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Casado claudica ante Ayuso mientras los barones cuestionan su liderazgo

El líder ofrece a la presidenta cerrar la investigación interna sobre su hermano

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, junto a varios barones del PP, el pasado 15 de enero en León.Foto: Francisco J. de las Heras | Vídeo: EPV
Elsa García de Blas

Pablo Casado se enfrenta a sus horas más críticas como líder del PP. Su continuidad al frente del principal partido de la oposición está en riesgo, según relevantes barones del partido que estudian las fórmulas para propiciar que el PP dé paso a otro liderazgo. Consciente del peligro, Casado ha tratado de sortear la grave crisis interna claudicando ante Isabel Díaz Ayuso. Ha pasado en solo unas horas de acusarla de bordear prácticas delictivas con los contratos de su Gobierno a su hermano a ofrecerle dar por zanjada la investigación interna para lograr un acuerdo. El líder del PP citó a la presidenta madrileña durante tres horas y media el viernes en su despacho, pero no hubo pacto porque Ayuso se negó a defender en un comunicado conjunto que el PP no ordenó espiarla. El movimiento de Casado profundizó el desasosiego en algunos de los principales dirigentes territoriales, que han dejado de creer en él como líder. “Casado ya no es el futuro del PP”, afirman con contundencia.

El problema de Casado, según estos barones de peso en el PP, es que la gestión de la guerra con Ayuso ha provocado “un divorcio de las bases con la dirección nacional” y ha dejado tocada su imagen de forma definitiva. “Pablo ya no es un activo, es un pasivo”, afirman estos dirigentes territoriales, que tampoco ven en ningún caso a la presidenta madrileña como líder del partido. “Cuando baje el suflé, ella tampoco va a quedar bien. A corto plazo no puede ser el futuro, esto la deja tambaleante”, afirma un barón. Si los pagos a su hermano son o no un asunto delictivo es algo que se ignora en las baronías, pero a la espera de la decisión de la Fiscalía sí se tiene claro que Ayuso también se ha dejado pelos en la gatera.

La revuelta está en marcha. Los barones están al habla permanentemente y han otorgado el liderazgo a Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, que ha tomado la iniciativa y ha llamado a muchos de ellos para pedirles su opinión. El primer consenso de los principales líderes territoriales, según las fuentes consultadas, es que Casado tiene que destituir de forma inmediata al secretario general, Teodoro García Egea, como primer paso. “Cada día que pasa sin que entregue la cabeza de Teodoro, la que peligra es la suya”, advierten estas voces. De esta forma, Casado ganaría tiempo como líder del PP, pero “probablemente, no sería suficiente”, avisan.

Las principales baronías del PP, las fuerzas vivas del partido en estos momentos críticos, miran a Feijóo como el próximo líder. “Feijoo es la única opción. Tiene cuatro mayorías absolutas, es un hombre solvente. Es el único que puede liderar cualquier cosa que se pueda hacer”, defiende un barón. “Feijóo es el auténtico líder moral de este partido”, sostiene otro. Todas las miradas se dirigen al presidente gallego, que guarda silencio sin desvelar sus intenciones. Algunos dirigentes que han hablado con él en las últimas horas afirman que le ven “dispuesto” a dar un paso adelante.

Pero el dirigente gallego ya rechazó una vez postularse a la presidencia del PP, en las primarias de 2018 que terminó ganando Casado. Lo que es claro es que el presidente de la Xunta está plenamente implicado ahora en sacar al PP de la situación agónica en la que se encuentra. El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, el otro barón con más ascendencia en el PP, no tiene ninguna intención de postularse para presidir el partido, según fuentes próximas.

La magnitud del giro de Casado demuestra que es consciente de su situación de fragilidad. El viernes a primera hora, el líder del PP afirmó en prime time en una cadena de radio que Ayuso había bordeado el tráfico de influencias con los contratos a su hermano, y la presidenta de Madrid fue notificada del expediente informativo que se le había abierto en el seno del partido. “La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas”, afirmó Casado. Apenas unas horas después, en su despacho, ofreció a la presidenta de Madrid que toda la investigación quedara en nada. Según fuentes de Génova, la líder madrileña le mostró una serie de facturas y Casado “dio por buenas sus explicaciones”, por lo que le transmitió que la documentación entregada se incorporaría al expediente “para concluirlo satisfactoriamente”. Esto es, para cerrarlo, aunque esa decisión le corresponde al comité de derechos y garantías.

Ambos negociaron hasta tres versiones de un comunicado conjunto, pero Ayuso se negó al final a suscribirlo porque Génova quería que figurara que ella confía en que el partido no ha tratado de investigarla contactando con detectives. Ayuso lo rechaza porque piensa que el intento de espionaje es cierto. “¡No paran de salir testimonios!”, claman en su entorno.

Núñez Feijóo, con una castaña en la mano, junto a Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, tras la ceremonia de toma de posesión del primero en el Parlamento gallego.
Núñez Feijóo, con una castaña en la mano, junto a Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, tras la ceremonia de toma de posesión del primero en el Parlamento gallego.Lavandeira jr (EFE)

La marcha atrás de Casado todavía indignó más a algunos barones. “Ha quedado tan desprestigiado... ¿actúa como un fiscal contra Ayuso y luego pelillos a la mar? ¡Pero qué espectáculo es este!”, clamaba uno. El líder se movió en la dirección que le había pedido Núñez Feijóo, un pacto político con la presidenta de Madrid. Con ese acuerdo y la destitución de García Egea las aguas podrían calmarse temporalmente, explican las fuentes consultadas en los territorios, pero Casado no ha logrado pactar con la presidenta de Madrid incluso a pesar de su volantazo renunciando a acusarla de prácticas casi delictivas en los contratos de su hermano.

El líder cuenta con la ventaja de que la revuelta interna no es nada sencilla, sobre todo porque Casado, como transmiten fuentes de su entorno, no tiene ninguna intención de dimitir. Se baraja una reunión de los presidentes territoriales con Casado para pedirle un paso atrás, porque la opción de forzar un congreso extraordinario es muy complicada, ya que requiere sumar dos tercios de los miembros de la junta directiva nacional, repleta de casadistas. Otra posibilidad es esperar al congreso nacional, previsto para julio, y pactar una sucesión ordenada, pero eso también requeriría el consenso de Casado. Génova, por su parte, cree que los barones no se atreverán a un golpe de Estado. La sensación es de caos total mientras el ambiente se caldea. Este domingo se ha convocado entre la militancia una protesta ante la sede de Génova, algo absolutamente inusual en la historia del partido. El PP atraviesa una encrucijada trágica.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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