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Hoteles, restaurantes, coches, joyas y obras de arte: la mecánica del blanqueo de dinero

La operación Casino, de ámbito internacional, muestra las dificultades y las fórmulas para lavar dinero en España

El acusado de la operación 'Casino', Bashkim Osmani, a su llegada a los juzgados de Palma, Mallorca el 2 de marzo de 2022
El acusado de la operación 'Casino', Bashkim Osmani, a su llegada a los juzgados de Palma, Mallorca el 2 de marzo de 2022Isaac Buj (Europa Press)
Patricia Ortega Dolz

El restaurante Ritzi en Puerto Portas (Calvià, Mallorca), el BO Hotel Mallorca o “su doble de superlujo”: el BO Palazzo, también con sus iniciales, en Porec (Croacia); o una mansión en Camp de Mar, Andratx, uno de los pueblos más antiguos de Baleares, un edificio entero en la Plaça Quadrado de Palma, aparte de una extensa red de casinos y prostíbulos en Hamburgo (Alemania) con franquicias en Praga o Moscú. Los muchos negocios de Bashkim Osmani, de 52 años, y su familia no han pasado nunca desapercibidos para los investigadores de la Guardia Civil y de la Policía Nacional desde que se instaló en la isla española hace ya más de veinte años.

Sin embargo, hasta el pasado mes de febrero, no fue detenido el albanokosovar, acusado de blanquear grandes cantidades de dinero (más de 30 millones solo en propiedades intervenidas en Mallorca) presumiblemente procedentes del narcotráfico. “Identificar a un malo que blanquea en nuestro país es relativamente fácil, lo complicado es probar que su dinero procede de actividades ilícitas”, advierten los agentes del instituto armado implicados en la llamada Operación Casino, en la que intervinieron Europol, Eurojust, la DEA y el FBI, y que se saldó con ocho detenidos de la organización de Osmani en España, y otros 37 entre Bélgica, Alemania, Italia y Croacia. Todo un ejemplo de actuación coordinada a escala internacional y de colaboración —policial y judicial— en la difícil lucha contra el blanqueo de capitales.

Los Osmani son una saga conocida en todo el mundo, Estados Unidos y Europa, ligada al crimen organizado y el tráfico de drogas desde Sudamérica. Proceden de Albania, pero emigraron a Alemania hace más de 40 años, “en los años 70 empezaron con los negocios de los casinos y la prostitución, en un país con mayor permisividad en ese ámbito, y después han ido diversificando y creando nuevas empresas -hoteles y restaurantes- en zonas turísticas”, señalan los investigadores, que advierten de que han sido investigados en Bélgica, Italia, Croacia, Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, donde Bashkim Osmani fue ya condenado a prisión por un tribunal de Hamburgo en 2008, junto a su hermano Burim por una estafa bancaria (de más de 30 millones de euros en falsos préstamos) en la que estaba implicado el administrador del propio banco.

Tras decenios engrasando la mecánica del blanqueo de capitales, los hermanos, condenados a más de tres años de prisión por un juez de la ciudad alemana o con las esposas puestas y flanqueados por policías españoles, despliegan su mejor sonrisa ante las cámaras. La misma que ensayaban con los actores famosos, con los que se hacían selfies en sus restaurantes y hoteles de lujo.

Tres fases: “Colocación, confusión e integración”

Según explican los investigadores, el blanqueo tiene tres fases principales: “Colocación, confusión e integración”. La primera consiste en meter el dinero en metálico dentro del circuito legal. “La manera más fácil es mediante un negocio previo, como por ejemplo un hotel o, mejor aún, un restaurante, donde aparentemente no existe ningún control porque ni tan siquiera hay registro alguno de clientes”, señalan los agentes. “También puede introducirse mediante un contacto en una entidad bancaria, que directamente acepte un ingreso a cambio de una comisión, por ejemplo”, advierten.

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Pero, una vez que el dinero ha sido colocado, no puede quedarse ahí. Comienza la segunda fase, la confusión, que consiste fundamentalmente en mover el dinero, “se trocea, se mete en diferentes cuentas, en distintos países; viaja, incluso, por paraísos fiscales o por lugares “poco colaborativos” con las autoridades de terceros países y más laxos para operar, y cuando ya consideran que ha dado suficientes vueltas en esa suerte de “lavadora” como para que la pista sea difícil de seguir, vuelve, siempre vuelve, porque su dueño quiere su dinero”, aseguran los investigadores de la Unidad Central Especial (UCE) 3 de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, principales responsables de la operación Casino, iniciada en 2018 junto con la comandancia de Información de Baleares.

Sin embargo, el dinero nunca retorna a una cuenta corriente. Se integra “siempre en forma de inversiones en casas, coches, joyas, relojes...”, que se adquieren a través de sociedades, normalmente a nombre de familiares o conocidos del investigado, y finalmente de testaferros.

Fue precisamente la compra de bienes por parte de los allegados y conocidos de Osmani en Mallorca, y sus reuniones previas, las que alertaron a los agentes y dieron lugar a la investigación.

En los 18 registros que se realizaron en España, uno de ellos en su mansión —pero también en sus restaurantes—, fueron intervenidos 16 relojes de lujo, siete vehículos de alta gama, un yate, 86 obras de arte (óleos) con un valor estimado superior a los 5 millones de euros y más de 203.000 en efectivo y 40.000 en criptomonedas.

La esposa, el suegro, la asistente personal, y las principales personas del entorno de Bashkim Osmani fueron también detenidos, aunque él —apresado en una suite de su hotel en Croacia y extraditado posteriormente a España— es el único que permanece hoy preventivamente en la prisión mallorquina sin fianza, a la espera de que se celebre su juicio.

Ahora, el juez determinará si las múltiples piezas del puzle de su entramado reunidas por los investigadores a lo largo de tres años de pesquisas son suficientes para demostrar que su dinero y sus inversiones proceden de actividades ilícitas. Se trata de desbrozar las perfeccionadas técnicas del blanqueo puestas en práctica por esta presunta organización criminal, con la dificultad que conlleva deslindar el negocio lícito del ilícito, cuando el paso del tiempo logra que las conexiones con el crimen sean cada vez más antiguas y desvaídas.

La clave son los “Equipos Conjuntos de Investigación”

Los JIT, Joint Investigation Teams, equipos conjuntos de investigación, han demostrado ser muy útiles y eficaces en la investigación policial del blanqueo de capitales. Se trata de un delito, casi siempre transfronterizo cuando adquiere una importancia relevante, y que obliga a los investigadores y a los jueces instructores a sumar fuerzas para que su trabajo no caiga en saco roto. 
La investigación del patrimonio de Bashkim Osmani es ejemplar también en este sentido. “Sabíamos que había investigaciones archivadas en Bélgica, Alemania e Italia, que no habían terminado de llegar a buen puerto porque no habían obtenido resultados en el tiempo estipulado”, explican los investigadores españoles de la Guardia Civil. Solicitaron a cada uno de esos países, a través de sus  juzgados y amparados por Eurojust y Europol, todo cuanto lograron acreditar en y presentado ante el juez, dando lugar a una  instrucción judicial conjunta. 
Los principales avances, en los vínculos con el origen ilícito del dinero,  los aportó Italia, “la parte de la organización más en contacto con el tráfico de drogas”, según revelan los investigadores. De esa manera, y con una estrecha vigilancia a los investigados, se interceptaron varias partidas droga en distintos países europeos, una de 440 kilos de cocaína en Barcelona en enero de 2020, donde se detuvo a cuatro albaneses,  en una operación que con la  DEA.  En septiembre del mismo año fueron intervenidos en Bélgica 2.500 kilos de productos químicos para cocinar la cocaína, que los agentes asocian  a la misma organización.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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