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El viaje de Sánchez a Davos sin Calviño evita que Díaz lo sustituya

El Consejo de Ministros aprobará 11.000 millones de euros para crear una industria de microchips

Carlos E. Cué
Pedro Sánchez, con el candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas, en un acto el domingo en Granada.
Pedro Sánchez, con el candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas, en un acto el domingo en Granada.Fermín Rodríguez

El Gobierno intenta cambiar la agenda política para recuperar el paso y la iniciativa, después de dos semanas muy duras. Si la semana pasada el Ejecutivo presentó la nueva ley del aborto —un asunto que siempre genera muchos problemas al PP por un electorado muy dividido en este tipo de cuestiones—, esta semana Pedro Sánchez viaja a Davos, la gran cumbre económica mundial en Suiza, que vuelve a ser presencial dos años y medio después. El objetivo es claro: centrar el debate político y social en la recuperación económica y en la España del futuro, la que vendrá marcada por el fondo de recuperación europeo.

Sánchez llevará hoy a Suiza la joya de la corona del plan de recuperación español: los 11.000 millones que el Consejo de Ministros aprobará mañana para crear una industria de microchips en España. Es el mayor PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y la transformación económica) de todos los previstos, y pretende colocar al país, con muy poco peso en este sector, como uno de los aspirantes a ocupar un espacio relevante en el futuro. Mientras en Madrid se aprueba ese PERTE, Sánchez se verá en Davos con los máximos representantes de cuatro empresas clave del sector —Intel, Qualcomm, Micron y Cisco— para convencerles de que España es el lugar ideal para evitar la dependencia total de Asia que está provocando graves problemas de suministro en todo el planeta.

Lo habitual con todos los gobiernos es que el presidente viaje con el responsable de Economía. Nadia Calviño, la vicepresidenta económica, acudió con Sánchez al último Davos presencial, el de enero de 2020, justo antes de que estallara la pandemia. Pero esta vez Calviño se queda en Madrid. Formalmente, según Economía, lo hace por dos motivos: porque el lunes tiene Eurogrupo, y eso complicaba ya el viaje a Davos, y sobre todo porque el martes quiere presidir el Consejo de Ministros, precisamente porque se aprueba ese PERTE de microchips de 11.000 millones que le compete a su departamento especialmente. Sin embargo, la consecuencia inmediata de que Calviño no acompañe a Sánchez a Davos, al menos el martes que es el día más importante, es que con eso se evita que Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, presida por primera vez el Consejo de Ministros. Calviño es la vicepresidenta primera y Díaz la segunda, por eso, en caso de ausencia de Sánchez, tendría prevalencia sobre la máxima representante en el Ejecutivo de Unidas Podemos.

Recuperación frente a catastrofismo

El PSOE nunca permitió que Pablo Iglesias presidiera el órgano clave del Gobierno cuando Sánchez estaba de viaje: en ausencia de Sánchez estaba Carmen Calvo como vicepresidenta primera, y nunca viajaba a la vez que el presidente. Tampoco lo hace ahora con Díaz. En esta ocasión, lo lógico habría sido que Calviño acompañara a Sánchez en el viaje, pero Economía ha decidido que la vicepresidenta primera se quede y presida el Consejo de Ministros. La Moncloa insiste en que el motivo fundamental es ese PERTE, pero en Unidas Podemos siempre han dado por hecho que el PSOE nunca permitirá que el Consejo lo presida alguien del grupo minoritario de la coalición.

En cualquier caso, Sánchez tiene especial interés este año en el viaje a Davos para dar la batalla en el lugar elegido por el PP para el combate político en España: la economía. El Gobierno está convencido de que, pese a la guerra de Ucrania, los efectos de la recuperación y del gran fondo europeo se harán sentir, porque ya están empezando a licitarse los mayores proyectos asociados a los 72.000 millones de euros que Bruselas reservó para España.

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Frente al catastrofismo del PP, Sánchez llevará a Davos los datos de una economía que ha llegado a los 20 millones de ocupados y espera un verano de recuperación del turismo casi total que reactivará la economía.

En este contexto es importante la presentación que hará el presidente en el plenario de Davos, pero sobre todo las reuniones bilaterales con los directivos de Intel, Qualcomm, Micron y Cisco y su participación en una cena organizada por Intel y una recepción de Qualcomm. Después, Sánchez volverá a España para encontrarse con la dura realidad: el jueves tiene un pleno monográfico sobre el caso Pegasus y el espionaje y tiene que cerrar una reunión con Pere Aragonés, presidente catalán, para intentar recomponer la relación con ERC después de que el CNI reconociera que le espió.

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