escrito "Auswitch", el nombre del campo nazi de exterminio, pero con faltas de ortografía.
Cartel que conmemora el hermanamiento con una localidad judía, en el que los agresores han escrito "Auswitch", el nombre del campo nazi de exterminio, pero con faltas de ortografía.

Primero, relata Rodríguez, los neonazis estamparon pegatinas y realizaron pintadas por las calles; hace unos meses intentaron quemar la bandera local y en varias ocasiones han pegado carteles antisemitas. Este núcleo burgalés está hermanado con un pueblo de Israel y persigue mostrar su historia, pues durante siglos fue un asentamiento judío en Castilla y tuvo una elevada importancia comercial y geográfica, pues por allí pasa el Camino de Santiago.

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), entidad que representa a la comunidad judía española, ha condenado lo que consideran “ataques reincidentes contra el municipio y sus habitantes, que amanecen con pintadas intimidatorias y que esta vez han podido causar una tragedia al prender fuego a varios contenedores de residuos”. La FCJE ha instado a que las autoridades incrementen las medidas de seguridad e intenten identificar a los causantes de los hechos.

El alcalde afirma que en anteriores sucesos similares, la Guardia Civil consiguió identificar a los autores, a quienes se abrió una causa de delito de odio. Estos grupos, explica Rodríguez, son “ramificaciones de asociaciones antisemitas de Madrid”, que a través de sus afines de otras partes de España consiguen perpetrar estos actos en Castrillo Mota de Judíos.

El incendio nocturno fue acompañado por pintadas, algo demasiado frecuente en el lugar. Esta vez los responsables adulteraron la señal que indica que Castrillo tiene hermanamientos con la localidad israelí de Kfar Vradim, y en su lugar escribieron que está hermanado con “[el campo de concentración y exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial] Auswitch”, aunque los neonazis que lo escribieron no supieron ponerlo bien, pues el nombre real es Auschwitz. Además, en los rótulos de acceso y salida al pueblo tacharon el cambio para poner “Castrillo Mata Judíos” y añadieron simbología fascista.

La sucesión de ataques no amedrenta al alcalde, que afirma que ha recibido amenazas personales y pintadas en su contra: “La gente del pueblo se preocupa, no nos van a arrodillar y vamos a seguir trabajando”. Los lugareños, entre los cuales se encuentran algunas familias judías a las que próximamente se iba a incorporar otra, sienten la “presión” de verse señalados y perseguidos de este modo, algo horrible, según el alcalde, que detalla que episodios como este llegan ante las efemérides o actos programados. En este caso, la llegada de otra familia judía a Castrillo, de ahí que el burgalés pida que la subdelegación del Gobierno, órgano competente en materia de seguridad, permita reforzar la videovigilancia en un centro que van a abrir en noviembre. “Espero que estas cosas no vayan a más por el bien del pueblo”, confía Rodríguez, que critica cómo “en pleno siglo XXI” pueden producirse ataques tan regulares y por motivos ideológicos como los que sufren en este municipio del este de Burgos.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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