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ONG internacionales exigen investigar agresiones a migrantes durante los saltos en Melilla

Dos vídeos difundidos por redes sociales muestran a agentes pegando bastonazos y patadas a quienes descienden de la valla | El Defensor del Pueblo pide información sobre la actuación de los guardias civiles

Fotograma del vídeo donde se ve cómo un migrante es apaleado por varios agentes tras bajar de la valla fronteriza de Melilla.
Fotograma del vídeo donde se ve cómo un migrante es apaleado por varios agentes tras bajar de la valla fronteriza de Melilla.

Organizaciones en defensa de los derechos humanos han mostrado su indignación ante la “extrema brutalidad”, según ha denunciado Amnistía Internacional, desplegada durante la contención de las dos últimas entradas multitudinarias en la ciudad autónoma, las mayores registradas en dos días consecutivos con casi 900 personas que han logrado entrar, y que ha quedado grabada en un vídeo que ha viralizado la violencia de algunos agentes contra los migrantes. Las protestas han llegado a Naciones Unidas. “Urge esclarecer lo ocurrido y adoptar las sanciones correspondientes”, expresó el viernes el relator especial ONU para los Derechos Humanos de los Migrantes, Felipe González Morales.

El Defensor del Pueblo ha solicitado a la Secretaría de Estado de Seguridad información sobre la actuación de los agentes. “Estas imágenes muestran, por lo que se puede apreciar, un uso desproporcionado de la fuerza”, ha comunicado el defensor, Ángel Gabilondo. También ha recordado que las acciones en la frontera deben respetar el derecho a la integridad física y moral, sin que nadie pueda ser sometido a malos tratos, tratos inhumanos o degradantes y que los agentes deben ir identificados.

El vídeo, difundido por RTVE en Melilla, ha dado la vuelta a las redes sociales. Un joven encaramado a la alambrada, desorientado, comienza a descender. Se apoya en los zapatos con tornillos que utilizan los migrantes para poder escalar la malla antitrepa que cubre la verja y que no permite meter ni un dedo entre los alambres. En el suelo aguarda un agente pertrechado con material antidisturbios que observa el descenso. Conforme se aproxima, el chaval se pone nervioso. “¡Cuidado!”, se escucha gritar como amenaza. Se oye un disparo, el joven cae a la tierra y, allí, un corro de agentes le rodea y le recibe a bastonazos mientras él intenta levantarse y echar a correr.

No ha sido la única paliza captada por las cámaras. Otro vídeo difundido el miércoles, muestra también cómo agentes uniformados aporrean y patean al menos a dos chavales en el suelo y a la carrera apenas en los últimos momentos del salto, cuando las más de 1.200 personas se habían disipado y solo los rezagados intentaban zafarse de ser rechazados y devueltos a Marruecos.

Desde el Ministerio de Interior apuntan que la actuación de las fuerzas de seguridad se enmarca siempre en la legislación y de acuerdo a criterios de proporcionalidad, después de que el ministro Fernando Grande-Marlaska se refiriera a la “violencia inusitada” utilizada por los migrantes para acceder a la ciudad. 52 agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional fueron atendidos entre el miércoles y el jueves tras haber contenido a los migrantes, que portaban palos, garfios y zapatos con tornillos que utilizan para poder sortear el vallado.

Devoluciones en caliente

Buena parte de quienes consiguieron llegar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde están acogidos y en cuarentena, provienen de países en conflicto como Mali, Burkina Faso y Sudán, según han comentado a EL PAÍS entidades que trabajan de cerca con los migrantes. También habrían entrado nacionales de Libia y otros países subsaharianos, como Camerún, Senegal, Costa de Marfil y Guinea Ecuatorial. Desde el Servicio Jesuita a Migrantes, que ofrece apoyo legal, advierten de que quienes fueron devueltos a Marruecos podrían tener un perfil de protección internacional. “Además, se aprecia que muchos de ellos son jóvenes adolescentes, lo que puede hacer pensar que algunos sean menores de edad”, apuntan.

El Tribunal Constitucional avaló en 2020 los rechazos en frontera de personas que intentan cruzar el perímetro fronterizo desde Marruecos, pero también puso coto a las devoluciones exprés, prohibidas en caso de perfiles vulnerables como menores o solicitantes de asilo. Los procesos de devolución requieren un procedimiento individualizado a través del que examinar cada caso.

La acción en el perímetro fronterizo que separa España y Marruecos pone en evidencia la diferente respuesta por parte de las autoridades europeas ante el fenómeno migratorio en plena crisis de refugiados desde Ucrania. Virginia Álvarez, responsable de Política Interior de Amnistía Internacional España, apunta: “El mundo mira ahora horrorizado las imágenes que llegan de la guerra de Ucrania, y la Unión Europea se lleva las manos a la cabeza con la cantidad de personas refugiadas que esta guerra va a provocar; mientras tanto, en nuestras propias fronteras se castiga a las personas migrantes con extrema brutalidad. España lleva años violando el derecho internacional en su frontera, este trato cruel ya lo hemos visto en demasiadas ocasiones”.

Los abusos han continuado también al otro lado del vallado. El jueves, la Asociación Marroquí para los Derechos Humanos (AMDH) denunció la acción de las fuerzas auxiliares marroquíes que reagrupaba a quienes no habían conseguido saltar y quienes eran progresivamente devueltos a territorio marroquí a través de las puertas en el vallado por donde se efectúan los rechazos en frontera. Al menos 200 personas pasaron horas tiradas en el suelo, algunos heridos, según pudieron confirmar colectivos sobre el terreno.

“Estos migrantes que fueron arrestados y torturados a pesar de estar heridos y necesitar atención médica, fueron devueltos ilegalmente a las autoridades marroquíes que los encerraron en el centro de Arekmane (un centro de cuarentena que ha funcionado hasta ahora como centro detención de migrantes) sin brindarles la atención necesaria”, ha protestado la AMDH. Todos fueron trasladados en autobuses apostados en la carretera frente al vallado. La misma operación se repitió un día antes, el miércoles.

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