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Sánchez anunciará medidas de protección para las clases medias

El Gobierno busca un rearme ideológico frente al PP en un escaparate ideal: el primer debate del estado de la nación desde 2015

Pedro Sánchez (en primer plano, de espaldas), frente a la líder de Podemos, Ione Belarra, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en el Pleno del Congreso del 25 de junio.Foto: Andrea Comas (EL PAÍS) | Vídeo: EPV
Carlos E. Cué

El equipo de Pedro Sánchez lleva semanas preparando el debate del estado de la nación, un escaparate político ideal para contar todo lo que se ha hecho hasta ahora y cuáles son los planes para el año y medio que queda de legislatura. En La Moncloa hay gran secretismo alrededor de las medidas económicas que anunciará este martes el presidente, con las que pretender marcar el primer día de debate, el más importante de los tres, pero fuentes del Ejecutivo señalan que será un conjunto de iniciativas de impacto económico fuerte para “proteger a las clases medias trabajadoras” de la inflación y para “repartir de forma más justa el coste de la crisis derivada de la guerra en Ucrania”.

Sánchez planteará “un debate muy ideológico” en el que pretende utilizar la sesión parlamentaria como el lugar perfecto para mostrar las diferencias de la gestión de la crisis entre su Gobierno de coalición y el PP, que gobernó entre 2011 y 2018 y protagonizó algunas de las medidas más duras de la época de la austeridad que dominó Europa tras la crisis financiera de 2008, según fuentes del Ejecutivo. El Gobierno viene de unas semanas muy duras después del batacazo tanto del PSOE como el de Unidas Podemos —mucho más fuerte— en las elecciones andaluzas, donde la mayoría absoluta del PP ha llevado a un ambiente muy pesimista en la izquierda y a una euforia total en la derecha, que está convencida de que ya es inevitable el cambio de ciclo y el regreso del PP al poder, aunque esta vez tendría que contar muy probablemente con Vox para conformar mayoría absoluta, según las encuestas.

El presidente aprovechará, pues, la enorme ventaja política que da estar en el Gobierno, no solo porque es el gran protagonista del debate y tiene tiempo ilimitado, sino también porque puede orientarlo con sus anuncios en el primer discurso por la mañana, para tratar de cambiar ese ambiente político dentro del Ejecutivo y de los partidos que lo apoyan y mostrar músculo con medidas potentes que aprovechen el margen fiscal que aún tiene el Ejecutivo para proteger a las clases medias trabajadoras. La discusión entre el PSOE y Unidas Podemos es que estos últimos siempre reclaman medidas específicas para los ciudadanos más vulnerables y los socialistas, que se dirigen a un electorado más amplio y quieren ser el partido hegemónico de la política española, insisten en que las medidas tienen que dirigirse a colectivos mucho más grandes, a la mayoría de la sociedad, la que definen como clase media trabajadora. Ahí irán encaminadas las medidas que se anuncien en el primer día del debate.

El PSOE y Unidas Podemos llegan al debate con su tensión interna aún no resuelta, y de hecho no se ha producido, o al menos no se ha hecho pública, ninguna reunión previa a esta decisiva sesión parlamentaria entre los dos sectores del Gobierno para coordinar mensajes y tratar de ofrecer una imagen de unidad después de la crisis que se vivió en el último Consejo de Ministros por el rechazo del grupo de Yolanda Díaz al crédito de 1.000 millones de euros para Defensa, que fue decisión del sector socialista. Aun así, el PSOE insiste en que está haciendo mucho trabajo interno para evitar fricciones y sobre todo para rearmar la mayoría parlamentaria, ya no tanto con Unidas Podemos, cuyo apoyo se da por descontado como miembro del Gobierno, sino con otros aliados mucho más complicados, como ERC. No es casual que se haya producido una reunión del Gobierno y la Generalitat justo antes del debate que terminó con un principio de acuerdo que se prevé cerrar el viernes en una cita en La Moncloa entre Sánchez y Pere Aragonès, el presidente catalán.

Este lunes también hubo un debate dentro del Gobierno a cuenta de la entrevista de Yolanda Díaz en EL PAÍS, en la que señaló que al Gobierno “le falta alma”. Preguntada por esta idea, que ha molestado mucho en el sector socialista, la portavoz, Isabel Rodríguez, señaló que “el Gobierno en su conjunto trabaja con corazón, con cabeza, con inteligencia. Un Gobierno que nunca ha dejado de estar pendiente de dar respuesta a los españoles. El corazón y la inteligencia se da en todos los miembros del Gobierno con independencia del partido al que pertenecen”.

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Lo que sí quedará muy claro en el discurso de Sánchez y las réplicas posteriores es un mensaje nítidamente socialdemócrata, en la línea con lo que reclamaban muchos de sus socios. Hay debate en el PSOE sobre la línea que debería seguir el presidente para evitar que el fiasco andaluz se extienda al resto de España y acabe en 2023 con los socialistas fuera del poder en muchas de las comunidades y ayuntamientos que ahora gobiernan y finalmente con la salida del presidente de La Moncloa para que entre Alberto Núñez Feijóo. Esa duda se despejará este martes con el enfoque que le dará Sánchez al debate del estado de la nación, y fuentes de La Moncloa insisten en que quedará muy en evidencia que la apuesta sigue siendo por un discurso muy ideológico y claramente identificado con las posiciones de la socialdemocracia europea.

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