Feijóo centra su balance del curso político en que “el desgobierno dividido” de Sánchez es un obstáculo para España
El líder del PP acusa al presidente de estar atrapado económica y políticamente en cesiones a los populistas e independentistas
El balance del curso político que ha realizado este jueves el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, resultó bastante previsible, porque lleva semanas repitiéndolo, y porque se centró de nuevo en catalogar al Gobierno de Pedro Sánchez como el peor posible para este crítico momento. El discurso se concentró en relatar, por meses y desde septiembre hasta julio, todas las polémicas, discrepancias y divisiones internas que el PP ha registrado entre el PSOE y sus socios de coalición de Unidas Podemos, y entre esos partidos y sus aliados parlamentarios. Feijóo entiende que Sánchez está atrapado en esas cesiones económicas y políticas “a los populistas, nacionalistas e independentistas”, y que seguirá así ahora para la negociación de los últimos presupuestos del Estado de la legislatura: le considera “un obstáculo para la recuperación de España”.
El tono del último balance oficial de Feijóo sobre este curso político, en el que se sumó a la política nacional hace cuatro meses tras la abrupta crisis de liderazgo en el PP, fue algo más suave al de los últimos días y al de sus recientes intervenciones más similares en catastrofismo a las de su antecesor, Pablo Casado. Duró algo más de media hora, lo hizo en la plaza de entrada al Senado y no admitió preguntas de los periodistas.
Al principio, incluso, pareció querer conceder cierta condescendencia institucional al Ejecutivo central por determinados errores o fallos como consecuencia de las dificultades que admitió ante lo imprevisible de la pandemia o de la guerra en Ucrania. Fue un espejismo. Incluso cuando piropeó como “excelente” el resultado de la reciente cumbre de la OTAN en España. O cuando razonó: “Nadie acierta o se equivoca siempre”. Parecía aquel Feijóo gobernante transversal, moderado y educado, que había prometido no venir a la política nacional a insultar.
El líder del PP no insultó. Pero descalificó al Gobierno en realidad por todo y por meses. Empezó su particular examen de las disensiones y conflictos internos del Ejecutivo en septiembre pasado con el caso Ghali y luego llegó hasta julio deteniéndose en todas las ocasiones en las que PSOE, Unidas Podemos, Yolanda Díaz y algún ministro o responsable político de la coalición se ha enfrentado a otro o discrepado públicamente, con mayor o menor gravedad. Ese hilo conductor le sirvió para concluir que no ha habido ningún componente del Gabinete que se haya salvado de ese mal y para resolver: “Salvo para continuar en el poder, les ha dividido todo”.
Esos problemas y desacuerdos en el Gabinete llevaron a Feijóo a condensar su análisis en la idea de que “el Gobierno dividido y excesivo vive en el conflicto permanente” y en que “ese desgobierno es un obstáculo que frena la recuperación de España”. Hasta etiquetó como “delirante” que en alguna ocasión algún medio haya llegado a destacar que “el Gobierno aplaude las medidas de Sánchez” como si eso fuese una noticiable novedad. Con esos argumentos, el líder del PP volvió a recuperar las acusaciones contra Sánchez por estar condicionado y “rehén” de las cesiones en los presupuestos, en el Parlamento y hasta en la mesa de diálogo sobre Cataluña a los independentistas de ERC y Bildu y al “populismo” con que resumió la ideología de Unidas Podemos.
Feijóo ve a Sánchez en una “deriva autoritaria” tal como para prescindir de cualquiera también en el PSOE, excepto de él mismo, y ahí abundó en el sentido de la reciente crisis de cargos y remodelaciones ejecutada en la cúpula socialista. El líder del PP volvió a enunciar que él había tendido la mano varias veces en estos meses, con distintas ofertas y planes alternativos, para que Sánchez no tuviese que depender de sus actuales socios, pero denunció que no le ha hecho caso en nada y que en la mayoría de las ocasiones no ha recibido respuesta a sus propuestas. Feijóo, de hecho, está sorprendido por el poco contacto y diálogo que ha tenido en este periodo con el presidente.
El dirigente gallego aceptó que las circunstancias externas que ha encarado el Gobierno desde La Moncloa no han sido fáciles, pero reclutó todos los datos económicos disponibles y negativos para señalar que en sus actuaciones y medidas el Ejecutivo siempre “ha llegado tarde y desbordado” para situar a España entre los peores países para salir de esas crisis. Y cuestionó que los únicos planteamientos que se le ocurren al Gobierno son los de subir los impuestos. Mientras Feijóo enumeraba todas las previsiones agoreras sobre el crecimiento económico de España o el alza de la inflación se conoció el dato de la EPA con la bajada del paro por primera vez desde 2008 por debajo de la cota de los tres millones. No lo mencionó directamente. Fuentes populares próximas a Feijóo sí comentaron que vistos con perspectiva incluso esos buenos índices apuntan a un “estancamiento” y auguraron un otoño aún más complejo.
Feijóo, después de semejante balance, quiso acabar con un toque de optimismo partidista: “España es un gran país, mucho mejor que el Gobierno que le toca padecer”. Y remató con una percepción que lleva ya varios días ensayando sobre que nota en la calle y en la mayoría social “ansias de cambio que son un clamor”.
La nueva portavoz de la ejecutiva socialista, Pilar Alegría, compareció en la sede del PSOE en Ferraz para apuntillar que Feijóo había comparecido en la plaza pública de entrada al Senado y no en el edificio del PP. “Para realizar de este tipo de actos invito al señor Feijóo a que haga uso de sus instalaciones, pero si no saben qué hacer con su sede imagínense cómo nos van a plantear un programa de gobierno para este país, aunque entendemos que el PP tiene una relación muy complicada con la sede de Génova”, dijo Alegría en alusión a que parte de las obras de remodelación de ese inmueble se pagaron con dinero negro. Y cuestionó que su exposición “catastrofista” estuviera vacía de alternativas y sin alegrarse de los millones de españoles que han encontrado trabajo.
La Federación de Periodistas señala que las comparecencias sin preguntas "faltan al respeto de la ciudadanía"
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha criticado este jueves que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no haya dado opción a preguntas tras comparecer ante los medios de comunicación. "El hecho de que el jefe de la oposición haya realizado el balance del curso político sin posibilidad de preguntas, hace recordar tiempos pasados del PP —y no precisamente de su inmediato antecesor—, donde era habitual esta actitud lo que supone un auténtico desprecio tanto para quienes cubren la información, como para los medios de comunicación y los destinatarios de las noticias", ha subrayado la FAPE en un comunicado, en el que también piden a los editores y directores de medios que "no envíen a sus periodistas a cubrir ruedas de prensa donde se sepa que no vaya a haber posibilidad de preguntas".
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