Agrio enfrentamiento entre el PSOE y sus aliados por la muerte de migrantes en la valla de Melilla
Izquierda y derecha exigen en el Congreso que Sánchez rectifique su apoyo a la actuación de la policía marroquí
El banco azul estaba vacío y en su lugar fueron los escaños socialistas los que tuvieron que soportar un rapapolvo tras otro. Con una dureza inusitada, algunos de los principales aliados parlamentarios del Gobierno cargaron este martes contra Pedro Sánchez por la última tragedia en la valla de Melilla. ERC responsabilizó directamente al Ejecutivo del “asesinato” de los migrantes muertos el pasado viernes en la ciudad fronteriza de Nador —23, según la versión oficial; 37, según organizaciones humanitarias— tras la intervención de la policía marroquí contra una multitud que intentaba dar el salto a España. Las descalificaciones más altisonantes llegaron de la izquierda, pero también PP y Ciudadanos exigieron a Sánchez que rectifique su apoyo a la actuación de las fuerzas de seguridad de Marruecos.
Las terribles imágenes de Nador sobrevolaron todo el día en el Congreso. Por acuerdo unánime de la Junta de Portavoces, se había acordado guardar un minuto de silencio al inicio del pleno semanal, aunque al presentarlo, el vicepresidente de la Cámara, el socialista Alfonso Gómez de Celís, al frente de la Mesa en ese momento, se refiriese a un genérico “las víctimas de los procesos migratorios”, sin mención específica a los caídos en Melilla. El asunto entró más tarde de lleno en el debate porque coincidió que el orden del día incluía a última hora una moción de ERC para pedir la regularización de todos los inmigrantes residentes en España.
La portavoz de ERC para asuntos migratorios, Maria Carvalho Dantas, dio rienda suelta a su indignación. Se arrancó diciendo que el Gobierno “paga a Marruecos por parar y matar a los inmigrantes” y, cada vez más inflamada, concluyó que los fallecidos fueron “asesinados por las autoridades marroquíes y españolas”. “Los prefieren muertos antes que en su España”, insistió Dantas. El tono de la diputada republicana recibió una airada respuesta del socialista Arnau Ramírez, quien le reprochó sus “insultos” y la acusó de hacer “teatro”. Dantas se revolvió entre protestas en su escaño, y la presidenta, Meritxell Batet, la llamó al orden. Antes, Batet había advertido ya a todo el grupo de ERC para que dejase de exhibir unos carteles con la leyenda en catalán “Massacre a Melilla”.
Por EH Bildu intervino Jon Iñarritu, normalmente mucho más mesurado que la vehemente Dantas, pero que en esta ocasión tampoco se quedó corto. Acusó a Sánchez de justificar la tragedia en la valla “con el mismo discurso que la extrema derecha” y al PSOE de practicar una política migratoria “que no es tan diferente de la del PP”. Al igual que otros portavoces de la izquierda, Iñarritu comparó el trato dado a los refugiados ucranios con el que reciben los huidos de las guerras en África, como los sudaneses que figuraban entre la multitud de Nador.
Aunque los ataques se concentraron en los socialistas, Unidas Podemos no se libró de algunas críticas de otros grupos de izquierda, como las de Mireia Vehí, de la CUP —quien también habló de “asesinatos”— y de la propia Dantas. Y eso que UP anunció su voto favorable a la moción que pedía la regularización masiva. Su diputada Isabel Franco hizo equilibrios para no atacar frontalmente al socio de Gobierno y al tiempo dejar constancia de su malestar. Contradijo, sin citarlo, las palabras de Sánchez en las que defendía la actuación de las autoridades marroquíes y terminó exigiendo una política migratoria “basada en los derechos humanos y no en la masacre”.
El clamor contra las palabras del presidente resonó en casi todas las intervenciones. “Tiene que retractarse”, exigió el popular Carmelo Romero. “¿Dónde han aparcado ustedes los derechos humanos?”. La reacción de Sánchez a la tragedia es “absolutamente incomprensible”, añadió Miguel Gutiérrez, de Ciudadanos. “Esas palabras pasarán a la historia de la infamia”, sostuvo el nacionalista gallego Néstor Rego. El PNV evitó el reproche directo al Gobierno, aunque su diputado Mikel Legarda denunció que a los migrantes muertos en la valla “se le conculcaron sus derechos humanos más básicos”.
Solo hubo una intervención que no tuvo el menor recuerdo para los fallecidos en la frontera. Fue la de Rocío de Meer, de Vox, quien, bien al contrario, empezó así su discurso: “La frontera sur se defiende”.
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