Zaragoza esquiva la riada que se dirige ahora a la Ribera Baja
El Ebro respeta la capital aragonesa y solo han sido necesario desalojar un colegio y algunos polideportivos
La crecida del Ebro ha comenzado a estabilizarse este miércoles a su paso por la ciudad de Zaragoza sin que el cauce haya alcanzado, en todo el episodio, los seis metros de altura y sin causar grandes daños a las infraestructuras, ya que el agua ha salido de la canalización en muy pocos puntos de la ciudad. La punta de la riada se registró el martes a las 20.00 en la capital aragonesa, momento en el que el Ebro llegó a alcanzar los 2.200 metros cúbicos por segundo y la altura del caudal alcanzó los 5,70 metros, muy por debajo de los máximos de la riada de 2015. Los primeros cálculos apuntaban a que la crecida iba a ser histórica y autoridades, equipos de emergencias y población estaban preparados para la peor de las previsiones. Al final la crecida no tuvo la apocalípticas consecuencias que habían habían previsto las administraciones.
En Zaragoza el agua ha afectado a zonas que se inundan de forma habitual en las crecidas, como pabellones deportivos o el colegio Jerónimo Zurita. También han afectado a barrios rurales como Alfocea o Monzalbarba, donde sí que se tuvo que intervenir y desalojar algunas segundas residencias.
Los equipos de emergencias y la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajaban la mañana de este miércoles en los municipios de la comarca de la Ribera Baja donde a partir del mediodía llegaba el pico de la crecida.
El presidente de Aragón, Javier Lambán, destacó este miércoles en la localidad zaragozana de Pina de Ebro que el aprendizaje que deja esta crecida, de la que “afortunadamente no se han cumplido los peores presagios”, es que las limpiezas de gravas y vegetación realizadas en los tres últimos años “han surtido efecto”, por lo que animó a que se sigan llevando a cabo.
Acompañado de la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano, y el presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero, Lambán se desplazó a la Ribera Baja del Ebro para conocer las afecciones de la riada y también visitó las localidades de El Burgo de Ebro, Quinto y Villafranca.
La punta de la crecida empezó a llegar a Pina entre las 11.00 y las 11.30 horas con un caudal de unos 2.000 metros cúbicos por segundo, menos que en la de 2015, sin que haya llegado al casco urbano. Allí, Lambán consideró que se puede “empezar a respirar con cierto alivio” después de que todo haya transcurrido de forma “más o menos satisfactoria desde el punto de vista de la respuesta dada”.
#CrecidaEbro Continuan las labores de recrecimiento de motas y de achique en las localidades en Pina de Ebro y Burgo de Ebro. La guardia continuará durante toda la noche. pic.twitter.com/Iab9HngYHw
— UME (@UMEgob) December 14, 2021
La crecida no afectará a Cataluña ya que, según, la Confederación Hidrográfica del Ebro, los embalses de Mequinenza (Zaragoza), Ribarroja (Tarragona) y Flix llevan más de 10 días evacuando grandes cantidades de agua para dejar espacio al caudal que llegará y laminar así los picos del caudal agua abajo.
La riada deja todo un reguero de zonas inundadas desde La Rioja y Navarra hasta la Ribera Baja del Ebro donde el agua ha llegado a entrar, en algunas ocasiones, dentro de las viviendas en los municipios de la zona norte.
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