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Miles y miles de romanos toman las calles y la ciudad Mérida: “¡Abran paso al emperador!”

La capital de Extremadura vive estos días la semana más romana con la fiesta recreacionista Emérita Lúdica, que busca ser declarada fiesta de interés turístico regional 12 años después de su creación

Manuel Viejo
La pelea de gladiadores del pasado año, en el foro romano de Mérida.
La pelea de gladiadores del pasado año, en el foro romano de Mérida.Ayuntamiento de Mérida

Ego sum Publio Carisio.

El latín ha vuelto estos días a las vías romanas de la imperial Mérida extremeña, si es que alguna vez se fue. “Ego sum Publio Carisio [yo soy Publio Carisio]”, cuenta por teléfono Jaime Ruiz, emeritense de 57 años. Ruiz es uno de los encargados de la organización de Emérita Lúdica, una de las semanas señaladas en rojo en el calendario de la capital de Extremadura. Son días de actividades lúdicas y festivas. La ciudad se vuelca de lleno en revivir su pasado más glorioso. Desde hace 12 años, sus 60.000 vecinos cuentan con esta fiesta recreacionista que congrega a miles y miles de visitantes de todas partes. No se trata de disfrazarse de romano, sino de vestirse y sentirse un ciudadano romano. Es un auténtico viaje en el tiempo de más de 2.000 años. Túnicas, togas, lacernas, pallas, estolas. “Cada uno de nosotros tiene que elegir un personaje romano de la antigua Emérita”, señala Ruiz. “Yo, al principio, era Lucio Cornelio, uno de los constructores romanos de la ciudad, pero me di cuenta hace poco de que Publio Carisio no estaba escogido y me lo pillé. Me ha venido muy bien porque el traje que he confeccionado me quita la tripa que tengo. Vamos, que me salen hasta abdominales”.

El alcalde de Mérida, en el Templo de Diana el pasado año.
El alcalde de Mérida, en el Templo de Diana el pasado año.Ayuntamiento de Mérida

Centuriones, esclavos, cónsules, patricios, gladiadores... todas las clases sociales de la antigua Emérita Augusta se están juntando estos días por las vías emeritenses. Hasta 16 asociaciones recreacionistas se han sumado a la cita. Han venido de Italia y de Gran Bretaña. Se leerán textos romanos por las calles, habrá bodas romanas, batallas de gladiadores en el foro, obras de teatro en el Teatro Romano, comercios romanos, funerales, cremaciones, rutas nocturnas para contar los fantasmas que aterrorizaban a la ciudad por aquel entonces, venta de esclavos, graduaciones escolares, desfiles militares. Mérida viajará hasta sus orígenes para volver a ser Emérita Augusta.

La ciudad está tan entregada, que todos los niños de los 11 colegios de la capital extremeña acudirán este viernes a la ceremonia del Nominatio, en el Templo de Diana, que desde 1993 está declarado Patrimonio de la Humanidad como parte del conjunto arqueológico. Cerca de 400 escolares irán vestidos de romanos. Serán recibidos entre vítores por las calles. De fondo sonará: “Abran paso al gobernador. Abran pasado al gobernador”. El gobernador, que es el emeritense Jaime Ruiz enfundado en Publio Carisio, les mirará desde lo alto del Templo de Diana. Los escolares tienen ya menos de 48 horas para pensar en un nombre romano. Una vez en lo alto, se colocarán al lado del gobernador, que escuchará de la voz de los niños su nuevo alias en latín:

Ego sum Claudia.

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Ego sum Julia.

Ego sum Julio.

Ruiz, enfundado en el traje de Publio Carisio, se acercará a ellos y les dirá también una frase: “Cuando tengáis o paséis miedo, invocad vuestro nombre romano”. El objetivo es que usen el latín. “La ciudad, de verdad que está a tope”, cuenta por teléfono el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna (PSOE).

―¿Tiene también un nombre romano?

―Me lo tienen puesto, sí. Antonius Ursa Máximo.

“Esto”, recuerda el alcalde, “nos permite recrear cómo era la vida de Emérita Augusta. La ciudad está muy volcada. Se podrá vivir en otra época. Las asociaciones, el Museo Nacional de Arte Romano, los historiadores de la ciudad, todos intentamos que sea lo más fiel posible a la realidad de aquel entonces”. El evento surgió hace 12 años por iniciativa de un vecino. Al principio, la festividad se hizo en el Circo Romano de la ciudad. “Pero la gente lo sintió como algo propio”, recuerda el regidor. “Aquí somos romanos y pecholatas. Romanos por la ciudad y pecholatas porque los romanos llevaban su pecho de lata”. Doce años después, la Junta de Extremadura estudia ya declarar la fiesta como evento de interés turístico regional.

La novedad de este año

Este jueves, la festividad cuenta con una parte inclusiva. El gobernador de la ciudad romana, Publio Carisio, caminará por las calles de piedra de la ciudad con una antorcha en la mano derecha. A su paso, se irán iluminando todos los monumentos. Al llegar al Templo de Diana encenderá el pebetero. Allí le esperará la sobrina de Carisio, Antonella, una joven emeritense de 15 años con síndrome de Down. En el escenario también habrá una intérprete de signos. “Queremos dar una visibilidad de la inclusión en positivo, que toda la ciudad se sume”. El último acto necesitará la ayuda de Antonella, que entregará junto al gobernador el báculo romano, el bastón como símbolo de la vejez. Aquel o aquella que acuda al evento vestido de romano y sea el más longevo se lo llevará como recuerdo. “Si no está vestido, no será válido”, avisa.

Minutos antes, eso sí, José Antonio Lagar en su silla de ruedas, periodista de profesión de 60 años y muy conocido en la ciudad, recibirá del gobernador la túnica romana. Allí, entre vítores de sus paisanos, escuchará su nuevo nombre en latín:

―José Antonio, yo te nombro Máximo Bacus, ciudadano de Emérita.

Ciudadanos de Mérida vestidos de militares romanos, el pasado año.
Ciudadanos de Mérida vestidos de militares romanos, el pasado año.Ayuntamiento de Mérida

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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