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El PP andaluz se mira en el espejo del PSOE

El Gobierno regional de Moreno mimetiza las estrategias exitosas que los socialistas desplegaron durante 37 años

Lourdes Lucio
El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, entre la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en 2019.
El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, entre la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en 2019.Alejandro Ruesga

Al poco de llegar el PP al Gobierno de Andalucía, Elías Bendodo, consejero de la Presidencia y hombre fuerte del nuevo Ejecutivo autonómico, coincidió en un acto con el expresidente socialista Manuel Chaves.

— Presidente, lo sabemos todo de ti, está todo archivado, lo hemos estudiado todo, dijo Bendodo al socialista.

Estos casi tres años de Gobierno popular han confirmado que así era: desde que Juan Manuel Moreno juró su cargo de presidente de la Junta, el 18 de enero de 2019, son muchas las similitudes del Ejecutivo de PP y Ciudadanos con los que presidió Chaves durante 19 años; sobre todo, en lo referido a la proyección pública de la acción de gobierno. El PP se ha encabalgado en fórmulas muy exitosas desplegadas por el PSOE durante los casi 37 años en los que se mantuvo en el poder. Estas eran la política del agravio comparativo, la confrontación con el Ejecutivo central de signo contrario y la identificación casi en exclusiva del partido con Andalucía. El comentario de Bendodo a Chaves revela cómo los populares diseccionaron cada frase y eslogan pronunciados por los socialistas en sus discursos.

Moreno y sus consejeros utilizan expresiones idénticas a las que acuñaron los dirigentes del PSOE. “No vamos a exigir ni pedir ser más que nadie, pero no vamos a aceptar ser menos que nadie”, aseguran los populares ante el mínimo atisbo de que alguna comunidad saque provecho de su alianza parlamentaria con Pedro Sánchez. El autor de esa frase es el primer presidente electo de Andalucía, el socialista Rafael Escuredo.

“Andalucía será un muro de contención de reivindicaciones nacionalistas que supongan privilegios y desigualdades entre territorios”, decía Chaves. Repite ahora Moreno: “Andalucía será el dique de contención a las derivas de que haya una quiebra en la igualdad de los españoles vivan donde vivan”. En la campaña electoral de 1996, los socialistas utilizaron como lema ‘Andalucía, lo primero’. Lo mismo dice el actual Gobierno regional: “Andalucía es lo primero, por encima de cualquier otro interés”.

“Llevamos 37 años estudiando al PSOE. Pero lo nuestro son realidades, no eslóganes. Lo estudiamos para no incidir en los errores. Y robar banderas que no eran de nadie: el andalucismo, el partido de la tierra… Las cogemos nosotros porque el PSOE no las consolidó”, dicen fuentes del Gobierno andaluz. El plan de comunicación de la Junta también se inspira en el pasado con lemas publicitarios como ‘Andalucía funciona’ (más modesto que el ‘Andalucía imparable’ del PSOE). “Son mensajes sencillos, que cuando se martillean, calan. Vamos por la misma carretera que el PSOE, pero ellos se pasaron con la propaganda”, admiten desde la Junta.

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No son pocos los que ven similitudes entre Moreno y Manuel Chaves. “Le ha copiado”, reconocen algunos socialistas que piden anonimato. “Ambos son moderados, dialogantes, no son bordes y no se meten en el barro”, sostiene Juan Ojeda, periodista y exsecretario general del PP andaluz. Chaves tenía a Gaspar Zarrías como escudo en el Gobierno, con la misión de parar cualquier golpe directo al presidente. Moreno tiene a Elías Bendodo. Para los socialistas, Chaves era “el bueno de Manolo”; para los populares, Moreno es “el bueno de Juanma”.

Al primero, 19 años de presidente, se le identificaba con Andalucía. Y Moreno, que nunca sale en el tiro de cámara de televisión sin la bandera verde y blanca, lo ha logrado también en mil días de mandato, opinan sus asesores. Carmen Ortega, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada, asegura que Moreno está atrayendo al centro político. “Andalucía es una comunidad de centro izquierda: o capturas el centro o no hay manera de ganar. El talante moderado de Moreno no es prefabricado, se lo cree, y transmite tranquilidad. Lo ha hecho bien. Con la polarización no vas a ningún lado”, afirma.

Tibieza ideológica

El politólogo Ángel Cazorla coincide: “Ahora es más difícil hablar de izquierda y derecha. Los anclajes ideológicos tradicionales han cambiado. La estructura económica de Andalucía era muy dependiente y los socialistas generaron una sociedad más urbana y con más clases medias. Moreno ha jugado a esa tibieza ideológica. La pandemia le ha favorecido, porque no ha exigido otra política. No ha habido grandes meteduras de pata ni tensiones. Y ha hecho una cosa muy bien: ha normalizado de manera muy rápida el Gobierno de derechas”.

En estos tres años, no obstante, la crítica más recurrente de los socialistas, más que la censura a las políticas y la gestión, ha sido la de que Moreno gobierna con el apoyo de la extrema derecha de Vox. El PSOE ha agitado el espectro del “trifachito”, aunque no parece que le esté dando resultado en las encuestas, que favorecen a los populares. En el PP aseguran que la apelación al miedo a la derecha les ha venido bien. “A la gente se le ha dicho que íbamos a despedir a 100.000 personas en la Junta, a eliminar las partidas de violencia de género o sobre los inmigrantes. Los socialistas han generado unas expectativas tan malas que lo que han hecho es moderar a Moreno y al Gobierno en su conjunto”, sostienen.

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