Feijóo evita acudir a la toma de posesión de Mañueco

El nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, había expresado la semana pasada “su interés y disposición” por estar el martes que viene en la toma de posesión del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que gobernará ahora con Vox, en lo que supone el primer acceso del partido de ultraderecha al poder en una institución en España. Pero, al final, Feijóo no acudirá a este acto. El dirigente gallego ocupará toda la jornada de ese martes en citas con los agentes sociales, las patronales y los principales sindicatos, de forma que el PP enviará como máxima representante a ese simbólico acto a su secretaria general, Cuca Gamarra. Feijóo concede la mayor importancia a su encuentro con la CEOE, Cepyme, Comisiones Obreras y UGT, porque quiere ultimar con los agentes sociales la propuesta fiscal alternativa con bajada de impuestos que está perfilando en estos días de vacaciones su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, con la intención de presentarla al presidente Pedro Sánchez el viernes que viene.

En el equipo de Feijóo sostienen que el presidente popular no ha querido evitar la previsible e incómoda foto con el líder de Vox, Santiago Abascal, al poner en la agenda esas cuatro reuniones el martes que viene. El primer encuentro será con el presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Gerardo Cuerva (9.00); luego con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (10.00); y ya por la tarde se verá primero con el secretario general de la UGT, José María Álvarez (16.30), y finalmente con el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, (18.00). En el PP aseguran que intentaron trasladar las citas al lunes, pero que no fue posible porque no podía ese día Garamendi, el miércoles no le cuadraba a UGT y el jueves hay previsto un importante Consello de Gobierno de la Xunta de Galicia, de la que Feijóo todavía es presidente. Fue finalmente Comisiones Obreras la que propuso la fecha del martes, según fuentes del PP, y ya aceptaron todos los interlocutores.

El presidente popular quería resolver esos encuentros con urgencia la semana que viene antes de entregar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el documento de trabajo en el que detalla su propuesta de bajada fiscal y, en concreto, de reducción “excepcional y temporal” de los tramos del IRPF con la idea de proporcionar ahora más dinero líquido a los ciudadanos y las empresas para encarar esta etapa de la crisis como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.

Sánchez ya le avanzó a Feijóo, en su cita bilateral en La Moncloa de la semana pasada, que su Gobierno no tiene intención alguna de asumir esa idea, y menos en este contexto de elevada inflación e incertidumbre internacional y con grandes gastos e inversión pública tras dos años de pandemia, y sin fecha de final previsible para la guerra. Feijóo querría algún tipo de gesto del Gobierno de Sánchez en línea con alguna reducción de impuestos; un gesto que muestre que el Ejecutivo tiene disposición a los grandes pactos de Estado y a prestarse a negociar otros asuntos de relevancia, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato está caducado desde hace casi tres años y medio.

Los asuntos a resolver y el calendario apremian, además, a Feijóo. Tanto sobre política nacional como sobre materias internas. El lunes, de hecho, ha convocado en Galicia una Junta Directiva del PP para fijar la fecha del congreso extraordinario que debe elegir a finales de mayo a su relevo al frente del partido en esa comunidad. Todas las fuentes y varios dirigentes y barones territoriales del PP en Galicia están apostando ya abiertamente por Alfonso Rueda como el sucesor. El martes será la sucesión de encuentros con los agentes sociales, que le evitarán la primera foto con Vox en Valladolid. El jueves hay Consello de Gobierno de la Xunta y el viernes querría entregar su plan fiscal alternativo al decreto de choque para combatir esta crisis que aprobó el Gobierno y que aún está pendiente de convalidación en el Congreso, sin conocerse la postura y el sentido de voto que tendrá entonces el nuevo PP.