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El incendio de Sierra Bermeja se da por extinguido 46 días después y tras arrasar casi 10.000 hectáreas

Los miembros del Infoca han permanecido en el terreno durante más de un mes para evitar que las llamas volvieran a replicarse en la zona

Vista de la zona de pinos quemados en la zona del Puerto de Las Peñas Blancas (Jubrique, Málaga), tras quedar ser arrasado por el incendio de Sierra Bermeja.
Vista de la zona de pinos quemados en la zona del Puerto de Las Peñas Blancas (Jubrique, Málaga), tras quedar ser arrasado por el incendio de Sierra Bermeja.Garcia-Santos (El Pais)
Nacho Sánchez

La Junta de Andalucía ha dado por extinguido el incendio de Sierra Bermeja, al norte de Estepona (Málaga). Lo ha hecho 46 días después de que una o varias personas, de manera intencionada, iniciaran el fuego en la noche del 8 de septiembre. Hasta 1.100 efectivos lucharon contra la especial virulencia de las llamas, que acabaron con la vida de un bombero, obligaron a desalojar a casi 3.000 personas y arrasaron 9.581 hectáreas -según los últimos cálculos de la Junta de Andalucía- hasta que pudo ser controlado el 14 de septiembre. Desde entonces, los equipos del Infoca han estado trabajando sobre el terreno desde entonces para enfriar el subsuelo, donde la combustión devoraba raíces y turba seca, amenazando con volver a la superficie, hasta que finalmente se ha podido dar por extinguido. La investigación sobre quién prendió la primera chispa de manera intencionada sigue en marcha por miembros del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que desarrollan su labor bajo secreto judicial.

El incendio ha sido uno de los peores ocurridos en la historia de España. Denominado como de sexta generación, adquirió una dinámica propia que generó pirocúmulos —nubes de fuego― que hacían las llamas incontrolables y que incluso originaba nuevos focos. La orografía del terreno y, según denunciaron algunos bomberos, la falta de mantenimiento de las vías forestales y los cortafuegos dificultó más la lucha contra las llamas, que llegó a contar con más de mil efectivos en el terreno y medio centenar de aeronaves procedentes de distintos puntos de España lanzando agua sobre las zonas afectadas. “Ha sido un mes y medio de trabajo muy duro. Gracias a todos los que os habéis dejado el alma para conseguirlo y mi recuerdo al bombero forestal fallecido”, subrayaba esta tarde el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, en Twitter, cuyo gobierno anunció hace unos días 4,6 millones para “la fase de emergencia” de trabajos en la zona calcinada. “Un incendio que permanecerá siempre en nuestra memoria por la pérdida del compañero Carlos Martínez Haro. Vaya para él nuestro primer pensamiento en este momento”, han indicado desde la misma red social en el perfil del Plan Infoca.

Finalmente, fue la lluvia la que terminó por aplacar el fuego el 14 de septiembre, tras seis días de pesadilla para las casi 3.000 personas que fueron desalojadas de seis municipios de una comarca que espera que las administraciones aterricen sus promesas de ayudas y pide que se pongan los medios para que el desastre ecológico no vuelva a ocurrir. “Hay que poner las bases que no se repita”, subraya el alcalde de Genalguacil, Miguel Ángel Herrera, que cree que hay un gran desequilibrio en recursos entre los municipios pequeños como el suyo, con 401 habitantes, y los de la Costa del Sol. “El problema de base es la despoblación”, insiste Herrera.

Las últimas cifras hechas públicas por la Junta de Andalucía indican que 7.300 de las hectáreas de bosque calcinado son de titularidad pública (el 78% del terreno afectado) y otras 2.000 de titularidad privada. Según los datos de la administración, la mayor parte de la superficie corresponde a Estepona, con 4.209 hectáreas, el 43% del total. De hecho, la imagen de Sierra Bermeja desde esta localidad costera ofrece un paisaje donde el color negro se ha convertido en protagonista, desplazando a la alfombra verde que presentaba la montaña hasta finales de verano. En los términos municipales de Casares, Jubrique y Genalguacil se quemaron más de un millar de hectáreas en cada uno. Las localidades de Júzcar (654), Faraján (304) y Benahavís (0,22) también se vieron afectadas. También se ha quemado parte del bosque de pinsapos, de alto valor ecológico y único en el mundo. La plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional cifran la pérdida en más de mil ejemplares, algo que niega la Junta de Andalucía. “Estamos peor ahora que en 2011″, dice Javier Martos, portavoz de la entidad, que critica además la falta de ambición del Plan de Conservación del Pinsapo impulsado desde hace una década por la administración autonómica. “Esta es una especie única, en peligro de extinción como el lince y hay que dedicarle grandes esfuerzos, no como ahora”, destaca el responsable.

La Fiscalía General del Estado subrayó en un documento que los indicios apuntaban a una “etiología intencional” del incendio. Los agentes del Seprona continúan su investigación para dar con el autor o autores que, junto a la carretera que se dirige hacia Genalguacil, prendieron fuego con un mechero a un montoncito de hojarasca y piñas en dos puntos separados por algunos metros a los que se añadió una sustancia acelerante. El trabajo de los investigadores está declarado secreto por el Juzgado de Instrucción número 3 de Ronda con el objetivo proteger las actuaciones policiales y evitar cualquier filtración “que pueda frustrar” dicha labor. Fuentes de la Guardia Civil subrayan la dificultad de llegar hasta los responsables y, en caso de que se consiga, también es complejo acumular indicios para conseguir una condena que podría alcanzar los 20 años de prisión debido a que el incendio supuso “peligro para la vida” al poner en riesgo a los habitantes de los pueblos y las viviendas diseminadas de la zona, como explicó el delegado de Medio Ambiente de la Fiscalía de Málaga, Fernando Benítez.

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